Santa Iglesia Catedral, Qro. 5 de Marzo de 2017.
El día 5 de Marzo de 2017, en la Santa Iglesia Catedral, se llevó a cabo la celebración Eucarística del 1er Domingo de Cuaresma, la Eucaristía estuvo presidida por Mons. Javier Martínez Osornio, Vicario Genera; así mismo los miembros de CODIFAJULAVID, participaron de esta Santa Misa, con motivo de la Celebración del Día de la Familia en nuestra Diócesis. En la homilía, Mons. Javier, expresó:
“Queridos hermanos Sacerdotes, queridos hermanos todos en Jesucristo nuestro señor, y aquí están ya reunidos todos, hoy de una manera especial por ser el día de la familia, hay frases que voy a decir, que iluminan todo un estudio profundo. Toda la cuaresma, está orientada hacia la Pascua, fijémonos bien, hay que celebrar la cuaresma, de una manera extraordinaria, de manera que cuando acabamos la cuaresma se acabó todo, y no, la cuaresma es solamente un breviario para la celebración de la Pasión de Cristo, ojala lo comprendamos pero sobre todo lo vivamos.
Cuarenta días de cuaresma y la pascua son 50 días, todo ese tiempo es muy impórtate, porque la Pascua es la fiesta de las fiestas, los catequistas nos prepararon para recibir el Bautismo, en la vigilia pascual, con una escucha de la palabra de Dios, la oración y la fe, un itinerario largo pero fijémonos bien, vida nueva en Cristo señalado con un numero 40, que en la tradición bíblica significa un periodo especial, antes del encuentro con Dios.
Yo nada más les pregunto y a que vienes a la Santa Misa? ¡a encontrarnos con Dios!, y ese es el fruto, yo me vengo a encontrar con Dios por medio de su Palabra, por medio del sacrificio que vamos a celebrar, pero también por medio de cada uno de los hermanos. Yo me encuentro con Dios, por eso pensemos en los 40 años de peregrinación del pueblo de Israel por el desierto, en los 40 días y 40 noches de Moisés sobre la montaña del Sinaí, es importante contar con el Espíritu de Dios, que había descendido sobre Jesús después que había sido Bautizado por Juan, el que lo conduce al desierto para ser tentado.
Eso puede significar la preparación que se describe aquí, y esto para identificar el plan de Dios, para Cristo, como también para nosotros. También notamos como en las tentaciones, el demonio trata de desviar a Jesús de la obediencia al Padre, proponiéndole un mesianismo fácil, de éxito inmediato, de poder, un mesianismo que todos pueden aplaudir, Cristo vence los planes que nos son de Dios, con una adición y con una fidelidad inquebrantable a la Palabra de Dios.
La actitud radical de Jesús a la palabra de Dios, no solo contrasta con al suplicas e infidelidades y rebeliones de los Israelitas en el desierto, sino también con la actitud de los primeros seres humanos, esto lo ha querido señalar la liturgia de hoy. Al proponer la tentación en la 1ª. Lectura, y un relato abreviado del relato de la caída delante de él, también aquí estamos ante una prueba querida por Dios, y que podía librarse, también aquí aparece satanás en la figura de la serpiente que trata de seducir a nuestros progenitores. Aquí también hay una Palabra de Dios que hay que observar y con la que está involucrado un proyecto de Salvación, lo primero es que satanás logra hacer que Eva dude de la sinceridad y veracidad de la Palabra de Dios, luego induce a que caiga, en contraste con la virtud de Cristo en Amor.
También en este pasaje Paulino que hemos escuchado en la segunda lectura, se refiere a la actitud de Cristo y de la primera pareja, con resultados totalmente contrarios, hasta aquí podemos decir lo relacionado con los textos, que leímos. Ahora es la Familia, vuelvo a repetir solo voy a decir frases, pero que eso nos ayudaría para hacer mejor una semana, un mes o un año, en todo lo que tiene que ser nuestra familia. La familia, es el lugar privilegiado de transmisión y vivencia de la fe, ¿dónde aprendo a vivir mi fe? -en mi propia familia, y si eso no se hace en la familia es una verdadera ilusión, porque la familia es donde voy a prender a encontrarme con Dios, la familia es donde bebo recibir el anuncio de Jesús resucitado. Quien me enseñó a hablar de Cristo, mi mama y mi papa, y donde no existe, cualquier persona de la familia, pero lo que importa es escuchar hablar de Cristo y de Cristo resucitado.
La familia es lugar de oración lo acabamos de escuchar el miércoles de ceniza, y se nos dijo lo importante de la oración, la familia escuela de la fe, la familia forma de orar de discípulos misioneros. Hablamos tanto de la misión y la primera misión debe ser nuestra familia, es donde debemos aprender a ser misioneros, somos una familia que debemos vivir siempre esta misión y de acompañarnos como familia, como pequeña comunidad.
Que nuestra participación queridos hermanos, especialmente queridas familias, que nuestra participación en esta Eucaristía, nos ayude a encaminar cada vez más nuestra vida, por el camino de la justicia y del amor, que Cristo sea nuestro ejemplo de absoluta fidelidad y obediencia a la Palabra de Dios”.