La Sierva de Dios M. Eugenia, por su gran amor y celo por la Eucaristía, hizo que desde pequeña se dedicara a acercar a Dios a quienes la rodeaban, primeramente a sus hermanos, a quienes desde niños los quitaba de jugar para llevarlos a rezar.
En su juventud, se preocupó por todos aquellos que no hubiesen hecho su Primera Comunión: niños, jóvenes adultos, para que se acercaran a la Eucaristía.
Fuente: Documentos para la Causa de Beatificación y Canonización de la Sierva de Dios M. Eugenia, de la Santísima Trinidad, Gonzáles Lafon