La música es una experiencia magnifica, nos puede ayudar a rezar y buscar, con melodías apropiadas, la paz del corazón. En la Biblia son muchos los eventos donde la música acompaña el pueblo de Dios y muchas liturgias tienen cantos de grande riqueza espiritual.
Marie Elisèe, Nikolay, Lucia y Mirjana Gerstner son cuatro hermanos de Alemania que eligieron la música para encuentrar el pueblo de Dios en Ecuador y en México, y rezar por la paz.
Con sus cantos gregorianos, benedictinos y en melodías antiguas en diferentes idiomas tienen conciertos y cantan en la liturgia. Entre las canciones destaca el Padre Nuestro en arameo, por ser “el idioma en que nuestro Señor Jesucristo enseñó la oración a sus discípulos” explica Marie Elisèe.
Orizaba y Tuxtla, Veracruz, la Ciudad de México, Saltillo y Durango han escuchado las melodías de Harpa Dei, así como Vaalam, una isla monástica en Rusia y también Jerusalén.
¿Cómo empieza la relación entre la Iglesia de Alemania y su obispo con Ecuador?
“Nuestra Diócesis de Santo Domingo de los Tsáchilas en Ecuador tiene una estrecha relación con la Iglesia de Alemania, siendo el primer Obispo de esta Diócesis un obispo alemán llamado Emil Stehle.
Este fue director de Adveniat entre los años 1977 a 1988. Mons. Stehle conoció nuestra comunidad en Alemania, y nos invitó a fundar en su nueva Diócesis, ya que buscaba comunidades contemplativas. Siendo una persona muy activa en el ámbito social, ponía mucho énfasis en la presencia orante de religiosos en su diócesis”.
¿Qué tipo de música cantan y porque?
“Cantamos música sacra, especialmente litúrgica. Consideramos la música sacra sumamente importante para la vida de la iglesia. Es una música que ayuda particularmente a enriquecer la liturgia y elevar los corazones a Dios. Sobre todo nos parece importante rescatar la música propia de la liturgia que cada vez se escucha menos en las iglesias. La música sacra es el arte más sublime que podemos ofrecerle a nuestro Señor, ya que está íntimamente conectada con las acciones litúrgicas y la adoración de los fieles que la ofrecen”.
¿Cómo recibe este tipo de canto el pueblo de Latino América?
“Podemos hablar sobre la experiencia que hemos tenido en Ecuador y México con esta música. Nos hemos encontrado con mucha apertura de parte del pueblo al escuchar este tipo de canto. A pesar de ser desconocido para la mayoría, es recibido con gozo y agradecimiento por la experiencia que les permite tener para la adoración y alabanza de Dios”.
¿Cual es la misión de Harpa Dei por la paz en México?
“Harpa Dei comenzó con una campaña de oración por la paz en Ecuador, llamada «Quebrar la vara del Violento», en el año 2011. Se logró, con el apoyo de los obispos ecuatorianos, unir el país en oración con esta intención particular. Se han visto grandes frutos: la criminalidad más grave declinó hasta en un cincuenta por ciento. En el año 2014 fuimos invitados a México para realizar la misma campaña de oración. Desde ahí hemos venido en diversas ocasiones, haciendo adoraciones, conciertos y oraciones por la paz. Ofrecemos nuestros cantos con la intención de contraponer a la oscuridad de la violencia del pecado, la luz de la belleza de Dios. Creemos que con el canto litúrgico se logra debilitar las fuerzas del mal a nivel espiritual, que influyen en las personas a cometer actos tan atroces. Hemos invitado a muchas personas a unirse en esta oración que la hacen a diario”.
Hay un canto con letras guadalupana que cantan ustedes: ¿cómo encontraron este texto?
“Sí, tenemos las notas de la música que, según expertos, sale de la tilma de Juan Diego. Inspirado en ello, habiendo leído el Nican Mopohua, escogimos partes del diálogo entre la Virgen y san Juan Diego, tomando el texto primero en su lenguaje original, el Náhuatl y luego traducido al español. Para la parte del Náhuatl hemos sido apoyados por un sacerdote mexicano, que trabaja en la pastoral indígena”.