Querétaro, Qro. a 17 de julio de 2021.
S.E Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro presidió la Eucaristía en la cual algunos niños y jóvenes preparados por las Misioneras de San Juan Bautista, fueron confirmados, mediante la imposición de manos y con la unción del Santo Crisma.
Concelebró el Pbro. Manual Ayala Bocanegra, y dio testimonio de que los confirmandos, fueron debidamente preparados mediante una catequesis conveniente a su edad.
En el momento de la Homilía Mons. les compartió: “El padre Emmanuel, Vicario parroquial, en nombre del Padre Amando su párroco, mencionó dos cosas muy importantes que siempre me gusta retomar el día de la confirmación, ha dicho que ustedes están aquí primero, porque sus papás han hecho una promesa que han cumplido hasta el día de hoy.
La promesa de educarlos en la fe, de una o de otra manera han cumplido porque si no, no estarían en este momento a punto de recibir el Sacramento de la confirmación; gracias papás y no se les olvide que este compromiso termina cuando mueren ustedes o cuando mueren sus hijos porque es de toda la vida, siempre se necesita de la educación y de la sombra de su padre y de su madre.
Y, por otro lado, a los papás no les cuesta trabajo porque son sus hijos y miran en esos hijos uno de los regalos más grandes que Dios les ha concedido como matrimonio.
También el padre Manuel ha dicho que ustedes están aquí porque él, como responsable de la catequesis, ha estado al pendiente y ha verificado que los que hoy se confirman, han recibido la catequesis conveniente su edad, eso es muy importante, la catequesis conveniente a su edad es de todos los días.
Porque mañana Renata ya va a tener un día más, Santiago ya va a tener un día más y necesita la catequesis conveniente a su edad, imagínense dentro de 15 ó 10 años muchos estarán en la adolescencia, los que hoy se confirman, es un tiempo donde se necesita la catequesis conveniente a la edad, porque la catequesis es la que nos da orientación en la vida, la catequesis nos da luz, muchos adolescentes, jóvenes y adultos que como no encuentran la alegría en el sentido de la vida terminan por quitarse la vida.
La palabra de Dios es necesaria toda la vida, por eso, también les recuerdo que ustedes son los primeros catequistas y nadie puede suplirlos, pero también la catequesis conveniente a su edad tiene toda la vida y la parroquia tiene que tener también ofertas para que todos los fieles cristianos encuentren un camino de cómo seguir alimentándose de la Santa Palabra de Dios.
Ha sido muy hermoso el signo de la entrega de la Biblia, porque ese es el instrumento que tienen los papás y los catequistas para la educación en la fe, no la vayan a arrumbar, su Biblia, no la vayan a poner en el librero, la Biblia es para tenerla en la cabecera y para aprender que es un alimento que no puede faltarnos durante toda la vida.
Cuando nosotros fuimos bautizados, todos los que estamos aquí, cuando fuimos bautizados a la hora de que el padre nos puso agua en la cabeza y nos dijo: “yo te bautizo, en nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo”, en ese momento pasó lo mismo que cuando se bautizó Jesús, ¿Qué pasó? Que una voz del cielo dijo: “Este es mi hijo, ese que están bautizando es mi hijo, en el me complazco”. También en este momento bajo el Espíritu Santo que ahora van a recibir en plenitud, así decimos que en la confirmación se recibe en plenitud.
Quiero seguir a Jesús. El es el que me da más esperanza, me da más luz, es el que no me falla y es con quién confirmó mi fe.
En el bautismo el Padre nos adoptó como sus hijos y el Espíritu Santo nos hábito como un Sagrario, de tal manera que Jesucristo no solamente está en el Sagrario, también está en cada uno de los cristianos, sobre todo cuando seguimos alimentando nuestra fe y creciendo y madurando en la vida cristiana.
Como el día que se bautizaron ustedes eran bebés no se acuerdan de nada pues ahora ya le responden a Jesús, le responden a Dios, que nos dijo: “tú eres mi hijo” ahora ustedes, en el día de la Confirmación, después de que el obispo pase, les haga su cruz en la frente y les diga: “recibe por esta señal el don del Espíritu Santo”, en ese momento, pueden decir: “el Espíritu del Señor está sobre mí, me ha ungido y me ha enviado, me ha enviado a evangelizar”.
Si el día del Bautismo Dios te dijo: “tú eres mi hijo” ahora tú le dices: “Estoy ungido, soy enviado, el Espíritu Santo está sobre mí y no puedo aguantarme de tenerlo para mí solo, por eso voy a anunciarlo a los demás”.
es así, como desde niños, van aprendiendo a irradiar la belleza de ser cristianos y a otros se les va antojar, y van a decir: “Abril ¿Qué te pasó?”, “pues me confirme y tengo una alegría que no puedo aguantar y te la vengo a compartir”, y así cada uno de los que hoy se van a confirmar.
El bautismo, la confirmación y luego viene la primera comunión, qué son los tres sacramentos para empezar a ser cristianos, el día de la comunión Jesús les dice a todos “tomen y coman, este es mi cuerpo qué será entregado” no solamente coman la Palabra de Dios, también aliméntense de la Eucaristía y ¿para qué? ¿para qué se alimenta un cristiano de la Eucaristía? para luego decir esto; por qué Jesús dijo: “hagan esto en memoria mía”.
¿Y qué quiere decir? que los que comulgan el Cuerpo y la Sangre de Cristo después pueden decir también, humildemente, “tomen y coman, este es mi cuerpo qué será entregado por ustedes”, para que sean felices, será entregado por ustedes para que conozcan que es el amor de Dios esta en mi cuerpo y qué será entregado por ustedes.
Y es así cómo se siente bonito en la misa decir: “oren hermanos para que este sacrificio mío y de ustedes sea agradable a Dios Todopoderoso” Y ustedes responden: “el Señor reciba de tus manos este sacrificio”, es el sacrificio de la vida diaria que llega al altar, se transforma y se devuelve otra vez al pueblo para que siga creciendo y se note que la Iglesia es signo del Reino de Dios, se note que Dios está caminando con sus hijos y con su pueblo.
Eso es lo que va a ocurrir en este momento de su confirmación y les recuerdo que bautismo confirmación y primera comunión son sacramentos apenas para comenzar, lo bueno sigue adelante o, mejor dicho, en adelante siguen muchas sorpresas y cosas hermosas que Dios nos revela hasta el final de la vida pidamos que nos lo conceda». Concluyo.
Al terminar la celebración Mons. Fidencio les dio la bendición y los allí presentes le brindaron un aplauso para agradecer su visita.
Redacción: Elen G.