Prot. N° 42/2015 – Circular N° 16/2015
Asunto: Día de las Madres
A los hermanos presbíteros,
a los miembros de la vida consagrada,
a los fieles laicos,
y a todas las mamás:
En la celebración del día de las madres, deseo enviar una cordial felicitación a todas las mamás en este día reservado en su honor. Recuerdo las palabras del Santo Padre Pablo VI, que destacan la dignidad de la mujer: «En efecto, en el cristianismo, más que en cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto especial de dignidad, del cual el Nuevo Testamento da testimonio en no pocos de sus importantes aspectos (…); es evidente que la mujer está llamada a formar parte de la estructura viva y operante del Cristianismo de un modo tan prominente que acaso no se hayan todavía puesto en evidencia todas sus virtualidades» (Pablo VI, Discurso a las participantes en el Convenio Nacional del Centro Italiano Femenino).
Siguiendo esta línea, el Documento de Aparecida destacando la dignidad del hombre y la mujer, actualiza la enseñanza del Concilio Vaticano II y que ha sido también desarrollada en el magisterio más reciente, subraya la solidaridad en favor de los más pobres y afligidos. En el contexto latinoamericano la realidad de los pobres llevó a reconocer los diferentes rostros de la exclusión: las mujeres, los indígenas, los afroamericanos, los inmigrantes y todos los demás. La respuesta profética ante las aspiraciones populares a una vida humana digna suscitó distintas perspectivas teológicas en favor de su liberación integral (cfr. Evangelii nuntiandi, 30).
Con mucha razón, el Documento de Aparecida presenta a las mujeres como las primeras transmisoras de la fe y colaboradoras de los pastores, quienes deben atenderlas, valorarlas y respetarlas (cf. DA, n. 455). Por esta misma razón, siguiendo las enseñanzas del magisterio de la iglesia quiero exhortar a los sacerdotes y a todos los responsables de la dimensión para la pastoral indígena, a que toda acción pastoral esté abierta al reconocimiento del papel y la vocación de la mujer en nuestro proceso evangelizador y de un modo especial a tener presente a la mujer indígena como un nuevo sujeto de nuestra opción y acción pastoral.
Me uno a esta celebración del día de las madres, expresándoles con cariño mi cercanía y mi admiración. Exhorto además a que en las parroquias se ofrezcan las intenciones en la Santa Misa por el eterno descanso de las mamás que ya murieron.
En esta fiesta entrañable imploro la intercesión de la Santísima Virgen María en favor de todas las mamás para que ella ruegue por ustedes ante su Hijo.
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 8 días del mes de mayo del 2015.
Fraternalmente en Cristo y María.
† Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro
Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto
Canciller