CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DE ADMISIÓN A LAS ÓRDENES SAGRADAS, EN LA SANTA IGLESIA CATADRAL.

Santa Iglesia Catedral, Querétaro, Qro., 15 de mayo de 2022.

Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, presidió la Sagrada Eucaristía, en la cual diecinueve seminaristas, fueron Admitidos a las Órdenes Sagradas, una vez que terminaron sus estudios filosóficos y continuar con su formación para seguir su configuración con Cristo Buen Pastor y recibir finalmente el Ministerio Ordenado, o Sagrada Ordenación.  

El Pbro. Alejandro Gutiérrez Buenrostro, Rector del Seminario Conciliar de Querétaro llamo a los seminaristas que han solicitado ser admitidos a las ordenes sagradas son: Emmanuel Basilio Tovar,  Ricardo Romero Zapata, Emmanuel Martínez Galicia, José Paulino Ramírez Ramírez, Juan Julio Odilón, David Sánchez León, Francisco Javier Olvera Robles, Gustavo Cuevas Cisneros, Noé Obed Durán Fuentes, Carlos Alberto Mata Licea, Juan César García García, José Alberto Pérez Mandujano, Brayan Meneses Chavarría, Fernando Soriano Temple, Édgar Domínguez Montaño,  Héctor Aguilera Sánchez, Aurelio Tapia García, Gerardo Frías Salazar y Luis Fernando Soto González.

Al momento de compartir en la Homilía Mons. Fidencio inicio con un saludo les diciendo: “Hermanos sacerdotes del Equipo Formador de nuestro Seminario Conciliar, en esta Diócesis de Querétaro. Hermano seminaristas solicitantes de la admisión a las Órdenes Sagradas, familiares y amigos, movimientos y fieles laicos, “la paz esté con ustedes”.

Por su parte la iglesia cogiendo el ofrecimiento del seminarista, lo acoge y lo llama para que se prepare a recibir en el futuro la sagrada ordenación.

 Cuando se da una decisión responsable del seminarista, la admisión entre las candidatos a las órdenes, representa para él una invitación a seguir su formación en la configuración de Cristo Buen Pastor, mediante el conocimiento formal por parte de la iglesia.

A eso se debe hermanas y hermanos la presencia de estos diecinueve hermanos seminaristas, que están aquí en el corazón de la Diócesis, para solicitar la admisión a las Órdenes Sacerdotales.

Les recuerdo mis queridos seminaristas, que la situación actual que estamos viviendo se presenta para la iglesia como un gran desafío, y al mismo tiempo como una gran oportunidad, para demostrar más con hechos que, con palabras, que ante las crisis y las pandemias de ayer de hoy y de siempre, “el mejor servicio al hermano es la evangelización”.

En este sentido en sintonía con los obispos reunidos en Aparecida en el año 2007, nos sentimos una vez más confirmados, en qué la renovación de una parroquia exige actitudes nuevas en los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella.

La primera es que los párrocos sean misioneros de Jesucristo, porque solo un sacerdote enamorado del señor puede renovar una parroquia, pero al mismo tiempo debe ser un misionero, que vive para ir a buscar a los alejados, que no se conforma solo con la simple administración.

En este sentido el Papa Francisco afirma, qué los obispos necesitan estudiar bien el itinerario de una vocación, examinar bien si al solicitante, si es hombre sano, si ese hombre es equilibrado, sí ese hombre es capaz de dar vida y de evangelizar, si ese hombre es capaz de formar una familia y de renunciar a ello para seguir a Jesús hoy. Dice el Papa hemos tenido muchos problemas por este error de algunos obispos de escoger en este contexto.

Mis queridos seminaristas, nos auxilia también la Palabra de Dios, que hemos escuchado al comienzo de la segunda parte de San Juan, qué es llamado el libro del ahora, considero que no es casual la referencia del ahora, para esto necesitamos un mandamiento nuevo.

Jesús está celebrando la última cena con los suyos, les acaba de lavar los pies y ya Judas ha tomado su decisión trágica y después de tomar el último bocado de la mano de Jesús, ya se ha marchado a hacer su trabajo, entonces Jesús dice en voz alta hijitos míos “Yo estaré con ustedes”, ya no estaré con ustedes mucho tiempo, lo que quiere es que queden grabados en tu corazón sus últimos gestos y sus palabras,  les doy un mandamiento nuevo, “que se amen los unos a los otros, como yo los he amado a ustedes”, la señal por la que todos conocerán qué son mis discípulos, será que se aman unos a otros, este es el testamento de Jesús, para todos sus seguidores.

 Y para esta hora hermanas y hermanos también una pastoral y una formación centrada en la vida comunitaria, esta amistad vivida por los seguidores de Jesús no genera una comunidad cerrada, al contrario, el clima cordial y amable que se vive entre ellos se dispone a acoger a quienes necesitan amistad.

 Jesús les ha enseñado a comer con los pecadores con gentes excluidas y despreciadas, les ha reñido por apartar a los niños, en la comunidad de Jesús, no estorban los pequeños sino los grandes o los que se creen grandes.

Un día Jesús llamo a los doce, puso un niño en medio de ellos, lo estrecho en sus brazos y les dijo: “el que acoge a un niño, me acoge a mí”, los más frágiles y vulnerables han de estar en el centro de la atención y de los cuidados, de todos; Jesús habla de un mandamiento nuevo y ahí está la novedad en amarnos unos a otros como él nos ha amado lo primero que los discípulos han experimentado es que, Jesús los ha amados como amigos. En este mismo discurso afirma no los llamo siervos a ustedes, los he llamado amigos.

En la iglesia nos hemos de querer sencillamente como amigos, como hermanos y entre amigos se cuidan, la igualdad, la cercanía, la ternura, el apoyo mutuo nadie, está por encima de nadie, ningún amigo es señor de sus amigos.

Por eso Jesús corta de raíz la ambición de sus discípulos, cuando los ve discutiendo por ser los primeros, Jesús les recuerda “no he venido para ser servido, sino para servir”, entre amigos, nadie se ha de imponer, todos estar dispuestos a servir y a colaborar.

Esto es lo que ustedes mis queridos seminaristas han estado meditando en estos días, por eso ahora se acercan también con un vestido nuevo, el vestido que recibieron el día de su bautismo, en el que se abrieron los cielos para cada uno de ustedes y para cada uno de los bautizados, el día en el que escuchamos la voz del cielo que nos dijo con ternura: “Tú eres mi hijo, en ti me complazco”, el día en que recibimos al Espíritu Santo y el que ahora nos empuja a la novedad de cada día, a vivir la aventura del seguimiento de Jesús.

Es el que ahora nos recuerda que esa túnica con la que en un momento serán revestidos, es la túnica que recibieron desde el día del bautismo, como signo de identidad y de lucha permanente, para no caer en la corrupción, porque solo los limpios verán a Dios, y solo los limpios pueden entrar al reino de los cielos.

Que nuestra querida madre de los Dolores de Soriano, nos conceda valorar el tesoro de nuestro barro, para poder cantar con ella, “el Magníficat” de nuestra pequeñez, junto a la grandeza de Dios. Que así sea”.

Al terminar la celebración Mons. Fidencio felicito a los  diecinueve seminaristas que fueron admitidos a las Órdenes Sagradas, a sus familiares y a quienes los acompañaron, y les dio la bendición, para después tomarse la foto del recuerdo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CONCELEBRACIÓN EUCARÍSTICAEN LA VISITA PASTORAL A LA COMUNIDAD DE EL MEZQUITE, PINAL DE AMOLES, QRO.

Comunidad de El Mezquite, Pinal de Amoles, Qro., 25 de noviembre de 2021.

Sagrada Eucaristía que se llevó a cabo como parte medular de la visita Pastoral la Comunidad de El Mezquite, Pinal de Amoles, Qro, participando las siguientes comunidades: La Gariatas, Medias Coloradas, El Ranchito, San Pedro el Viejo, Llanos de Santa Clara, San José el Carrizal, San Sebastián, San Pedro Escanela, El Durazno San Francisco, San Isidro, Tolimán y El mezquite.

Los Concelebrantes: Pbro. Alonso Montero, Decano, Pbro. Luis Miguel Pintor, Encargado de Pastoral Juvenil en la Diócesis de Querétaro, Pbro. Rogelio Olvera Vargas, Vicario Episcopal de Pastoral, Pbro. Damián Almaraz Almaraz, Asistente de Mons. Fidencio, y el Pbro. José Guadalupe Reséndiz Mejía, Párroco de San Pedro Escanela.

Al momento de compartir en la Homilía Mons. Fidencio refirió:

“Quiero hacer tres breves comentario, un agradecimiento, un consejo y un modelo”.

“Primero agradecer al padre Guadalupe, su párroco el servicio que esta dando a esta hermosa parroquia, bajo el patrocinio de San Pedro, en representación del Obispo”.

“Aprovecho para agradecer al padre Rogelio, al Padre Alonso, al Padre Luis Miguel Pintor, y al Padre Damián, porque me han acompañado en esta 10 parroquia”.

“Y des luego un agradecimiento a todos ustedes, los que vienen de la Parroquia de San Joaquín, como de San Pedro.

“Segundo:  El consejo. Yo considero que ya tienen unas prácticas religiosas, porque no pueden asistir a misa todos los días, yo recomiendo que cuando se levante, hagan una cruz en su boca, y diga. “Señor abre mis labios”, esta es una oración muy pequeña pero que tiene mucho efecto y él nos pondrá alabanza todo el día”.

“Cuando Dios abre los labios de una persona, tiene los sentimientos de Dios, las palabras de Dios, cuando Dios abre los labios en una persona lo primero que hace es, reconocer que Dios esta en el otro, porque Dios nos hizo a su imagen y semejanza, y los hijos de Dios no podemos pasar la vida criticando a todo mundo, cuando Dios abre los labios hace mucho bien en la familia y en la comunidad”.

“Y en todo día les recomiendo, que en todo lo que hagan y escuches descubran a Dios, porque Dios, visita a sus hijos todos los días, y los visita por medio de las flores, de la neblina, etc. Que nos ayudan a descubrir la presencia de Dios, y es asi como descubrimos que Dios esta en todos los lados y así nos vemos bajo la mirada de Dios, porque es esta en el cielo en la tierra y en todo lugar.

Y nos visita para levantarlos, para animarlos, y podemos tocar a Dios en lo que pasa, a pesar de que hay muchos problemas.

¿Y la noche revisen como me fue?, mi boca alabo a Dios y para criticar a los demás, ¿“Señor ven en mi auxilio y date prisa en socorrerme?, Dios quiere que reconozcamos que necesitamos de su ayuda, que nos brinda su auxilio, para que brille la luz de cristo en ustedes.

Y lo último es que así aprendió San Pedro, es nuestro ejemplo y modelo, y poco a poco enseño a bendecir con su boca a sus hermanos, y aunque no nieguen se les nota que estamos con Jesús todo el día, lo que aprendió a los pies de su maestro, que se nos note que Dios esta con nosotros y que somos cristianos.

Con estas breves reflexiones hago la apertura de un tiempo nuevo, que Dios espera en cada Parroquia, y Dios espera una nueve atapa evangelizadora en esta parroquia. Que Así sea.

 

 

 

 

 

 

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