Seminario Conciliar de Querétaro, Qro., 30 de Mayo de 2018.
El día 30 de Mayo de 2018, para gloria de Dios se llevó a cabo la Clausura del Ciclo Escolar 2017-2018, para los seminaristas que terminaron su formación en el área de Filosofía y Teología, con la celebración de la Santa Misa que fue precedida por Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, en la Capilla de Filosofía de las instalaciones del Seminario Conciliar de Querétaro, Qro., ubicado en Av. Hércules 216 Poniente. Col. Hércules.
Concelebraron esta Sagrada Eucaristía, los Sacerdotes que acompañan a los seminaristas como formadores, de igual manera asistieron su familiares y amigos para compartir esta gran alegría por la etapa que termina y pedir la bendición de Dios y la Intercesión de Santa María de Guadalupe, para que imitando a Jesús, les impulse a ser hombres de servicio, hombres infatigables, hombres tan acostumbrados a servir al Señor y a imitarla a ella también como la mujer del servicio, la mujer de la entrega, la perfecta discípulo y que ella sea quien guíe a los seminaristas por los caminos y el crecimiento de la imitación de su hijo Jesús. En su homilía el Sr. Obispo les Compartió diciendo:
“Agradeciendo a los hermanos sacerdotes a los formadores después de lo que han hecho para llegar a este momento en la cual clausuramos este curso, agradezco especialmente a quiénes como sacerdotes formadores asiste a este seminario al padre Jorge que dentro del seminario nos da la Filosofía, a los papás que se encuentran presentes con sus hijos, gracias por su contribución a la formación de nuevos sacerdotes, felicitó a quienes concluyen Teología, que ciertamente tienen la formación inicial pero que ahora tiene la formación permanente, a los que terminaron Filosofía, los invito a continuar la siguiente etapa, le agradezco a Dios por este seminario que sigue teniendo vocación como la de estos 5 diáconos que el día de mañana serán ordenados sacerdotes.
Siempre la palabra de Dios nos ilumina, porque un seminarista sin la palabra de Dios no crecería, por eso hoy el apóstol Pedro nos invita a poner atención en nuestra conversación vertical con Dios, pero no quedarnos allí, si no fortalecer y consolidar nuestra relación nuestra conversión, pero al mismo tiempo aterriza con ejercicios de caridad y cercanía con los hermanos, poro nadie puede vivir una relación de fraternidad, una relación sana con el otro si no hemos consolidado antes nuestra relación con Dios, una relación que implica una entrega permanente, así como nuestra misión tiene que ser permanente así también tendrá que ser la oración permanente con Dios, si algo no está sostenido y nos hace decir sí, Señor de manera permanente, el esfuerzo de oración es algo que hace, dentro de la dimensión espiritual se tiene que ir revisando, también continuamente para ir creciendo esa respuesta ocasional, entonces hagamos de la oración un hábito porque es la clave y la base para la vida Pastoral oración vertical con Dios, pero al mismo tiempo relación de servicio a los demás.
Lo cual hoy les dice a sus discípulos cuando guiados por el Espíritu de Dios, va a Jerusalén, va a tomar la cruz, la invitación es para los discípulos acompañarlo a Jerusalén, nosotros ya sabemos la historia, y sabemos que alguno se echaron para atrás, uno lo traiciono, otros lo negó, de tal manera que las reacciones en nosotros pueden ser diferentes, y nosotros ¿cómo vamos viviendo este seguimiento de Jesús?, y hacer un análisis y ver si este año que paso me convertí en más imitador de Jesús, el discípulo es el que iba detrás del maestro, no por conveniencia ni por obligación Sino por el ansia de vera Jesús y le vemos no por curiosidad sino contemplarlo para realizar nuestras acciones en la vida ciertamente algo que Jesús privilegiada en la predicación y en la formación de sus discípulos el discípulo pues no puede estar peleando con alguien del discípulo no puede estar ausente de nadie no puede excluir no puede descartar porque un discípulo crece y se hace de tiempo completo.
Por eso celebro que en el seminario haya pequeñas comunidades y que crezca el seminario y que haya esta experiencia de pequeña comunidad porque será clave para su fidelidad será clave para su bienestar con Dios, será clave para su apertura a de corazón, un sacerdote que ama, un sacerdote que vive en comunidad se ven, un sacerdote en comunión es un sacerdote que va creciendo en la familia y en la comunidad, alguien que no vive en comunidad es individualista, entra en un pequeño círculo de tal manera que pierde incluso la alegría primera que le hizo dar el paso para consagrarse a Dios y se convierte en un burócrata, por eso la vida de comunión con los hermanos y hermanos sacerdotes, es lo que les motiva de manera permanente a seguir adelante en relación con Dios y en relación con los hermanos, pero esa relación con los hermanos, siempre significa cruz.
Y esta es la invitación que hoy nos hace Jesús, es curioso como este contexto de invitarnos abrazar la cruz, habla del servicio, habla de no buscar los primeros lugares, habla de no tener privilegios a la derecha o a la izquierda que buscan privilegios, en este camino quien busca privilegios y hace de su sotana un sinónimo de privilegio no tiene vocación, por eso quien busca entregarse al Señor debe estar decidido al servicio; ya muy bien el ceremoniero del anterior discurso repetía las palabras “Quién se ofrece a servir al Señor, prepárate para la prueba” y la prueba es la cruz y la cruz en la vida del discípulo tiene que aparecer todos los días, el día que no aparezca la cruz la tenemos que extrañar y tenemos que preguntarnos en qué estoy fallando; Jesús invita a sus discípulos a no pasársela bien o estar en una zona de confort, sino que les dice aquel que quiera ser mi discípulo “Tome su cruz de cada día y sígame”, al seguirme a mí significa he venido a servir y no a ser servido, que el servicio sea el que caracteriza a un seminarista de manera permanente.
He visto que de manera permanente, el padre ecónomo cuando van a los decanatos, hay hermanos muy tacaños para el servicio, que les gusta ser servidos en lugar de servir, ¿cómo servir?, así imitando a Jesús, que Dios nos ayude y hay que impulsar a hombres de servicio, hombres infatigables, hombres tan acostumbrados a servir al Señor. Que nuestra madre la mujer del servicio, la mujer de la entrega, la perfecta discípulo nuestra Madre la Virgen de Guadalupe, guíe a nuestro seminaristas por los caminos y el crecimiento de la imitación de su hijo Jesús. Que así sea”.
Al terminar la celebración Mons. Faustino les dio la bendición, y se procedió a la entrega de reconocimientos a los que terminaron esta etapa de sus estudios y con la gracia de Dios pasar a la siguiente etapa.