Boletín de Prensa: 16 de octubre de 2013

COMISIÓN DIOCESANA PARA LA PASTORAL DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
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BOLETÍN DE PRENSA
Santiago de Querétaro, Qro., 16 de octubre de 2013
 
Pbro. Saúl Ragoitia Vega
Vocero Oficial de la Diócesis de Querétaro 

 

PEREGRINACIÓN EUCARÍSTICA DIOCESANA A CRISTO REY

En el marco del Año de la Fe, de la Pastoral Social y del Jubileo Diocesano, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez invita a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, a las familias y a los jóvenes y a todos los fieles de esta diócesis para que animados por la vitalidad de la Misión Permanente, participen del “5 al 10 de noviembre de 2013, en la Segunda Peregrinación Eucarística Diocesana a la Montaña del Cubilete, al encuentro de Cristo Rey y para agradecer al Señor los frutos y las bendiciones que nos ha concedido y para renovar la consagración de nuestra Diócesis de Querétaro a su amor y a su reinado”.

El pastor diocesano invita particularmente a los movimientos eclesiales y a las asociaciones de fieles de la Adoración Nocturna, de la Cofradía del Santísimo Sacramento y de los Adoradores Perpetuos, “para que juntos caminemos hasta el Monumento dedicado a Cristo Rey”.

El Pbro. José Hernández Pérez, responsable de la organización de esta peregrinación, nos indica que la salida será del Templo Expiatorio de Carmelitas, el martes 5 de noviembre a las 5:00 a.m., recordando además que este año se podrá obtener indulgencias plenarias o parciales con ocasión del año de la fe.

Esta invitación es realizada por el Sr. Obispo a través de la circular N° 33 de este año.

 

 

DÍA MUNDIAL DE ALIMENTACIÓN

ANTE EL DRAMA DEL HAMBRE, RESPONSABILIDAD, PARTICIPACIÓN Y SOLIDARIDAD

El 16 de octubre, convocados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), celebramos, como cada año, el Día Mundial de la Alimentación, cuyo objetivo es que todos tomemos conciencia del problema alimentario mundial y seamos solidarios en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

El tema de este 2013 es: “Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición”. La FAO explica que un sistema alimentario está formado por el entorno, las personas, las instituciones y los procesos mediante los cuales se producen, elaboran y llevan hasta el consumidor los productos agrícolas. Todos estos elementos influyen en la disponibilidad y accesibilidad final de alimentos suficientes, variados y nutritivos.

La misma FAO advierte que los modelos actuales e insostenibles de desarrollo están degradando el ambiente natural, amenazando a los ecosistemas y la biodiversidad, indispensables para nuestra sobrevivencia y para el abastecimiento futuro de alimentos.

Por otro lado, la mayoría de los campesinos enfrenta pobreza, carencia de servicios básicos, deficientes sistemas de sembrado y de riego, así como dificultades para conservar sus tierras, para obtener financiamiento y para lograr condiciones favorables en la compra de insumos y en la venta de sus productos.

Todo esto, aunado a las tendencias especulativas, el acaparamiento de las áreas cultivables, y a la deficiencia de las políticas e instituciones relacionadas con el campo y los sistemas alimentarios, ha provocado que cerca de 870 millones de personas en el mundo sufran desnutrición crónica.

Ante este doloroso y grave problema, la Iglesia, que a lo largo de los siglos ha contribuido y sigue contribuyendo a superar el drama del hambre, señala que sólo las soluciones comunes y compartidas pueden dar respuesta a las expectativas de personas y pueblos. Soluciones que deben estar basadas en la dignidad y derechos de toda persona humana.

Sólo así seremos capaces de construir sistemas de gobierno, económicos y sociales promotores de una cultura respetuosa del medio ambiente, de sanidad pública, de educación integral y de oportunidades para todos, favoreciendo actitudes responsables, participativas y solidarias.

Las legislaciones nacionales e internacionales, las instituciones, organizaciones, programas, y presupuestos, la aplicación de recursos y los créditos al campo, así como el adecuado acompañamiento en los procesos de producción y distribución, han de tener por fundamento y meta a la persona.

Frente a los grandes retos que enfrenta el campo, Benedicto XVI proponía apoyar experiencias exitosas en muchos países, como las cooperativas, que, favoreciendo la integración de las comunidades, permiten a los agricultores y las poblaciones rurales intervenir en los momentos decisorios, y ayudar a frenar las tendencias especulativas y el acaparamiento de las áreas cultivables que, en diversas regiones, obligan a los campesinos a abandonar sus tierras, ya que individualmente no tienen posibilidades de hacer valer sus derechos[4].

Ojalá cada uno hagamos lo que esté de nuestra parte para liberar a México y al mundo del drama del hambre y la malnutrición, teniendo presente que hoy Jesús nos sigue pidiendo lo que mandó a sus discípulos al ver a la muchedumbre hambrienta: “Denles ustedes de comer” (Lc 9,13).