Comunicado de prensa
Desde años nos preocupa la paz en nuestra sociedad. Pareciera que en Oaxaca hemos hecho opción por la violencia; la vemos y sufrimos por todos lados. ¿Contra quién se pelea?, ¿A quién se quiere dañar y a quien se daña realmente con la violencia?, ¿En dónde están los beneficios prometidos por las personas, grupos y organizaciones que promueven la violencia?. La inseguridad y violencia nos han robado la convivencia pacífica, la libertad, espacios públicos de encuentro y descanso, el fruto del trabajo, la educación de calidad, el desarrollo integral, la justicia, la paz y muchas vidas inocentes.
Trece Obispos y varios sacerdotes de Diócesis de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua nos encontramos estos días en Oaxaca para reflexionar y compartir experiencias sobre nuestra misión en el contexto de grave inseguridad y violencia. Compartimos lo que vemos, escuchamos y tocamos; nos preocupa pero no nos desalienta; en esas situaciones palpamos cómo el Señor trabaja y se vale de personas concretas, a veces de víctimas, para abrir veredas y caminos que llevan a la paz. Allí nos llama a ser portadores y mensajeros de su paz.
Nos preocupa ante todo la falta de paz del corazón; al no tener a Dios como centro de la vida, perdemos el piso y el rumbo en lo que queremos y hacemos; solo vale la ley del más fuerte. Pongamos el corazón en Dios y los pies en la tierra para saber cultivar semillas de paz en el corazón con saludos, palabras y relaciones de amistad; con las manos y brazos abiertos para levantar, servir y perdonar; con acciones que ayuden a unirnos, a superarnos y a caminar juntos hasta vencer el mal con el bien. Ayudémonos a tener paz en el corazón.
Nos preocupa la falta de paz en muchos hogares por la violencia intrafamiliar; su situación se agrava por la inseguridad y la violencia en la sociedad; también la violencia intrafamiliar se proyecta de diferentes maneras en la sociedad. Desde la fe buscaremos caminos y redoblaremos esfuerzos para ayudar la familia a rescatar su misión fundamental: ser escuela de vida, de convivencia, de ayuda mutua y de superación. Su labor es irremplazable en el cultivo de la fe y en la construcción de la paz social. Ayudar a la familia en su misión sea tarea prioritaria en nuestra manera de vivir la fe.
Dios no quiere violencia, corrupción, injusticias ni divisiones; quienes viven de ellas y las promueven están abiertamente contra Dios. Redoblaremos esfuerzos para fortalecer la fe, aprender a orar y a reflexionar ante Dios para ser fieles y proyectarla fuera del hogar como mensajeros de la paz de Dios. Señalemos las expresiones de violencia no para desalentar ni provocar enojo, sino para buscar juntos soluciones, para escuchar que Dios nos quiere allí portadores y mensajeros de su paz. Pongamos el corazón en Dios y los pies en la tierra para aprender a ser artesanos de paz, a moldear cada día nuestra vida con oración, paciencia y constancia antes que endurezca por la violencia.
+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera Oaxaca.