Castillo, Gto. 26 de Mayo de 2018.
Mons. Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro, visito el Templo de San Isidro ubicado en la comunidad de Castillo, Gto., perteneciente a la Parroquia de Los Beatos Mártires Mexicanos de Cristo Rey, en la que 122 niños y jóvenes recibieron el Sacramento de la Confirmación, mismos que fueron debidamente preparados de acuerdo a su edad dando fe y testimonio de ello el Párroco Pbro. Lic. Sergio Corona Magaña, quien concelebro esta Santa Misa.
Mons. Faustino recomendó a los allí reunidos que lo primero que hay que hacer al iniciar la jornada es decir: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, una oración muy sencilla, y quizá mecánica, pero que con ello expresamos una oración, por que reconocemos a Dios como nuestro Papá, que es el dador de todos los Dones, aquel que se preocupa como un buen padre, de día y de noche por sus hijos, aquel que está pendiente para alimentarnos, pero también para elegirlos, aquel que se preocupa para que tengan lo mejor. En su homilía completa les compartió lo siguiente:
“Saludo a toda la comunidad, especialmente a todos los niños y jóvenes que hoy viven a esta experiencia de la presencia del Espíritu Santo, en el Sacramento de la Confirmación, sé que se han preparado arduamente a lo largo de un año, que los han acompañado en la formación sus catequistas, a quienes siempre agradecemos, en esta importante tarea en la comunidad parroquial, porque van difundiendo el amor de Dios, porque una catequista y un catequista son misioneros de Jesús, ellos están preocupados por los niños y jóvenes en una comunidad, que a veces de manera silenciosa trabajan sin un reconocimiento amplio, por eso nuestra gratitud ante ellos y junto con los sacerdotes y los papás, nos unimos en un gesto de gratitud, pidiendo por ellos, para que continúen realizando esta tarea, para que haya cada vez más catequistas y no solamente atiendan a los niños en el templo, sino que salgan a buscar como misioneros y misioneras, a tantos niños que a veces se quedan rezagados en la formación y en la recepción de los sacramentos.
Sin duda éste es un día muy importante para estos niños, porque Dios padre les regala el Don del Espíritu Santo; aquí celebran a San Isidro, hace días fueron las fiestas patronales, San Isidro fue un gran Santo, un gran hombre, que desde niño se le vio esa vocación, después creció, se casó, pero siguió siendo un hombre Santo, ¿Por qué ?, porque los papás le inculcaron a Dios en su corazón, porque a San Isidro lo iluminaba el Espíritu Santo, desde el Sacramento del Bautismo y en el Sacramento de la Confirmación como hoy lo tienen ustedes.
Qué bonita fecha escogieron para celebrar el Sacramento de la Confirmación, porque esta fiesta de la celebración solemne del día de mañana, de la Santísima Trinidad, dónde invocamos el Espíritu Santo, yo creo que la mayoría de ustedes al iniciar cada jornada lo primero que hay que hacer es decir: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, una oración muy sencilla, una oración quizá mecánica por que hacemos en la señal de la Cruz, pero con ello expresamos una oración, por que reconocemos a Dios como nuestro Papá, que es el dador de todos los dones, aquel que se preocupa como un buen padre, de día y de noche por sus hijos, aquel que está pendiente para alimentarnos, pero también para elegirlos, aquel que se preocupa para que tengan lo mejor.
Como hoy los papás de esos niños y jóvenes se preocuparon para que se formaran en la fe católica, y hoy viviera precisamente a recibir y vivir profundamente en Sacramento, también de la Santísima Trinidad invocamos al hijo, nosotros lo miramos crucificado en la cruz, no porque sea crucificado, sino porque nos recuerda el gran amor que Dios nos ha tenido, como dice San Juan “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su único hijo, a Jesucristo” no es fácil entregar a un hijo y entregar un hijo sabiendo que ese hijo va a morir, pero si el plan de Dios era que con su muerte nos salvara, eso quiere decir que tú ya está salvado, depende de ti que se realice o no la salvación.
También decimos en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, es decir invocamos y nos consagramos al Espíritu Santo, hay una oración que dice: «Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía señor tu Espíritu y todas las cosas serán creadas y se renovara la faz de la tierra”, el único que puede renovar estructuras y familias, es Dios, es el Espíritu Santo, creámosle al Espíritu Santo; por eso quien quiera renovar algo o alguien, tienen que pedirle a Dios, nadie puede renovar nada, ninguna estructura, ningún corazón, si no es con la ayuda de Dios, no creamos eso de que con una varita mágica se puede renovar la faz de la tierra, una nación, la Esperanza la tenemos en el Espíritu Santo, por eso es importante ver si tenemos el Fe, es importante ver que quiere renovar, alguna estructura o a alguien, si tienes Fe o no tienes Fe, porque en definitiva como decimos en la oración, ven a renovar la faz de la tierra, por eso sigamos encomendando a Dios Padre Hijo y Espíritu Santo, que es como decimos en el catecismo, un solo Dios en esencia, Trino y uno.
Que Dios nuestro Padre, Hijo y Espíritu Santo sigan bendiciendo esa comunidad y que el Espíritu Santo envié sus bendiciones a estos niños que van a ser confirmados, a las familias que les acompañan, a ustedes padrinos que hoy se comprometen a darle seguimiento a esos niños, no los dejen solos, porque gran parte de la Fe de estos niños, ahora depende de ustedes, el crecimiento de estos niños depende de ustedes, porque se establece un vínculo espiritual tanto con los papás como con los ahijados, es un vínculo de responsabilidad, no de compadrazgo, sino un vínculo, una unión de responsabilidad, lo mejor que pueden hacer por esos niños y jóvenes, es dar todos los días una oración, consagrarlos al Espíritu Santo, darle buen ejemplo y testimonio de lo que tú vives, de lo que tú crees, de lo que tú ves, que Dios siga bendiciendo y que este día importante en la vida y en historia quienes vayan a ser confirmados los recuerden siempre.
Sigan orando todos los días, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, sigan elevando su oración pidiendo: ¡Ven Espíritu Santo!, sigan orando, pedimos la intercesión de la Santísima Virgen María, nuestra patrona diocesana, Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, para que siga bendiciendo a sus familias, decimos todos. Amén”.
Al terminar la celebración el Sr. Obispo felicito a los que recibieron el Don del Espíritu Santo, y recomendó a los papas y padrinos seguir velando por su formación hasta el fin de su vida y les dio la bendición.