Prot. N° 26/2013 – Circular N° 13/2013
Asunto: Día de las Madres
A los hermanos presbíteros,
a los miembros de la Vida consagrada,
a todos los fieles laicos,
a las mujeres que ejercen la maternidad:
La celebración del día de las madres es una bella oportunidad que nos recuerda y nos ayuda a valorar el papel de las mamás en la vida y educación de la persona humana, más aún, nos permite reconocer la imprescindible tarea que desempeña la maternidad en la transmisión de los valores humanos, culturales y religiosos, como la justicia, el amor, la paz la fe, la esperanza y la caridad. La misión maternal colabora con la acción creadora de Dios, quien imprime su huella divina en el corazón de cada ser humano que nace. “Pues es Dios quien ha formado nuestras entrañas y quien nos ha tejido en el seno de nuestra madre” (cf. Sal 139, 13).
Esta celebración nos debe impulsar para valorar “la maternidad como misión excelente de las mujeres” (DA 456). La mujer es insustituible en el hogar, la educación de los hijos y la transmisión de la fe. Pero esto no excluye la necesidad de su participación activa en la construcción de la sociedad. Para ello, se requiere propiciar una formación integral de manera que las mujeres puedan cumplir su misión en la familia y en la sociedad.
La realidad cultural que vivimos presenta diferentes facetas de esta misión, obligando a muchas mujeres a ejercer su maternidad como madres solteras, madres abandonadas y por cuestiones laborales y económicas, se enfrentan al desafío de hacer las veces de padre y madre. Deseo animarles a no desfallecer y a vivir con alegría la experiencia de la maternidad aún en situaciones difíciles y adversas. Teniendo como modelo de madre a la Virgen María, quien a pesar de sus condiciones culturales, estuvo dispuesta a gestar al hijo de Dios, colaborando así para nuestra salvación.
El beato Juan Pablo II en su carta a las mujeres nos decía: “Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual, te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida” (Juan Pablo II, Carta a las mujeres, 29 de junio de 1995).
Me uno a esta acción de gracias expresada por el beato Juan Pablo II, por tantas mujeres que mediante una entrega silenciosa, cooperan con Dios en la generación del evangelio de la vida y en el anuncio de su Hijo Jesucristo. Y a quienes son hijos los invito a ser agradecidos con su madre, expresando el amor y el cariño con la propia madre, principalmente viendo por aquellas que sufren la soledad, el abandono o la enfermedad.
Que esta fiesta de la maternidad nos lleve a cada uno a ser agradecidos con Dios por el regalo de nuestra madre, y pidamos la intercesión de la Santísima Virgen María por todas ellas.
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 8 días del mes de mayo del 2013.
Fraternalmente en Cristo y María.
† Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro
Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto
Canciller