Celebración de Consagración para los Niños

Reflexión inicial

Para nadie es desconocido que los niños son los predilectos del reino de los cielos y también sabemos que el poder de la oración de un niño es grande, su condición de pureza es un gran beneficio para toda la humanidad, de hecho decimos que Dios, fuera de la Eucaristía, está muy cerca en tres momentos claves de la humanidad:

  1. Cuando una mujer está esperando una creatura y está trabajando “hombro con hombro” con Dios para traerle a la vida y que viene a renovar la faz de la tierra.
  2. Cuando un enfermo ofrece su enfermedad por una causa grave.
  3. Cuando un niño ora.

Nuestros niños de catecismo y de los colegios católicos, son siempre un público que está dispuesto a escuchar y a participar en la manera que le indiquen sus formadores o sus catequistas. Es por eso importante que conscientes de esa fuerza de su oración y descubriendo que la consagración es hacer sagrado lo ordinario, entonces debemos enseñar a los niños en esta consagración que tienen que ofrecerle a Dios su alegría, así como su nobleza, su simpleza, su inocencia, etc., todas aquellas características que tienen y que sólo se modifican cuando se tiene contacto con los adultos.

 

Texto Bíblico

“Le traían unos niños para que los tocara, y los discípulos los reprendían. Jesús al verlo, se enojó y dijo: ‘Dejen que los niños vengan a Mí no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos.’ ”

 

Mensaje de Juan Pablo II

“Un niño es la alegría no sólo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad…” (Mc 10, 13-14)

 

Preguntas para la Consagración

Lo que tengo: mis juguetes, como carros, muñecas, el peluche preferido, la pijama preferida, de mis amiguitos, de todo lo que tengo, ¿Cómo me hace feliz? ¿Cómo puedo ser más feliz? ¿Me hace feliz si lo comparto con los demás?

 

Oración de la Consagración de los Niños a los Sagrados Corazones de Jesús y María

¡Sagrado Corazón de Jesús, Inmaculado Corazón de María, hoy estoy ante ustedes para decirles que estoy agradecido con ustedes por todo lo que soy, un(a) niño(a) feliz! Por mis papás, por lo hermoso de toda la creación. Les agradezco por todo lo que sé, y sé que ustedes hicieron este mundo maravilloso para nosotros, sé que ustedes nos aman a todos los niños y sé que somos los preferidos del Reino. Les agradezco por todo lo que tengo, y tengo gente que me quiere, tengo gente que me cuida, que vela para que nadie haga daño a la infancia. Quiero consagrarme y lo haré siendo un(a) buen(a) niño(a) siendo servicial con todos y procurando siempre ser feliz con los demás. Quiero pedirles que cambien la forma de vivir de nuestro pueblo y que en nuestra patria viva el amor, que la paz se note en nuestras calles, que reine el perdón y hable la justicia, y cuando Dios Padre nos llame a su casa mis manos estén llenas por haber dado todo lo que soy, todo lo que sé y todo lo que tengo. Amén.