A los hermanos presbíteros, a los miembros de la vida consagrada, y a todos los fieles de la Diócesis de Querétaro:
Los primeros cristianos se reunían durante cuarenta horas en oración para recordar la Pascua del Señor, comenzaban a las tres de la tarde del viernes en memoria de su muerte y terminaban a las siete del domingo para recordar su resurrección. Cuando el Santo Padre Clemente VIII instituyó esta oración de las 40 Horas para toda la Iglesia, la llamó piadosa y saludable oración de las cuarenta horas y también llave del cielo, evocando la enseñanza de los santos padres porque cuando asciende al cielo, ella misma hace descender la misericordia de Dios en forma abundante y especialmente cuando es mayor la asamblea de fieles que participan. (cf. Encíclica Graves et diuturnae, 1592).
La instrucción Redemptionis Sacramentum retomando esta tradición sobre la adoración eucarística, reconoce su valor inestimable para la vida de la Iglesia y recomienda ampliamente el culto de la Eucaristía fuera de la misa (cf. Instrucción, RS, nn 134-139). Por este valor inestimable el Santo Padre Juan Pablo II en la encíclica Ecclesia de Eucharistia pedía que los sagrados pastores animaran también con el testimonio personal el culto eucarístico particularmente la exposición del Santísimo Sacramento y la adoración de Cristo presente bajo las especies Eucarísticas «El culto que se da a la Eucaristía fuera de la Misa es de un valor inestimable en la vida de la Iglesia. Dicho culto está estrechamente unido a la celebración del sacrificio Eucarístico» (Encíclica, EE, 25).
El actual Código de Derecho Canónico detalla además que la adoración del Santísimo Sacramento y la exposición fuera de la misa se ha de hacer conforme a las normas prescritas en los libros litúrgicos (cfr. can. 941 §1). Por lo cual, ruego a quienes tendrán la responsabilidad de preparar adecuadamente estos jubileos, a que se observen estrictamente estas disposiciones contenidas en los libros litúrgicos, especialmente en el Ritual Romano de la sagrada comunión y del culto del misterio eucarístico fuera de la misa (cf. nn. 82-100), y el Misal Romano (cf. Ordenación general, n. 317).
Con el fin de que en nuestra Diócesis de Querétaro se formen verdaderas escuelas de oración y que los fieles aprendan a contemplar el rostro de Cristo resucitado presente en el Santísimo Sacramento y sean animados en la caridad al servicio de los demás hermanos, y para acentuar la dimensión eucarística de la propia vida cristiana, que ahora la Dimensión de Congresos Eucarísticos promueve. Establecemos la exposición circular del Santísimo Sacramento para toda la Diócesis de Querétaro, que se dará a conocer mediante un programa anual.
En nuestro proceso diocesano de evangelización se acentúa como desafío y urgencia a nivel diocesano el redescubrir la fe en la Eucaristía, así el jubileo de las cuarenta horas encuentra también su referente. «Nos desafía que Jesucristo, especialmente en el Sacramento de la Eucaristía, sea encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado, invitando a todos a la oración ante el Santísimo participando en los cenáculos, en las Horas Santas, en la Adoración Nocturna, en las Veladas de oración, etc.,» (cfr. Plan Diocesano de Pastoral, Desafío 5, p. 129 y Urgencia 5, p. 133).
Encomiendo a la intercesión de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, Patrona de la Diócesis esta piadosa oración, rogando nos obtenga abundantes frutos para nuestra Iglesia Particular.
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 3 días del mes de noviembre del 2014.
Fraternalmente en Cristo y María.
† Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro
Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto Canciller