El Papa Francisco citó este refrán africano: “para educar una persona, hace falta una aldea”, en el discurso que dirigió este 4 de septiembre a los participantes en el Encuentro mundial de «Scholas occurrentes», proyecto que tiene como fin unir y comunicar escuelas de todo el mundo con jóvenes de diferentes religiones para conocerse y construir una cultura de la paz en el mutuo respeto y escucha.
El Papa utilizó esta frase para recordar que la educación de una persona requiere la participación de todo el pueblo, una participación responsable y compartida. Compartió incluso una anécdota personal de su infancia: en alguna ocasión siendo niño le faltó el respeto a su maestra, su mamá acudió a la escuela y le hizo que pidiera perdón a su maestra; él se sintió feliz. Agrega que hoy en día los papás muchas veces reclaman e incluso denuncian a los maestros si les llaman la atención a los alumnos. Él habla de que el pacto educativo está roto y que es necesario volver a participar todos en el mismo objetivo: la educación integral de la juventud.
Esto lo dijo el Papa de los jóvenes en general, podemos imaginar con cuánta mayor razón se podría requerir de la participación de toda la comunidad en la educación de los jóvenes candidatos al sacerdocio. Este sábado 6 de septiembre nuestra iglesia diocesana celebró los 25 años de la creación de la etapa del Seminario conocida como Curso Introductorio, que se ubica en la comunidad de Galindo. Esta etapa es un año de espiritualidad después de que los jóvenes han terminado la Preparatoria, y es la ante sala del Seminario Mayor.
Oremos y trabajemos en la educación integral de nuestros futuros pastores.
Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» el 7 de septiembre de 2014