de Enrique Díaz Díaz
Obispo Coadjutor de San Cristóbal de las Casas
“Juan es el mensajero. que prepara el camino del Señor”
15 Diciembre
Isaías 54,1-10: “Como a mujer abandonada y abatida, vuelve a llamarte tu Señor”
Salmo 29: “Te alabaré, Señor, eternamente”
San Lucas 7,24-30: “Juan es el mensajero. que prepara el camino del Señor”
Si ayer reconocíamos el testimonio que Jesús ofrecía a los seguidores de Juan el Bautista sobre la llegada del Reino y su propia persona, hoy Jesús nos enseña cómo vive quien se ha dedicado plenamente a la verdad y la alabanza que merece. Su reconocimiento está dirigido a Juan el Bautista como a un verdadero profeta. El profeta con frecuencia es sacudido por dos fuerzas: Dios que lo impulsa a hablar de la verdad y el pueblo que se opone a su mensaje. Y Juan es un verdadero profeta que no va a la deriva a favor del viento que prevalece sino que anuncia con fuerza y con verdad el mensaje del Señor. Es un hombre que sacude las conciencias de su tiempo y que decididamente actúa para preparar el camino del Señor. La gente sencilla escucha su mensaje, se bautiza y comienza el camino de la conversión en espera del Salvador. Los que tienen algo que perder: poder, fama, placeres, se sienten en cambio agredidos y pronto empiezan a boicotear su mensaje. Jesús reconoce que aún los pecadores y publicanos escucharon su mensaje y aceptaron el designio de Dios. En cambio los fariseos y los escribas se cerraron al mensaje. Ya desde hace algunos días hemos escuchado que se celebran “las posadas”, pero nada tienen de oración, ni se lee ningún pasaje de la Biblia que ayude a preparar el corazón y solamente hay convivencia. Y estaría bien, pero muchas veces se termina en pleitos y borracheras nada edificantes. Se ha utilizado el nombre de “posada” o “pre-posada”, olvidando el significado que tiene: preparar un lugar digno y adecuado donde pueda nacer el Niño que ya viene. Mañana litúrgicamente iniciamos las posadas, que en nuestro México tienen un sabor especial. Las posadas retoman la tradición de José y María peregrinos en las afueras de Jerusalén que no encuentran un alberge donde pueda la madre dar a luz. Hagamos de este tiempo, un tiempo de apertura y preparación. Escuchemos hoy nosotros el mensaje de Juan el Bautista y dispongamos nuestro corazón, cierto pecador, humilde, pero purificado con el arrepentimiento y la conversión. ¿Cómo esperas tú al Salvador? ¿Qué nos diría Juan el Bautista de nuestra manera de prepararnos?