A un Hombre se le debe el brillante desarrollo de las misiones: hombre excepcional, de gran abnegación. En 1749, llega a la Nueva España ese hombre: Fray Junípero Serra, se ofreció ir a la conquista espiritual de la Sierra Gorda, en compañía de algunos de los franciscanos que habían venido con él de Europa, entre los cuales el P. Fray Francisco Palou.
Labor Espiritual
En junio de 1750 FRAY JUNÍPERO SERRA Y SUS COMPAÑEROS se encontraban ya en Jalpan, se preocuparon más bien de los indios que de los intereses reales FRAY JUNÍPERO SERRA hizo de las misiones un mundo cerrado, que se bastara a sí mismo. No impulsó el castellano, al contrario aprendió el pame y lo utilizaba mucho en la liturgia. Procuró vivificar la devoción con la ayuda de la música, del arte y las representaciones dramáticas. La estancia de FRAY JUNÍPERO Y DE SUS COMPAÑEROS señala la época de mayor brillantez de las cinco misiones. Es una verdadera Edad de oro. Los fernandinos triunfaron en un proceso, contra los pobladores. El trabajo era colectivo y dirigido por los padres. Sin duda FRAY JUNÍPERO SERRA, comprendió que el Pame asaltaba los poblados impelido por el hambre y procedió a desterrar la miseria y a crear la abundancia por medio del ejemplo del trabajo incansable que él implantó. Repartió tierras para que cada indio cultivase para sí sus propias sementeras además de las de la comunidad. Las trojes se llenaron y llegó a haber sobrantes en almacén; SERRA introdujo el cultivo de legumbres, Los bienes de la comunidad aumentaron. FRAY JUNIPERO SERRA añadió a este régimen agrario y colectivo, algo de comercio y artesanía.
Labor Material
Cuando SERRA realizó su tarea espiritual y temporal, decidió edificar los templos de las misiones, obra de gran importancia porque era símbolo del establecimiento definitivo del cristianismo. Da forma al pueblo. La Iglesia nueva señala la congregación de los indios; era el centro del futuro pueblo. Una Iglesia de cal y canto significaba la plena realización de la conquista espiritual.
Todas estas Iglesias son hermosísimos monumentos del barroco mexicano y fueron proyectadas por el mismo Fray JUNÍPERO SERRA. Los indios las construyeron voluntariamente y con mucho gusto; su trabajo con torpeza, ingenuidad y entusiasmo los capacitó como excelentes talladores de piedra y de madera hasta lograr esas magníficas Iglesias, y sus retablos interiores así
como las esculturas, bancas, púlpitos, puertas y demás muebles barrocos que las adornan. Las Iglesias de las misiones son realmente obra común de los misioneros, de los técnicos criollos o ladinos, y de los indios pames, con mucha razón son «Obras Mestizas».
Fray Junípero Serra antes de empezar las Iglesias quiso primero hacer de los indios verdaderos cristianos: Supo hacer los cimientos antes de levantar paredes. En la misión de JALPAN, en el tiempo de siete años (1751-1758), quedó concluida una Iglesia. Fray Junípero Serra, fue también en algo autor de las demás Iglesias, pues sus compañeros las construyeron siguiendo su ejemplo e inspirados por él. A imitación de Serra practicaron los mismo los ministros de las otras cuatro misiones, construyendo sus Iglesias por el mismo orden que la de Santiago de Jalpan.
CONCÁ, fue obra de Fray José Antonio de Munguía, fabricó una suntuosos Iglesia que fue la primera en aquellas tierras conquistadas se hizo de cal y canto (1754-1758).
TILACO, fue obra de Fray Juan Crespi, fabricó una Iglesia de cal y canto, con sus bóvedas y torres (1754-1762), consiguió de México colaterales y santos para adorno interior.
TANCOYOL, se desconoce el autor de la iglesia, posiblemente Fray Juan Ramos de Lora. Fue Construida entre 1760 y 1766.
LANDA, no se tiene ningún indicio sobre el autor de landa, quizá la más hermosa de las cinco Iglesias. construida entre 1760-1768.
La obra evangelizadora de Fray Junípero Serra llegó hasta enseñar canto gregoriano a los indios y a tocar órgano a los más diestros. En esta obra, en la Sierra Gorda, Fray Junípero Serra fue ayudado por los misioneros Fray Francisco Palou, Fray Juan Crespi, Fray Juan Ramos de Lora, Fray José Antonio de Munguía, Fray Miguel de la Campa y otros.
Fray Junípero Serra regresó a la Ciudad de México en septiembre de 1759, al marcharse dejaba a las misiones en excelente estado.
En la Sierra gorda, en las cinco misiones; de 1750 a 1770, hubo una especie de equilibrio, que no duró más de algunos años, entre la dicha de confort y de ser tratados como seres humanos, y la nostalgia terrible de la libertad perdida, el miedo a las epidemias. En la vida cotidiana de las misiones austera y monótona, el arte fue como una diversión, una meta, un refugio. Las Iglesias fueron edificadas con amor. Los misioneros supieron conciliar tres siglos de civilización en algunos años de evangelización. Las Iglesias son obra que se ajustan a los paisajes y al ambiente espiritual. Los indios participaron material y moralmente y con mucho amor. El arte de la Sierra Gorda no tiene nada de artificial. Así las cinco misiones llagaron a ser como el modelo de todas las misiones.