DESDE LA CEM: El Egoísmo, un enemigo peligroso de vencer.

 

Comunicado de prensa

El egoísmo es un enemigo peligroso que, como cáncer maligno, está destruyendo muchas vidas, familias, recursos naturales, patrimonio de pueblos y de culturas; valora más al individuo que a su misma familia y comunidad; así va separando de ellas y mueve hacia personas o grupos que alimentan su manera de pensar. La persona egoísta se cree de avanzada y abierta, pero en realidad es cerrada en sí misma o en su grupo; solo vale su manera de pensar y de actuar sin importarle quienes le rodean, usa más la fuerza y la manipulación que la razón.El egoísta llega a creer que solo haciendo lo que le gusta y le da placer mejora y es feliz; lo encandilan los logros y alegría inmediata. Sin importar los medios busca el dinero, el poder y el placer como fuente de su superación y felicidad; esto lo lleva a amistades no convenientes, a relaciones sexuales irresponsables, a adicciones y hasta enrolarse en el crimen. La historia nos muestra cómo el egoísmo forja personas violentas, enemigos de su misma familia y comunidad porque lleva a la corrupción, a la soberbia, a graves injusticias, al autoritarismo y a dictaduras.El egoísmo se  presenta con máscara de valores y de derechos como la libertad, la democracia y la felicidad; así encandila, atrae a muchos y mutila las perspectivas de un futuro mejor para muchas personas y familias; al dar rienda suelta a gustos y pasiones, tarde o temprano se cae en la irresponsabilidad social. El egoísmo puede penetrar y dañar todas las edades y campos: niños, jóvenes y adultos; en hogares, en la economía, educación y política, hasta espacios de la misma Iglesia. Ninguna persona, familia, organización o ambiente de trabajo está blindada. Lo que realmente lleva a superarnos y a ser felices son las relaciones personales en el respeto y la verdad, el servicio, la ayuda mutua y la amistad sincera. Lo que lleva al desarrollo integral y a la paz social de los pueblos es el cultivo de la identidad y dignidad humana, el sentido de pertenencia, la educación de calidad cimentada en valores, el trabajo honesto y responsable, la participación activa de los ciudadanos en el bien común. Lo podemos constatar y experimentar en nosotros mismos y a nuestro alrededor. ¿Qué rostros de egoísmo tocamos en nuestra familia y sociedad?, ¿Qué ambiente y actitudes están moldeando la vida de los niños, jóvenes y adultos?. Si luchamos contra el egoísmo desde la familia y en todos los campos, muchos problemas terminarán; si no damos esta batalla sufriremos después frustraciones, desesperación y hasta desgracias irreparables. Pongámonos una tarea personal, en nuestro hogar y fuera de él según nuestro trabajo y capacidades; así construiremos caminos y puentes de reconciliación y de paz para Oaxaca. Está en nuestras manos hacerlo.

 

 + José Luis Chávez Botello

Arzobispo de Antequera Oaxaca.