DESDE LA CEM: VIVIR LA SEMANA SANTA, RESPUESTA A ANHELOS Y PROBLEMAS

Comunicado de prensa

La cuaresma tiene como meta final la Semana Santa, la Pascua. La llamamos santa porque en estos días los católicos celebramos los misterios centrales de nuestra fe: Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. La Iglesia, a través de la liturgia y representaciones, nos estimula a reflexionar para vivir estos misterios de la Pascua; las procesiones de ramos, vía crucis y del silencio nos mueven en este sentido: caminar detrás de Jesús con nuestra cruz; no se trata de teatro, ni recorrer como turistas las representaciones que llaman más la atención. La Pascua es la respuesta de Dios a nuestros vacíos y anhelos profundos, a los interrogantes y males que sufrimos.

El Domingo de ramos iniciamos la Semana Santa para conmemorar y crecer en la comprensión y vivencia de estos acontecimientos, corazón de nuestra fe; se resalta la procesión de Ramos y la lectura de la Pasión del Señor. Los ramos son signo de la victoria de Jesucristo y de nuestra opción por Jesús; así expresamos estar decididos a seguirlo en su pasión dando la vida por amor, aunque tengamos que afrontar rechazos y sufrimientos, como los mártires; la palma bendita colocada en el hogar junto al Crucificado nos lo recordará.

Con la lectura de la Pasión el Domingo de Ramos y el Viernes Santo, los creyentes somos interpelados a elegir entre Jesús o Barrabás, el bien o el mal, la unidad o la división, la reconciliación o la violencia, la vida o la muerte. Es un llamado fuerte a enderezar la vida desde el corazón, a unirnos a quienes ya siguen a Jesús con la cruz optando por la verdad, la unidad y el bien; con su trabajo honesto, cultivando el amor de su familia y el servicio en su comunidad.

El Martes Santo a las 11.30 a.m. Misa Crismal en la Basílica de Ntra. Sra. de la Soledad; celebración única en el año que solo preside el Obispo con sus sacerdotes que renuevan su compromiso sacerdotal. En esta celebración el Obispo bendice solemnemente los óleos de Enfermos, de los Catecúmenos y del Crisma; se resalta la bendición del Crisma. Son los óleos de la elección, misión y fortaleza del Espíritu Santo en los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Ordenación de presbíteros y de Obispos, Unción de enfermos. Al terminar se confían los óleos sagrados a los delegados que los llevarán a todas las parroquias.

El mensaje de la Pascua es claro, comprometedor y eficaz: Jesucristo vence el mal con el bien, la mentira con la verdad, la división con la unidad, la corrupción con la honestidad y el odio con el amor. La Pasión y Muerte de Jesucristo es la prueba más grande de amor, la garantía de que Dios sí quiere el bien y una vida mejor para todos; solo espera nuestra participación activa, espera que vivamos la Pascua para ser artesanos de justicia, de amor y de paz en nuestra vida diaria. Vivir la Pascua, es el camino seguro del amor y de vida plena. Hagamos la prueba.

Preparémonos todos a vivir esta Semana Santa decididos a crecer en la comprensión y vivencia de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en nuestra vida diaria. La catequesis especial previa, en las diferentes comunidades, será de provecho para todo bautizado en uso de razón;  igualmente la reflexión y retiros para los agentes de pastoral y quienes tienen participación en alguna representación como procesión de Ramos, Apóstoles, Vía Crucis, procesión del Silencio; la oración y preparación personal de los mismos sacerdotes en cada celebración. El próximo domingo recordaré aspectos fundamentales para la celebración y vivencia del Triduo Santo. Vivamos la Pascua.

                                                                 + <José Luis C hávez Botello.

Arzobispo de Antequera Oaxaca.