El gran dios del Olimpo, Zeus, tenía dos hijas: una era Atenea y la otra era Afrodita, la diosa del amor. La vida de esta última era ligera y en ciertas ocasiones lasciva. En una de sus aventuras nació el personaje Cupido, que se recuerda especialmente entre los enamorados. Ese niño desnudo, travieso, encargado de flechar a los dioses y hombres dejándolos enamorados. El amor que nos presenta este personaje es superficial y actúa sobre el sentimiento.
Sin embargo, el día 14 de febrero, no está dedicado a Cupido sino a san Valentín. Él fue un obispo del siglo III que vivió durante la persecución cristiana en tiempos del Imperio romano. ¿Qué tiene que ver este hombre con el día del amor y la amistad? Este obispo se ganó el aprecio de la gente con su caridad. Visitaba a los cristianos encarcelados y les motivaba a ser fieles a la fe que profesaban. Su fama se extendió por todo el imperio. Esta forma de amor es más profunda y duradera, digna de ser ejemplo para seguir en el día del amor y la amistad.
Hay tres notas que nos ayudan a descubrir el amor profundo, sólido y verdadero: el interés, la despreocupación y el recuerdo.
El amor tiene que ser “interesado”. Esto no significa buscar el propio interés, porque se caería en el egoísmo. Si existe un interés, debe ser hacia la otra persona. Cómo puedo ayudarlo para que sea mejor, para que logre sus ideales, para que triunfe en la vida. Cuando este interés es recíproco, la convivencia se hace más fácil, el amor brota de inmediato, porque una persona busca los intereses de su compañero y viceversa.
El amor es despreocupado cuando amo a la otra persona tal como es. No debo vivir angustiado buscando en todo momento ver reflejado en el otro todas las cualidades que me gustaría que tuviera. No se trata de buscar unos amigos, novios, esposos ideales. Estos ideales difícilmente se encuentran y, si se hayan, aun en estos modelos existen deficiencias que no quisiéramos ver. Todos los hombres tienen sus cualidades y sus limitaciones. Quien ama despreocupadamente, buscará resaltar los puntos fuertes del amigo o de la pareja.
La tercera nota de un amor profundo, el recuerdo, no es la esencial pero no por ello deja de ser muy importante. El 14 de febrero ha sido el día elegido en el que se muestran todo tipo de manifestaciones de amor. El amor que no tiene estas manifestaciones externas al poco tiempo se olvida, pues el hombre no sólo es espiritual sino también corporal, y tiene necesidad de estos pequeños detalles de la vida diaria.
En el día de san Valentín aprovechemos para expresar el amor que tenemos a todos nuestros seres queridos de una forma profunda y duradera.
Pbro. Laureano López Saloma