En Chiapas ya tienen habitaciones con el proyecto “Vivienda 6×4”
La obra de la Iglesia católica en México, para con las víctimas de los sismos de septiembre pasado, inició inmediatamente después de estos eventos, y hoy por hoy continúa. La cercanía a las exigencias del pueblo, de las periferias y de los grupos indígenas, es permanente, como lo atestigua el Secretario de la Conferencia Episcopal Mexicana al regreso de su viaje a Chiapas, visitando y confirmando como las parroquias, incansablemente, trabajan para cubrir las múltiples necesidades.
La Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, con ayuda especialmente de la sociedad civil, ya tiene importantes resultados. Gracias al trabajo de padre Rómulo Sánchez, párroco la Parroquia de San Juan Bautista de Ocozocoautla, el Proyecto San Juan “Vivienda 6×4”, está avanzando rápidamente. “Hasta hoy se tienen 44 casas 6×4 con estructura antisísmica ya terminadas, para familias damnificadas por el terremoto del 2017”, explica con satisfacción PadreRómulo.
Su parroquia es grande, el templo y muchas casas fueron destruidas por el sismo, por lo que no se podía esperar al apoyo gubernamental para empezar la reconstrucción. Ellos mismos empezaron un importante labor de sensibilización para iniciar la obra.
Las colonias Espina de Morelos, Veracruz, Río Grande, El Canelar, Aguacero, Piedra Parada, todas ellas en el Municipio de Ocozocoautla, Chiapas, al día de hoy ya tienen unas habitaciones gracias al proyecto “Vivienda 6×4”. Es un proyecto de grande solidaridad para realizar viviendas completas, con puertas y ventanas, “un techo donde dormir, donde los niños pueden descansar y los adultos mayor estar tranquilos”, comenta el padre Rómulo. Las familias son de campesinos e indígenas, todas ellas personas necesitadas, y las casas se hicieron sin importar su Fe o su ideología. “Aquí viven familias pobres, con una gran cantidad de niños, hasta 6 o 7 por familia”.
El costo de cada habitación es variable, y depende de la distancia de la casa al centro de la comunidad, con un promedio de 30 mil pesos. En ocasiones las distancias son muy largas y se necesitan tres horas de viaje por caminos difíciles. Zonas casi sin calles, con subidas y bajadas. La tierra, llena de lodo después de las lluvias, hace incrementar el costo de transporte de los materiales.
La caridad y la generosidad en las redes sociales fueron de ayuda importante en el trabajo para apoyar esta comunidad. Cemento, block, arena y puertas, han llegado a las colonias del centro y de las zonas periféricas. “Por las distancias tan grandes y de difícil acceso, el equipo de trabajo vivía en un campamento hasta terminar la obra lo más rápido posible”, comenta el padre que sigue incansable su trabajo.
Ahora están construyendo otras diez casas para que las personas aún damnificadas de la parroquia de San Juan Bautista en Tuxtla, cuenten con una vivienda digna.
También la casa parroquial fue afectada y está en malas condiciones, pero ésta puede esperar. “Aún faltan muchas casas, escuelas y templos – comenta padre Rómulo – , que con la ayuda de Dios, volveremos a levantar”.
Prensa CEM