El día 29 de junio se celebró en la Diócesis de Querétaro al igual que en toda la Iglesia Universal, la festividad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, expresión viva y heredada que las comunidades transmiten celebrando a dos grandes personalidades que sin medir consecuencias y poniendo en riesgo sus vidas, anunciaron el Evangelio de Jesucristo, obedeciendo el mandato de su Maestro que los mandó a proclamar la buena noticia de salvación a todos los rincones de la Tierra.
Otra manifestación arraigada en la Diócesis, fue la celebración de la fiesta de San Pedro en la colonia Peñuelas donde el Vicario General de la Diócesis Pbro. José Martín Lara Becerril, destacó dos rasgos importantes del santo patrono, uno, hombre de Iglesia, dos, misionero incansable. Invitó a la comunidad a ser fermento en su ambiente, signos de unidad, amantes de la comunidad, como lo hacía san Pedro.
Que mejor día para recibir la gracia de Dios que el día de su fiesta patronal, para todos queda la invitación: respetemos la figura de San Pedro, tengámosle devoción y conozcamos su vida. Que cada católico sea un hombre de Iglesia, el que está en ella, la defiende y promueva su unidad. Recordemos que en la Iglesia a nadie se rechaza, y se ofrece a todos la salvación. San Pedro no midió las consecuencias hasta llevar el Evangelio a Roma, aquí cada católico es misionero y es responsable de llevar la fe al hermano cercano.
Confíen en san Pedro y piensen en el poder que recibió, como lo recibe cada confirmado como soldados de Cristo para defender la fe.