«
Tengo el honor y la alegría de informarles que el sábado 27 de mayo estará entre nosotros el Santo Padre Francisco». Con estas palabras, pronunciadas al final de la misa que celebró hoy por la tarde en la Catedral de San Lorenzo para la apertura del Año pastoral, el cardenal Bagnasco anunció a los genoveses la visita tan esperada del Papa. Solo un día, pero que será, seguramente, una riqueza, porque justamente desde el puerto de Génova partieron hacia Argentina tanto los piamonteses Bergoglio, abuelos y papá del futuro Pontífice, como los lígures Sivori, padres de la mamá Regina.«
Es un gran regalo, un gran don —prosiguió el presidente de los obispos italianos y ahora también europeo
s— que él nos hace, y nosotros nos preparamos para acogerlo con la vida en nuestras comunidades». «Preparémonos a un evento particularmente bello, que nos ayudará, nos sostiene y nos animará —añadió el purpurado. Un evento que ayudará y sostendrá nuestro camino de Iglesia al lado de la Iglesia universal. Esta visita honra y refuerza a Génova».
No hay ningún problema desde el punto de vista organizativo, dijo el cardenal, porque «la máquina organizativa ya ha tenido experiencias», gracias al reciente Congreso Eucarístico Nacional, que se llevó a cabo del 15 al 18 de septiembre de este año. En principio, la visita del Papa habría debido llevarse a cabo justamente durante el Congreso, pero al anular las visitas italianas durante el Año Santo de la Misericordia se postergó la llegada de Bergoglio. La Sala de Prensa del Vaticano ha confirmado la noticia con un breve comunicado: «la visita del Santo Padre a la Arquidiócesis de Génova será el sábado 27 de mayo». Se trata de la cuarta visita a Génova de un Papa en por más de 30 años: en 1985 y en 1992 Juan Pablo II, y en 2008 Benedicto XVI.