Esta celebración surge de un sincretismo entre la cultura cristiana occidental y las culturas del México antiguo. Los pueblos prehispánicos realizaban ceremonias y sacrificios para tener buenas cosechas durante el año. Tras la evangelización, uno de los rituales se mezcló con creencias cristianas y los campesinos comenzaron a rezar a la Santa Cruz para dicho fin.
Posteriormente, los campesinos migraron a la ciudad y algunos comenzaron a trabajar como albañiles manteniendo la tradición de encomendarse a la Santa Cruz, la diferencia es que la petición esta relacionada con el hecho de que no sufran accidentes o caídas en su trabajo.