El P. Anthony Norman ha sido llamado a la Casa del Padre

santamaria1El P. Clifford Anthony Norman, nació en Chicago, Estados Unidos, el 24 de marzo de 1931. Fue bautizado y confirmado en la misma ciudad.

Fue ordenado sacerdote el 30 de abril 1960.

Fundador de la obra Santa María del Mexicano, que ha atendido a miles de niños, jóvenes y adultos, ofreciéndoles una vida digna y una educación cristiana.

El viernes 3 de mayo de 2013, ha sido llamado a la Casa del Padre. Descanse en paz.

La Misa del funeral del P. Anthony Norman será en el sábado 11 de mayo a las 12:00 hrs. en la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, presidida por el Pbro. Martín Lara Becerril, Vicario General de la Diócesis.

Al terminar la Misa, caminarán en procesión hacia la capilla de Santa Filomena en Colón, Qro. Al terminar habrá un pequeño convivio.

 

Breve historia del Padre Antonio Norman y de su obra en Santa María del Mexicano

A finales del Siglo XIX, la hacienda de Santa María del Mexicano, fue donada por la familia Mota Ugalde al Padre Florencio Rosas, con el fin de que construyera un Seminario y una casa de retiro y asistencia para los menesterosos.

Al fallecer el Padre Rosas en el año 1917, esta finca pasó a ser propiedad de la Diócesis de Querétaro.

En Enero de 1974, la diócesis y la orden de los hermanos Benedictinos, celebraron un contrato por 20 años, para establecer un monasterio y casa de internado para los niños pobres.

Esta obra quedo a cargo del hermano Gerardo Stokes, quien falleció el 16 de diciembre, después de seis semanas de haber llegado.

El 26 de diciembre del mismo año el Padre Cliford Antonio Norman, asume el cargo de la casa, contando únicamente con su fe inquebrantable en Dios y una gran Voluntad.

Al llegar a Santa María, venía acompañado por dos jóvenes, uno de ellos inválido y el otro aventurero. El segundo al ver el trabajo que tenían por delante se fue sin avisar, dejando al Padre Antonio Norman y el inválido solos.

Al hacerse cargo de Santa María del Mexicano, estaba un 85% en ruinas, los techos cayéndose, sin puertas ni ventanas, infestado de alacranes, arañas y murciélagos, no había luz eléctrica, por once años la instalación de agua estaba dudable y el camino que llega a la finca había desaparecido por completo.

A pesar de todo lo anterior sin contar con medios humanos ni económicos, con grandes dificultades por la diferencia de idiomas, el Padre Norman fue reconstruyendo poco a poco Santa María del Mexicano.

Para el año 1989, Santa María del Mexicano daba atención a 160 albergados, entre  los que se contaban con niños, niñas, jóvenes, todos ellos con grandes problemas de adaptación por haber sido niños adictos, violados, golpeados, abandonados o  víctimas de violencia intrafamiliar.

Ese mismo año el exceso de trabajo (18  horas diarias) las presiones económicas y la problemática de cada uno de los internos, fue minando poco a poco su salud ocasionándole serios problemas cardiacos.

El 24 de Mayo de 1989 tubo un triple By pass. Del cual afortunadamente logró salir y para el 15 de agosto del mismo año, se encontraba nuevamente en Santa María del Mexicano trabajando a un ritmo realmente agotador.

A partir de entonces y con graves problemas de salud,  continuado con su obra, apoyándose ahora con un patronato y un  grupo de religiosas y voluntarios que están realmente convencidos de su obra humanitaria.

A la fecha, Santa María del Mexicano cuanta con seis casas: una casa para niños, una casa de niñas, una casa de jóvenes,  un asilo de ancianos, también cuenta con una finca llamada San José con capacidad para albergar a setenta niños, además cuenta con una escuela primaria y una escuela secundaria. Un grupo de jóvenes acuden a la preparatoria  de Ezequiel Montes,  la obra cuenta con talleres para capacitación, a la fecha hay cuatro universitarias.

Durante 25 años han sido alrededor  4,000 jóvenes hombres y mujeres que han salido de Santa María del Mexicano, convertidos en maestros, licenciados, ingenieros, doctores, secretarias, carpinteros, chóferes, mecánicos, plomeros, 14 religiosas, 7 sacerdotes y militares, en fin, gente con bases morales muy firmes y productivas a la sociedad.

La  misión del Padre Norman no concluye con esta obra, además ofrece una misa todos los martes para los necesitados a la cual acuden cerca de 1000 personas semanalmente y posteriormente auxiliado por las religiosas y grupo de niñas de secundaria, da de comer a los menesterosos y les obsequia una despensa. Todas estas personas bajan de las comunidades aledañas a Santa María del Mexicano.

Esta labor le ha implicado muchos sacrificios a base de trabajar arduamente, haciendo incluso él mismo trabajos de albañilería, plomería, carpintería, aun en contra de su propia salud, pero sobretodo calladamente, ya que él prefiere permanecer lejos de los medios de comunicación, entrevistas, fotos y reportajes.

Cuando alguien le pregunta: ¿Cómo es posible llevar acabo la tarea que se ha impuesto?, él contesta que gracias a la divina providencia y a la buena voluntad de personas caritativas que aman a sus semejantes como a ellos mismos, ya que la institución se mantiene únicamente de donativos.

Es admirable que a pesar de su delicado estado de salud, el Padre Antonio siga firme al frente de esta gran obra, que según  sus propias palabras le han costado sangre, sudor y lágrimas.

Esta es pues la historia de un  hombre que dejó su país, su familia y sus seres queridos, para acudir al llamado de Dios en pro de los desvalidos.