1. Al Dios Grande y Bueno elevamos nuestros más profundos sentimientos de agradecimiento y alegría por la celebración del Ciento Cincuenta Aniversario de la Erección Canónica de Nuestra Diócesis de Querétaro. El itinerario de la fe vivido a lo largo de estos años; ha forjado en esta Iglesia Particular una identidad cristiana que nos permite entrar hoy en el ardor de la Nueva Evangelización, asumiendo los desafíos de la Misión Continental Permanente y de nuestro Proceso Diocesano de Evangelización como Discípulos y Misioneros para que en Jesucristo, el Pueblo de Dios que peregrina en la Diócesis de Querétaro, tenga vida en él.
2. Con ánimo agradecido y en comunión con el Sucesor del bienaventurado Apóstol Pedro, el Santo Padre Benedicto XVI y como Sucesor de los Apóstoles; en mi tarea de apacentar el redil de las ovejas que me ha sido confiado como Pastor de esta Iglesia Particular, tengo el honor de anunciar ante esta asamblea, animado por un sentimiento de grande emoción; la Apertura del Año Jubilar con ocasión del ciento cincuenta aniversario de erección canónica de la Diócesis de Querétaro.
3. «Sin fe, en efecto, es imposible agradar a Dios» (cfr. Heb. 11,6). El esfuerzo evangelizador realizado por quienes nos precedieron colocó sólidos cimientos de fe en los fieles de esta Diócesis: desde la histórica fundación de la ciudad de Santiago de Querétaro el 25 de julio de 1531 en la batalla del cerro de Sangremal, pasando por los años de la primera evangelización de esta tierra animada por la mano de los misioneros franciscanos, domínicos y agustinos. La erección de la Diócesis de Querétaro por el Papa Pío IX mediante la bula Deo Optimo Maximo del 26 de enero de 1862. La labor pastoral de nueve Obispos que en comunión con su presbiterio, y el testimonio de fe en Jesucristo Muerto y Resucitado que nos han aportado un gran número de fieles laicos y miembros de congregaciones de religiosos y religiosas (cfr. Plan Diocesano de Pastoral, pp. 17-30) Esta es la hora de nuestra responsabilidad pues a nosotros corresponde reforzar el don de la fe en las nuevas generaciones y transmitirla con renovado entusisasmo y emprender con pasión la Nueva Evangelización; sustentados en el sólido cimiento de la fe, como lo precisa el autor de la carta a los hebreos, pues una fe profesada serenamente y asumida con seriedad nos debe llevar a todos a celebrar, vivir y rezar esa misma fe con el solo deseo de agradar a Dios.
4. Todos los agentes de pastoral de esta Diócesis asumimos que el presente, el pasado y el futuro son inseparables, Dios está presente en la Historia y obra a través de ella, hoy con la celebración del año jubilar damos un paso más en nuetro proceso evangelizador, entendemos que nuestro pasado es historia de salvación para vivir con responsabilidad el presente operando en la caridad y contemplamos con ojos de esperanza el futuro que está por venir (cfr. Plan Diocesano de Pastoral, p. 147)
5. En mi exhortación pastoral con ocasión del año de la fe, les he alentado a celebrar con ánimo agradecido a Dios, el año Jubilar de la Diócesis, asumiendo con cretividad pastoral la tarea de la nueva evangelización, veo que esta Iglesia particular ha llegado a la conclusión de que en el momento presente la prioridad pastoral es hacer de cada hombre y mujer, cristianos con una presencia radiante de la perspectiva evangélica en medio del mundo, en la familia, la cultura, la economía y la política. Porque ¿qué pasaría si la sal se volviera insípida? (cf. Mt 5, 13).
6. Esta es nuestra verdadera tarea, y la razón por la que hemos empredido unidos a toda la Iglesia el camino de la fe para redescubrir la alegría de creer en el Señor, comienzando con una auténtica y renovada conversión al Señor y luego con una valiente y decidada acción misionera; si asumimos nuestra condición de discípulos misioneros podremos vivir el deseo del Señor, para que los fieles cristianos de Querétaro seamos hoy luz del mundo y sal de la tierra.
7. El camino que hemos diseñado en nuestro Plan Diocesano de Pastoral, correspondiente a la Misión Continental Permanente, tiene la marca de la esperanza activa. Por eso ahora, después de haber conocido los grandes desafíos que nos apremian (por medio del censo), al iniciar este año jubilar, escuchamos la voz de Jesús que nos dice: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos y bautícenlos para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñándoles a poner por obra todo lo que les he mandado. Y sepan, que yo estoy con ustedes todos los días hasta el final de los tiempos». (Mt 28, 16-20). Gracias Señor Bueno y Grande, en tu nombre echamos las redes, bendice nuestros pasos.
8. Que la Santísima Virgen María en su advocación de los Dolores de soriano brille siempre como estrella en el camino de la nueva evangelización que emprendemos en esta Iglesia Particular. Que ella nos ayude a poner en práctica la profesión de una fe sólida, celebrada, vivida y rezada mirando a Jesucristo, como nuestro único Redentor.
9. Siendo el día cuatro, del mes de febrero, del año dos mil trece, año de la fe y octavo del Pontificado de Su Santidad Benedicto XVI y siendo el IX Obispo de la Diócesis de Querétaro proclamo abierto el Año Jubilar de la Diócesis de Querétaro, que se clausurará el próximo siete de febrero del año dos mil catorce.
† Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro