𝗖𝗮𝘁𝗲𝗾𝘂𝗲𝘀𝗶𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗽𝗮: 𝗠𝗮𝗿𝗶́𝗮 𝗺𝗼𝗱𝗲𝗹𝗼 𝘀𝗶𝗹𝗲𝗻𝗰𝗶𝗼𝘀𝗼 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻.
Siguiendo sus reflexiones sobre la oración, el Papa Francisco meditó en su catequesis de la audiencia general de esta mañana sobre la figura de la Virgen María, la “llena de gracia e inmaculada desde su concepción”, que estaba en continuo diálogo con Dios desde antes de la anunciación
Al reanudar su catequesis semanal sobre la oración, durante la audiencia general celebrada esta mañana en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el Papa Francisco se refirió a la Virgen María en su calidad de mujer orante.
𝗖𝘂𝗺𝗽𝗹𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗹𝗲𝘆 𝗱𝗲𝗹 𝗦𝗲𝗻̃𝗼𝗿
A modo de introducción se leyó un pasaje del Evangelio (Lc 2, 39-40.51) que refiere acerca del cumplimiento de la ley del Señor, destacando que el niño Jesús creció y se fortaleció, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él, mientras “su madre guardaba todas estas cosas en su corazón”.
𝗠𝗮𝗿𝗶́𝗮, 𝗵𝘂𝗺𝗶𝗹𝗱𝗲 𝗺𝘂𝗷𝗲𝗿 𝗱𝗲 𝗼𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻
El Santo Padre destacó acerca de María:
“𝐸𝑙𝑙𝑎, 𝑀𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑜𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛, 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑚𝑢𝑙𝑡𝑖𝑡𝑢𝑑 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 ℎ𝑢𝑚𝑖𝑙𝑑𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛, 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝐷𝑖𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑒𝑝𝑎𝑟𝑜́ 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝐻𝑖𝑗𝑜”
𝗠𝗮𝗿𝗶́𝗮 𝗳𝘂𝗲 𝘀𝗶𝗲𝗺𝗽𝗿𝗲 𝗼𝗯𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗮 𝗹𝗮 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗱 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀
Francisco afirmó asimismo que María “no dirigió su vida autónomamente, sino dejó que la voz del Señor orientara su corazón y sus pasos”. Y de hecho, San Lucas nos lo recuerda cuando dice que la Virgen conservaba en su corazón todo lo que le sucedía, y lo meditaba, llevándolo a su diálogo con Dios, para seguir con fiel obediencia el camino que Él le indicaba.
De ahí que, por su docilidad a Dios, María estuvo presente en el designio providencial del Padre, y en los momentos culminantes de la vida de su Hijo Jesús: desde el anuncio del ángel hasta el misterio de su muerte y resurrección. A lo que el Papa agregó:
“𝐸𝑙𝑙𝑎 𝑎𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑜́ 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑝𝑎𝑠𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝐼𝑔𝑙𝑒𝑠𝑖𝑎 𝑛𝑎𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒, 𝑜𝑟𝑎𝑏𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑖́𝑝𝑢𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑢 𝐻𝑖𝑗𝑜 𝑦 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠. 𝑌 𝑎𝑠𝑖́, 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑜𝑏𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝐸𝑠𝑝𝑖́𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑆𝑎𝑛𝑡𝑜 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑟𝑡𝑖𝑜́ 𝑒𝑛 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝐷𝑖𝑜𝑠, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑝𝑜𝑟 𝑜𝑏𝑟𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝐸𝑠𝑝𝑖́𝑟𝑖𝑡𝑢 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑟𝑡𝑖𝑜́ 𝑒𝑛 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝐼𝑔𝑙𝑒𝑠𝑖𝑎, 𝑎 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑖𝑔𝑢𝑒 𝑎𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑎𝑛𝑑𝑜, 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢 𝑜𝑟𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑦 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛, 𝑒𝑛 𝑠𝑢 𝑝𝑒𝑟𝑒𝑔𝑟𝑖𝑛𝑎𝑟 ℎ𝑎𝑐𝑖𝑎 𝑙𝑎 𝑃𝑎𝑡𝑟𝑖𝑎 𝑐𝑒𝑙𝑒𝑠𝑡𝑖𝑎𝑙”
𝗔𝗰𝗼𝗴𝗲𝗿 𝗹𝗮 𝘃𝗼𝗹𝘂𝗻𝘁𝗮𝗱 𝗱𝗲𝗹 𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲 𝘆 𝗰𝘂𝗺𝗽𝗹𝗶𝗿𝗹𝗮
De los saludos del Papa destacamos que a los fieles de nuestro idioma les deseó que “a imitación de la Virgen María y por su intercesión”, el Señor les dé la gracia de comprender en la oración que cada día que Él nos concede es una ocasión para acoger la voluntad del Padre y cumplirla, con un corazón lleno del amor de Dios y bien dispuesto al servicio de los hermanos”.
𝗦𝗲𝗴𝘂𝗶𝗺𝗼𝘀 𝗿𝗲𝘇𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲𝗿𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗱𝗶𝗳𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀
A los fieles de lengua árabe, el Santo Padre les recordó que durante este mes de noviembre “seguimos rezando por nuestros queridos difuntos para que el Señor, en su misericordia, los acoja en el banquete celestial”. A los
Polacos el Pontífice les recordó que hoy en su nación, se celebra la memoria litúrgica de la Beata Karolina Kozka, virgen y mártir, quien siendo muy joven sufrió la muerte por martirio en defensa de la virtud de la castidad. Por esta razón el Papa dijo: “Con su ejemplo, sigue indicando aún hoy, especialmente a los jóvenes, el valor de la pureza, el respeto del cuerpo humano y la dignidad de la mujer”. Por esta razón les pidió que se encomienden a su intercesión, para que los ayude a dar un valiente testimonio de las virtudes cristianas y los valores del Evangelio.
𝗟𝗹𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼𝘀 𝗮 𝘀𝗲𝗿 𝘁𝗲𝗺𝗽𝗹𝗼 𝘃𝗶𝘃𝗼 𝗱𝗲 𝗗𝗶𝗼𝘀
Por último, en sus saludos en lengua italiana el Pontífice recordó que se celebra la Dedicación de la Basílica de San Pedro en el Vaticano y de la Basílica de San Pablo en la Vía Ostiense. Y manifestó que esta fiesta que resalta el significado de la Iglesia, edificio sagrado donde se reúnen los creyentes, suscite en todos nosotros la conciencia de que cada uno está llamado a ser un templo vivo de Dios”.
Finalmente, dirigió un pensamiento a los ancianos, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, a quienes exhortó “a amar a la Iglesia del Señor; a cooperar con generosidad y entusiasmo en su construcción; a vivir el ofrecimiento de su oración y sufrimiento como una preciosa contribución a la construcción de la Iglesia del Señor, morada del Altísimo entre nosotros. La audiencia, como es costumbre, concluyó con el rezo del Padrenuestro en latín y la bendición apostólica del Papa Francisco.
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𝙑𝙖𝙩𝙞𝙘𝙖𝙣 𝙉𝙚𝙬𝙨