(CODIPACSQRO) La Iglesia con grande gozo pascual ha acogido el domingo 12 de abril, segundo de Pascua, a la hermana Faride Guzmán Magaña en el Ordo Virginum (el Orden de las Vírgenes).
Mons. Faustino quien presidió la celebración eucarística, inició su homilía recordando a los primeros cristianos: «Reunidos en esta mañana para celebrar nuestra fe en el Señor, “ocho días después de la resurrección” (Jn 20, 26), imitamos a las comunidades cristianas que desde el origen han tenido como punto de referencia la celebración de su fe cada domingo. Hace ocho días en este mismo lugar celebrábamos que Jesucristo ha vencido a la muerte y que con su resurrección nos ha dado la posibilidad de heredar la vida eterna. ¡Esta es la certeza de nuestra fe y el mensaje central de nuestra predicación!».
Antes de tomar los votos de la hermana Faride Guzmán, monseñor Armendáriz le dijo en su homilía: «Querida hija, la primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde Usted esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. Mediante su consagración podrá usted realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea». Y luego agregó la manera en que las vírgenes viven su consagración en el servicio: «Usted está llamada, desde ahora, a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. Vivir la consagración a Cristo de manera virginal, es un signo vivible que es posible ser bienaventurados aquí y ahora. Los tres signos que se le entregarán: el anillo, el velo y la liturgia de las horas, son el camino para ejercer la misericordia del Señor en medio de los hombres. ¡Cuídelos y llévelos con la alegría de las mujeres que salen al encuentro del Señor que llega!».
En este domingo previo a la 99 Asamblea General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, donde se abordará el tema de la Pastoral Juvenil, el señor obispo dijo a los jóvenes presentes en la Misa: «Queridos jóvenes, al proclamar las Bienaventuranzas, Jesús nos invita a seguirle, a recorrer con Él el camino del amor, el único que lleva a la vida eterna. No es un camino fácil, pero el Señor nos asegura su gracia y nunca nos deja solos. Pobreza, aflicciones, humillaciones, lucha por la justicia, cansancios en la conversión cotidiana, dificultades para vivir la llamada a la santidad, persecuciones y otros muchos desafíos están presentes en nuestra vida».
Auxiliadora García Bellorín