El Sr. Obispo Don Faustino Armendáriz Jiménez celebró la Eucaristía del tercer domingo de Adviento este 16 de diciembre, bendijo la obra y colocó la primera piedra del templo dedicado a la Santísima Virgen de Guadalupe en este sector de la Parroquia de San Pedro Apóstol.
Recordando que la alegría que proviene de Dios ayuda a afrontar las dificultades de cada día la comunidad inició la santa Misa presidida por su Pastor Diocesano. La santa misa celebrada al inicio de la semana es un tiempo de gracia en que Cristo mismo sale al encuentro a través de su Palabra, de su Cuerpo y de su Sangre, y por medio del encuentro con la comunidad. Su Espíritu transforma la debilidad en fortaleza, gozo y alegría.
Al encender el tercer cirio de la corona de Adviento el señor obispo dijo: “En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz,se anuncia la buena noticia: El Señor va a llegar. Preparen sus caminos porque ya está cerca. Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero Juan Bautista, no es la luz sino el que anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. Ven Señor a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor”.
Monseñor Faustino Armendáriz agradeció la invitación del señor cura Pbro. Aristeo Maqueda para bendecir y colocar la primera piedra del templo, la bienvenida de la comunidad y felicitó a todos por la iniciativa por tener un lugar donde alabar a Dios, para reunirse y crecer como comunidad e impulsar los valores desde la fe y el Evangelio y tener mejores familias . Les animó a seguir adelante con esta obra con la colaboración de todos.
Destacó que esta celebración a la Santísima Virgen de Guadalupe se une al eco de tantas celebraciones que se llevan a cabo en honor de la Madre del cielo. Y destacó la invitación del S.S. Benedicto XVI que dice: es fácil organizar una fiesta, pero muy difícil organizar la alegría que es fruto del espíritu la presencia de Dios en nosotros, cuando Dios está en la fiesta se produce la verdadera alegría.