Bendición de la Plaza Ceremonial Sagrada del Templo de la Santa Cruz

(CODIPACSQRO) “Él es Dios” es la aclamación que une a los muchos gru­pos de danzantes que con motivo de la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz se dan cita en el “Cerro del San­gre­mal”, el sitio donde la tradición expresada en las crónicas narra la fun­da­ción de nuestra ciudad, y cómo Dios manifestó de alguna forma la Cruz como signo de salvación, la Santa Cruz, que el escudo de nuestra ciudad de Santiago de Querétaro y de nuestra Diócesis, desta­can como parte de nuestra cultura y tradi­ción queretana.

El señor obispo don Faustino Ar­mendáriz Jiménez presidió el 14 de septiembre la bendición de la Plaza Ceremonial Sagrada, del templo de la Santa Cruz de los Milagros, que fue restaurada por las autoridades civiles de Querétaro, para proporcionar el espa­cio adecuado para que se realicen con todo su esplendor las manifestaciones de los diferentes grupos que ofrecen su ala­banza, manifestada en las danzas, música y cantos al único Dios verdadero. “Dios es un Padre bueno que nos cuida y bendice”, cantan los danzantes.

Todos se dispusieron a participar en el momento de bendición, el señor obispo, manifestó el gusto de bendecir la plaza restaurada, apreciar el espíritu de fe de todos los que se congregaron para implorar de Dios su bendición sobre este lugar y sobre cada uno de los presentes y sus familias, saludó al señor gobernador Lic. José Calzada y a su señora esposa, también al presidente municipal Lic. Roberto Loyola y a su esposa, saludó al Padre provincial de los hermanos franciscanos y al padre guardián del convento de la Cruz, responsables del cuidado y atención de este espacio lleno de historia.

Reconoció el obispo de Querétaro a todos los sacerdotes, religiosos y laicos que han hecho de este lugar como sitio de fraternidad y de encuentro descrito en las antiguas crónicas de la ciudad. Es un lugar donde Dios bendice a todos, por eso es sagrado. “Aquí pidamos todos que Dios nos conceda un corazón que construya la sociedad, que ayude a los hermanos, que todos seamos constructores de comunidad y de la paz en nuestro querido Querétaro”.

Monseñor Faustino destacó y feli­citó el trabajo de arreglo de este espacio tan querido para los queretanos, en donde los danzantes con su canto y expresiones varias afirman y nos re­cuerdan que sólo hay un Dios y no hay otro, Él es el Señor de nuestra vida, es la misericordia presente entre nosotros, es el amor derramado a la humanidad que nos enseña incluso a perdonar a los enemigos.

Concluyó Monseñor Faustino di­cien­do: “Dios bendiga esta plaza, que sea un lugar de familias, de hermanos, de encuentro y de gozo como el que sen­ti­mos hoy, en este escenario que nos enorgullece de esta ciudad y de nuestra Diócesis de Querétaro”.

Jorge A. Rangel Sánchez
Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 21 de septiembre de 2014