CONSAGRACIÓN EN EL ORDO VIRGINUM, ROSALINA PÉREZ HERNÁNDEZ

Santa Bárbara, Corregidora, Querétaro

05 de agosto de 2021

 

En punto de las 11:00 horas del 05 de agosto del 2021, en la Parroquia de Santa Bárbara, ubicada en la Col. Santa Bárbara, Corregidora, Querétaro, Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Santa Misa en la Rosalina Pérez Hernández se consagró en el Ordo Virginum, como esposa de Cristo y al servicio de la Iglesia.
Uno de los momentos centrales de la celebración fue cuando la hna. Rosalina Pérez Hernández, ante el Obispo, hizo su propósito de guardar perfecta castidad siguiendo a Cristo Buen Pastor. Puesta de rodillas dijo la «Oración Consecratoria», al concluir, Mons. Fidencio, le hizo entrega de las insignias de la Consagración:
a) El velo, símbolo de su consagración a Cristo.
b) El anillo, signo de fidelidad y sello nupcial con Cristo.
c) La Liturgia de las Horas, para el cumplimiento de su deber de Oración, para que una su voz a la de Cristo Sacerdote y a la de la Santa Iglesia, alabe sin interrupción al Padre Celestial e interceda por la salvación del mundo entero.
Al inicio de la Homilía Mons. Fidencio saludo a los sacerdotes presentes, en especial, al padre Gustavo Licón Suárez, párroco de esta parroquia diciendo: “Saludos hermanos sacerdotes y saludo principalmente al padre Gustavo y agradezco al servicio que está dando a esta parroquia bajo el patrocinio De Santa Barbara, un servicio que él da en nombre del obispo y en nombre de Jesucristo el Buen Pastor. Gracias, padre Gustavo.
Saludo y agradeció la presencia de las Vírgenes Consagradas, a los familiares, amigos de Rosalina y a todos los feligreses de esta parroquia:
También saludó a ustedes hermanas y hermanos, familiares y amigos de la hermana Rosalina, de manera especial a todos los feligreses de esta parroquia, qué cómo ven, es una parroquia fecunda y entre tantas y tantos hombres y mujeres destacados al servicio de la sociedad y de la Iglesia, ahora nos regala a una hermana, a nuestra hermana Rosalina, que hoy hace su consagración al servicio de Dios en los hermanos, reciban todos, un saludo fraterno.»
«Ante la mirada de Jesucristo, de la Santísima Virgen María y de San José, ante la mirada de Santa Bárbara, estamos aquí para celebrar que nuestra hermana, Rosalina Pérez Hernández, hoy 5 de agosto, delante de Dios y de este pueblo que la ha visto crecer, que la ha visto servir, quiere hoy hacer pública su decisión de responder al llamado de Dios, al llamado que Dios le ha hecho para consagrarse, al servicio de Dios en los hermanos como ya lo hemos dicho, como afirma la instrucción Ecclesiae Sponsae Imago, asumiendo que la virginidad, la esponsalidad y la maternidad, son tres perspectivas que permiten describir el ser y el quehacer de las Vírgenes Consagradas, en este contexto resuena este hermoso Evangelio, altamente significativo y profundamente iluminador para este gran acontecimiento, “el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que con sus lámparas en la mano salieron al encuentro del novio, cinco de ellas era necias y cinco de ellas eran prudentes”, la parábola es una luz de exhortación a estar preparados para la venida de Jesús qué puede tener lugar en cualquier momento, la mención del retraso del novio y la exhortación a estar en vela, son llamadas de atención para despertarnos de la apatía y de la indiferencia, ya que no sabemos ni el día ni la hora; para el evangelista San Mateo, las vírgenes prudentes, las prudentes y los prudentes, son quienes llevan frascos de aceite con sus lámparas y cuando escuchan la voz “Aquí está el novio, salgan a recibirlo”, se despiertan y se ponen a preparar sus lámparas, en otras palabras, las vírgenes prudentes son las que escuchan la palabra de Jesús y la ponen en práctica, son las que toman en serio el Evangelio y lo traducen en obras, las vírgenes prudentes son las que están enraizadas profundamente en la vida de su pueblo, son hijas de su pueblo, lo conocen, lo aman y lo sirven con amor hasta el extremo a la manera de Jesús; las vírgenes prudentes son mujeres contemplativas, reflexivas y expertas en el diálogo, son quienes saben mucho de lo que ocurre en el corazón humano, quienes conocen su grandeza y también su miseria, por eso son humildes, en fin, las vírgenes prudentes, son las mujeres en las que se nota que su palabra lleva el peso de su testimonio y de su vida interior, son las que construyen su vida, son las que construyen su casa, son las que construyen la Iglesia sobre la roca.»
«El Evangelio que acabamos de escuchar retrata también a las vírgenes necias como las que llegaron tarde y se pusieron a gritar “Señor, Señor ábrenos”, pero él le respondió, “en verdad les digo que no las conozco”, “velen porque no saben ni el día ni la hora”; según la palabra de Dios, las vírgenes necias son tan necias que se parecen al hombre que edificó su casa sobre la arena, son tan intransigentes, viven preocupada sólo de sí mismas, son superficiales, mediocres y mezquinas ante Dios, ante los hermanos, ante el mundo y ante la historia; las necias y los necios no creen en las posibilidades de cambio, porque son enemigas declaradas de la esperanza y no contentas de encerrarse en la insensatez de su propia soledad, las necias y los necios a menudo estropean la vida de los otros contagiándolos de su propia necedad, es tan detestable la vida de los necios a los ojos de Dios, que la palabra de Dios no duda en declarar lo siguiente: “el luto de un muerto dura siete días, el luto de un necio dura toda la vida”, “no hables mucho con el insensato ni vayas con el fatuo, guárdate de él, no sea que te tropiezas y te salpique cuando se sacude, apártate de él y estarás tranquilo y no te irritara su locura, ¿Qué hay más pesado que el plomo? ¿Cómo se llama?, dice la palabra de Dios que, se llama necio, necia; arena, sal, una bola de hierro se soportan mejor que un insensato», palabras hermosas dirigidas a la cabeza y al corazón de los cristianos y de todos los consagrados para no caer en esos falsos equilibrios y en la mediocridad, para ser radicales en el seguimiento de Jesucristo Nuestro Señor.»
«Finalmente, hermanas y hermanos, el Evangelio nos invita a estar en vela, estar en vela quiere decir estarse consumiendo, como las velas que tienen en sus manos, iluminando, sirviendo a Dios en los hermanos, estar en vela es estar vigilantes, la esperanza cristiana no se instala en el inmovilismo, al contrario, inquieta, crea en nosotros un dinamismo mayor, anima nuestra responsabilidad y creatividad, la esperanza cristiana no nos deja descansar, una virgen consagrada, un seguidor de Jesús, que mantiene encendida la lampara de la fe y la esperanza, es una persona eternamente insatisfecha, que nunca está del todo contenta, ni de sí misma, ni del mundo en el que vive, por eso, precisamente por eso, se le ve apasionada y comprometida allí, donde está luchando por una vida más cercana al proyecto del Reino de Dios. Estas son las vírgenes consagradas sabias qué necesita nuestra sociedad. personas de esperanza incansable, simplemente instrumentos de la Fuente originaria de la vida plena.»
«Que nuestro querido padre señor San José, que nuestra querida madre, en su advocación de Guadalupe, y nuestra Santa patrona, Santa Bárbara, nos custodien y nos acompañen.” Concluyó.
Finalizada la celebración eucarística Mons. Fidencio impartió la bendición, los allí reunidos le brindaron un fuerte aplauso; posteriormente, se tomaron la foto del recuerdo, con los sacerdotes concelebrantes y las vírgenes consagradas.