DESDE LA CEM:Día mundial contra la trata

Hoy 30 de julio se celebra el Día Mundial contra la Trata de personas. La trata es un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo. Aproximadamente un 30 por ciento de las víctimas de la trata son niños, y un 70 por ciento son mujeres y niñas. Estos son los datos publicados del Informe Mundial sobre la Trata de Personas. La trata implica captar una persona, trasladarla, coaccionarla, venderla, amenazarla, violentarla, usarla y descartarla. Hablamos de violencia física, psicológica, de engaño o pseudo convencimiento, a veces con intervención de familiares o personas con las que la víctima está comprometida afectivamente.

La trata de personas humanas constituye un ultraje vergonzoso a la dignidad humana y una grave violación de los derechos humanos fundamentales.  El Concilio Vaticano II que, en Gaudium et Spes se había referido a la esclavitud, la prostitución, la trata, así como las condiciones ignominiosas de trabajo en las que los obreros son tratados como meros instrumentos de lucro, no como personas libres y responsables, que son «oprobios que, al corromper la civilización humana, deshonran más a quienes los practican que a quienes padecen la injusticia y son totalmente contrarios al honor debido al Creador» (GS 27).

Estas situaciones son una afrenta a los valores fundamentales que comparten todas las culturas y todos los pueblos, valores arraigados en la misma naturaleza de la persona humana. El alarmante aumento de la trata de seres humanos es uno de los problemas políticos, sociales y económicos urgentes vinculados al proceso de globalización; representa una seria amenaza a la seguridad de cada nación y es una cuestión de justicia internacional urgente.

Por la intercesión de Nuestra Madre, María Santísima, suplicamos al Dios de la Vida nos conceda luz y fortaleza para servir con generosidad en la causa de la dignidad ultrajada de tantas personas y ser sembradores de esperanza y de paz.

 

En Cristo, nuestra Paz

 

+ Carlos Garfias Merlos

  Arzobispo de Morelia