Santuario de la Virgen de el Pueblito, Corregidora, Qro. a 14 de julio de 2020.
Rito de la Toma de Hábito celebrado el día martes 14 de julio de 2020 en el Santuario de Nuestra Señora de El Pueblito, ubicado en Pedro Urtiaga no 27 en el centro de El Pueblito del municipio de Corregidora, Querétaro.
La solemne celebración, que se llevó a cabo a puerta cerrada por la contingencia del covid-19, estuvo presidida por el ministro provincial de la provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacan, Fray Flavio Chávez García Ofm quien al dirigirse en su homilía a los 10 postulantes les dijo:
«Queridos hermanos, hermanas, estamos en una celebración qué llamamos toma de hábito o vestición, qué es un momento, decíamos al inicio de la misa, significativo para la iglesia y para la orden, para la provincia, porque están aquí diez jóvenes que son candidatos para ser hermanos menores. Los Hermanos menores queremos ser una fuerza viva de la iglesia, una fuerza evangelizadora, es decir, Hombres que quieran dar testimonio al mundo de hoy del Evangelio de nuestro señor, porque creemos que eso es lo mejor para el mundo y entre más gente se comprometa a ello, creo que le haremos mejor beneficio a la humanidad y siempre que hay jóvenes que tienen esa disponibilidad o este llamado porque se sienten llamados a ello pues causa de alegría, y hoy están estos días jóvenes aquí.
Es un proceso largo este, del discernimiento de la vocación de hermano menor, un discernimiento largo, un discernimiento que exige mucha honestidad, mucha recta intención, un proceso largo que exige estar continuamente escuchando a nuestro señor, escuchando a los hermanos y sobre todo viendo la propia conciencia, por eso hay algunos elementos importantes en la oración que acabamos de hacer, donde se dice que les pedimos entre otras cosas que se conozcan a ustedes mismos, si uno no se conoce a sí mismo ¿Cómo puede decir que si se siente llamado a ser hermano menor? Por más que digas que te hablaron los Santos o Los Ángeles, pero si tú no te conoces ¿Cómo nos manifiestas que esta es tu vocación? Es importante que ustedes lo manifiesten con su talante, su talante, es decir, su forma de ser habitual su manera de conducirse exterior e interiormente: cuando los ven y cuando no los ven, y esa es la honestidad, porque también la fraternidad, ustedes lo han pedido en su solicitud: piden que nosotros juzguemos, para ver si tienen vocación. Y ¿qué tal si les decimos que sí tienen, y ustedes en su conciencia saben que no? porque no tiene las cualidades propias para hermano menor o ni siquiera las conocen, o qué tal si nosotros les decimos que no es su vocación, porque no lo expresaron exteriormente, por mucho que digan: no pero en lo profundo de mi si soy hermano menor, pues era muy en otro mundo porque no se te nota nada, tiene que ser desde la interioridad y exterioridad, tiene que ser cuando se les ve y cuando no se les ve y sobre todo tiene que ser delante de Dios. Empiezan pues un discernimiento, o no lo empiezan: lo continúan, lo empezaron las jornadas vocacionales, con el aspirantado, con el postulantado,… ya llevan tres años conociéndose a ustedes mismos y conociéndonos a nosotros, creo que haya están en un buen nivel de auto-conocimiento y de conocimiento, pues ahora ya es la práctica más intensa del hermano menor.
Y van a tener otros, por lo menos 6 años de discernimiento, a ver si esta es su vocación, imagínense si después de tanto tiempo, pues ya terminamos con una conciencia muy muy plena de que esta es nuestra vocación, ya sí después de aquí a 6 años empezamos con dudas vocacionales tendremos que preguntarnos entonces: ¿que hice todos los años anteriores, por lo menos 9 años anteriores? Acaso ¿no los tome en serio? o ¿no sabía lo que era esto? es un discernimiento largo… queridos hermanos, jóvenes, que ustedes van hoy a tomar el hábito como signo de que empiezan a experiencia de hermano menor. Profundicen que es esto de “Hermano menor” en el mundo de hoy, profundicen lo, pregúntenlo, y lo que ven de nosotros, tomen lo que lo que ustedes ven de nosotros de Jesucristo, lo que ven en nosotros de Jesucristo y lo que no vean en los otros de Jesucristo, déjenlo, van a iniciar esto y hoy con lo que se llama la toma de hábito: el hábito ¿ya se lo midieron? ¿sí? Y ¿si les quedó?, esperemos que les quede, que realmente les quede lo que significa el hábito.
El hábito es una prenda muy hermosa, muy cómoda, muy llamativa, con mucho significado para la iglesia y en nuestro ambiente, pero el hábito comienza siendo una vestimenta qué se hace hábito, y que se convierte en un signo: exactamente esta vestimenta que tienen en este momento en sus manos, en su regazo, es una vestimenta del siglo 13 ¡imagínense! Pero una vestimenta parecida a la que usaba San Francisco de Asís, Porque esa es la vocación: ser hermano menor como San Francisco de Asís.
San Francisco de Asís una vez que se despoja absolutamente de todo: se despoja de su vestimenta, de su estilo de vida que llevaba hasta ese momento, se despoja incluso de su papá, se despoja de sus amigos, se despoja de todo y se arropa en la iglesia y después el mismo busca una vestimenta propia su nuevo estilo de vida y dice: “¿qué me iré a poner? pues me voy a vestir cómo se viste el jardinero, no como estaba yo acostumbrado a vestirme: con lujos, con elegancia, como rey, como príncipe, como sultán, no, me voy a vestir como servidor, como los que sirven, como los que no buscan privilegios, ni ,son movidos por aspiraciones como aquellos que simplemente a su prójimo desde la humildad y va y toma la vestimenta de un jardinero, pero luego le tiene que hacer algunas modificaciones y en esas modificaciones de la túnica dice: pero yo le voy a dar una forma, una forma diferente, no la voy a hacer así amplia, le voy a dar una forma: la de la cruz, y entonces que se así: en forma de cruz, y hace esa túnica en forma de cruz y esa es la que usa, y con un humilde ceñidor, y para cubrir un poco del frío bueno pues la capucha, también de los campesinos, y así la usa, y él se sentía así: como que siempre estaba cumpliendo con el evangelio, la voluntad de nuestro señor que le dijo: “el de que no se niegue a sí mismo y tome su cruz y me siga no es digno de mi”. Francisco quería ser digno de Jesús y por eso tomo la cruz de cada día y le dio esta forma a su vestimenta y sentía que llevaba la cruz de Jesucristo.
Es una vestimenta, pero es una vestimenta, que como vemos luego, se hace un hábito o se tiene que hacer un hábito. ¿Por qué le llamamos a nuestra vestimenta hábito? Porque queremos hacer de la cruz de Jesucristo nuestro hábito: es decir, aquello que tenemos en la mente y en nuestro corazón como nuestra aspiración de nuestra vida, como nuestra práctica de todos los días, como la costumbre que realizamos todos los días, si tenemos el hábito de comer, si tenemos el hábito de lavarnos las manos, si tenemos el hábito de peinarnos, si tenemos el hábito del saludar, pues el principal habito va hacer aquello que está significando nuestra vestimenta: la cruz de Jesucristo, el seguimiento de Jesucristo, ese es nuestro hábito y ya cuando nos ponemos esta hermosa vestimenta, lo único que hace es recordarnos nuestro hábito: el hábito de ser discípulos de Jesús, o dicho de otras palabras: el hábito de vivir el evangelio de nuestro señor Jesucristo, y que nos lo recuerde y que cada día que se vayan a ponerse la vestimenta, recuerden que su hábito es vivir el evangelio.
Porque claro como mera vestimenta la pueden usar para muchas cosas: para no verse tan llenitos, para que les den privilegios, sobre todo en nuestro ambiente tan creyente, nuestro ambiente que tanto quiere a los frailes, pues nos pueden significar privilegios, para que no se acerque el diablo, para… no sé para qué tantas cosas, pero no es esa la finalidad de la vestimenta, es un hábito, que nos está recordando que vivimos el evangelio y cuando se lo pongan, como he dicho cada día, que se lo pongan diciendo: es para vivir el evangelio, y entonces portaran está vestimenta con dignidad.
Cuando sea para otro uso, no se portara con dignidad, tiene que ser para profundizar, para acrecentar, para fortalecer el hábito de vivir el Evangelio, del día de hoy, el día que el señor te está permitiendo vivir: no para mañana, ni para cuando sean ecónomos, o guardianes, no, si hoy se lo van a poner es para que vivan el evangelio, y si mañana se lo vuelven a poner, es para que también mañana vivan el evangelio, y si son sacerdotes no va hacer para que se lo pongan porque les toca celebrar misa, es para decir: hoy voy a vivir mi vocación, mi identidad, ya que tengo el hábito de vivir el evangelio.
Es muy amplio el hábito de vivir el Evangelio, no se trata de tratar de tratar fraternalmente a todo el mundo, también se trata de tratar fraternalmente, filialmente, a nuestro Señor, y varias veces al día; estoy hablando de la oración que hacemos varias veces al día: si no tenemos el hábito de orar, no entiendo muy bien porque nos ponemos un hábito que implican vivir el evangelio de la comunión Orante con nuestro señor, si me cansa la oración, no tengo el hábito de la oración, ¿como me pongo el hábito? si no le dedicó tiempo amoroso a la oración, no es el mío un hábito, esto se convierte en mera vestimenta, cómo te pones esta vestimenta pues luego te puedes poner cualquier otra, y si voy por el mundo haciendo el mal, dañando a la gente, pues ¿qué sentido tiene el hábito? Si no tengo el hábito de dar paz, no tengo el hábito de entrar en relación fraterna, no tengo el hábito de servir, no tengo el hábito de escuchar, entonces: ¿qué es el evangelio? entonces ¿cuáles son los hábitos que tenemos? si tuviéramos el hábito de destruir a la fraternidad: ¿Qué vestimenta nos deberíamos de poner? si el hábito es destruir a la vida fraterna, ponte una vestimenta propia a tu hábito, si tu hábito es creer en cualquier en cualquier cosa, menos en la Trinidad santísima y en su santa madre, pues entonces ¿Qué ha´bito vas a ponerte? A lo mejor una cinta roja, a lo mejor piedras de ónix, o de no sé qué, porque, pues porque esa es tu Comunión con una trascendencia etérea, vístete así: que esa sea su vestimenta, llena de colguijes llena de amuletos, lleno de piedras, lleno de imanes, lleno de hierbas, de lo que sea, así vístete ese es tu creencia, ese es tu comunión con la trascendencia. Pero si tú comunión es con el Padre y el hijo y el Espíritu Santo y su santísima Madre, entonces este hábito te queda muy bien.
Y vuelvo: y si eres un destructor de la fraternidad: ¿cómo te vas a vestir’ y si no buscas servir, sino más bien, que te sirvan: ¿cómo te deberías de vestir? y si te la pasas engañándote a ti mismo y vives en la mentira y no sabes decir la verdad, ¿Cómo se vestiría una persona mentirosa? Ese es su hábito a la mentira, es su hábito la difamación, ¿Cómo se vestiría uno que se la pasa difamando a la gente? pues así vistámonos, así de acuerdo a nuestro hábito, de acuerdo a nuestros hábitos, pero si nuestro hábito es el evangelio de Nuestro Señor, el evangelio de la filiación amorosa, con la Trinidad santísima y su madre y no es nuestro habito es el evangelio de la fraternidad con todos y nuestro hábito es el del servicio generoso y humilde, independientemente de los roles que ocupemos es es nuestro hábito y este de San Francisco no va a quedar muy bien, que les quede hermanos muy bien el habito cada día. Y si algún día se les arruga porque están modificando sus hábitos, enmiéndense a tiempo y si de plano ven que no les queda, entonces digan muchas gracias me voy porque no me quedo, a lo mejor el Señor me tiene preparada otra vestimenta porque mis hábitos son otros, y es que estamos hablando solamente de la túnica, de la capucha como hábito, pero también usamos un ceñidor, una cuerda, y en esa cuerda le amarramos, o le hacemos tres nudos: que es nuestra pertenencia a la Iglesia es entrar en Comunión con la iglesia que vive el evangelio, que nos pide que vivamos el evangelio, desde los consejos evangélicos, que son: Pobreza castidad y obediencia y bueno eso también va a ser nuestra manera de vivir el evangelio, esos son nuestros hábitos que nos posibilitan vivir el evangelio: Vamos a vivir el evangelio en una comunidad concreta, porque son nuestro modo de estar construyendo vida fraterna, también son parte de nuestro hábito, vamos a adquirir el hábito, no solamente de ser orantes por lo menos 4 momentos al día, en comunidad, más aparte las oraciones personales, además de este hábito vamos adquirir el hábito de construir vida fraterna en comunidad, viviendo la obediencia, la pobreza y la castidad, van a ser nuestros hábitos, es nuestra manera de vivir el evangelio.
Así que hermanos Bienvenidos, que esté ánimo que tienen hoy, que lo mantengan en aumento cada día y que llegue el momento y que sus formadores le puedan decir al ministro y a su definitorio: este hermano tiene el hábito de vivir el evangelio como San Francisco, como dice nuestra regla y entonces no le quedará más al definitorio y al ministro que decirle: hermano bienvenido qué bueno que estás aquí. Y si los formadores dicen: pues no tiene e hábito: por más que le hicimos la lucha, por más que le invitamos a que fuera como Samuel, que escuchamos en la primera lectura, que escuchara Dios, este no escucha, no escucha, este ya cree que sabe todo, este cree que ya tiene toda la información, éste cree que ya no necesita de nada, ya hasta compró su cáliz, porque dice que ya desde ahora, ya le den la ordenación, ya tiene tres autobuses, cuatro autobuses para el día de su ordenación que va a llenar de gente, este ya no escucha, este tiene en su mente clavado de qué es lo que quiere superarse y quiere tener privilegios como ve que los tienen algunos frailes y quiere hacerse famoso y más por los medios de comunicación de ahora, ya que más fama, eso no te busca, ya no escucha más, ya tiene su idea, su hábito no es el evangelio. Entonces ¿qué va a decir el ministro y el definitorio?: hermano ve a buscarle por otro camino, y ya no tiene sentido que vuelvan a decir: padre por favor reconsidere, no ¿Qué reconsideró? ya tuviste un año para manifestar y para que te dieras cuenta si tú habito es vivir el evangelio ¿que vamos a reconsiderar otro medio año? ¿para qué? Esta es tu oportunidad, yo no creo que sea un elemento tan positivo y que después de este tiempo, después de un año de estar viviendo la experiencia de si son hermanos menores y le llegamos a decir que no, digan reconsidérenlo ¿pero que reconsidero? O ¿Qué reconsidera un ministro?: no me veía bien o el padre Guardián o tuve problemas, ¿Y por qué no lo solucionaste a tiempo? quiere decir que no sabes solucionar los problemas más importantes como son vocacionales, pero aquí la invitación es no quiero simplificar lo qué es la vocación, es algo muy complejo ciertamente y va dependiendo de cada uno, pero sí que sepan que es el momento, es su oportunidad, para que ustedes vean, constaten, si son llamados a ser hermanos menores, sabiendo, conociendo, sí hábito es vivir el evangelio, vivan lo profundizando, pídanle al padre maestro y a la comunidad, que les den ejemplo de manos menores y a todos nosotros también, en primer lugar al ministro, pídanse lo que les de ejemplo pregúntele a los hermanos que les dan clases ¿en qué consiste vivir la regla? una regla del siglo 13 ¿Cuál es su actualidad’ conozcan las constituciones y los estatutos, ese es nuestro estilo de vida, ese es vivir el evangelio, no vayan a salir del noviciado diciendo que no conocen en qué consiste ser hermanos menores, y si les preguntamos: a ver dime es diferente ser franciscano a ser hermano menor? Y si dicen que sí tache y se van a su casa a buscar su vocación porque no entendieron nada de lo que es vivir el Evangelio según la regla que profesamos; somos franciscanos pero hermanos menores y tiene sus matices, tiene su diferencia, y si solo aspiran a ser sólo sacerdotes, tache y no se les da la renovación, porque aquí no venimos a ser sacerdotes en primer momento, venimos a ser hermanos menores y como hermanos menores podemos o no recibir la vocación a ser pastores del pueblo de Dios como sacerdotes ordenados, pero como hermanos menores, y eso marca diferencia en un sacerdote, si no sabemos la diferencia de lo que es ser sacerdote secular a sacerdote regular, sacerdote regular que vive con una regla religiosa, como es nuestro caso, entonces no entendieron lo que es la vocación. Así que pregúntenselo al padre maestro le dicen: padre explíquenos la diferencia entre ser sólo franciscano y ser también hermano menor, padre hermano dinos la diferencia entre un sacerdote secular y un sacerdote regular, porque yo también como que quisiera ser sacerdote pero como hermano menor, y pregunten la actualidad de la regla, Díganle: explícanos la regla para vivirla hoy y el maestro les va a decir: pues aquí están las constituciones, en nuestros estatutos y ahí van a ver qué tipo de persona está pidiendo las constituciones en nuestros estatutos y vean si dan el ancho y lo más importante, con esto termino, no olviden que el llamado es a ser hijos de Dios la Santísima Trinidad, cualquier otra cosa para nosotros es ídolo, en la iglesia católica, en el catolicismo del magisterio de la iglesia, no en el catolicismo de cualquier creyente, no en el catolicismo que ustedes puedan tener, es el catolicismo del magisterio de la iglesia, y es para vivir así como hijos de Dios en la iglesia católica, para construir una vida fraterna, de hermanos que se sirven mutuamente y desde ahí salen a ser instrumentos de paz y de bien.
Ojalá hermanos que esa sea su vocación, le pedimos a nuestro señor que sea su vocación, contar con 10 jóvenes más que tienen claras las cosas y que tienen como hábito el evangelio, es una gran bendición desde Nuestro Señor, y si no son 10 y nada más son, los que sean, los que Dios quiera, pues que los que se queden sean un buen fermento para nosotros y los que se vean se vayan, váyanse en paz a ser fermento en el mundo de la bondad te llevan en su corazón, pero ojalá todo se queda es nuestro deseo.
La ceremonia, sobria y emotiva, termino con el canto del himno de la coronación a la Santísima Virgen María en su dulce advocación de El Pueblito que emocionados entonaron los asistentes y con la toma de la fotografía del recuerdo.
Fuente: Virgen del pueblito.