Eminentísimo Señor Cardenal Dr. D. Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano Excelentismo Señor Obispo Don Carlos Aguiar Retes, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano Señor Nuncio Apostólico Mons. Dr. Christophe Pierre Autoridades Civiles y Miembros del Presidium Asistentes e Invitados Señor Cardenal:
La Diócesis de Querétaro, en particular esta Ciudad Episcopal y Capital del Estado, se siente muy honrada con su presencia. Nos alegramos mucho de que esté Usted con nosotros y sobre todo, poder escuchar de sus labios, lo que tanto nos preocupa y nos debe ocupar a los católicos: la inculturación del evangelio, para que la fe católica sea vida, dé vida y alegre la existencia.
En su persona reconocemos la presencia paternal del santo padre Benedicto XVI entre nosotros. Sabemos de su preocupación por México y por los católicos mexicanos. En la “visita ad Limina”, nos dijo a los Obispos que sabía muy bien que “muchos bautizados… aún confesándose católicos, viven de hecho alejados de la fe, abandonando las prácticas religiosas y perdiendo progresivamente la propia identidad de creyentes… Este desafío os ha movido a buscar soluciones no sólo para señalar los errores… sino, sobre todo, para proponer la riqueza trascendental del cristianismo como acontecimiento que da un verdadero sentido a la vida y una capacidad de diálogo, escucha y colaboración con todos” (15 Sept., 2005).
Esta es una tarea todavía incumplida. Por eso, Señor Cardenal, su experiencia, cultura y sabiduría pastoral, nos ayudarán a todos a redescubrir esta perla preciosa del evangelio y a enriquecer con ella nuestra vida cristiana para que, en escucha a la voz del Espíritu y atentos a las propuestas de la modernidad, podamos los creyentes entablar un diálogo fecundo y encontrar juntos el verdadero sentido de la vida y la alegría de vivir.
Señor Cardenal, lo escucharemos con atención. Sea Usted bienvenido a esta Diócesis de Querétaro, su Casa. Muchas gracias.
† Mario de Gasperín Gasperín Obispo de Querétaro