(CODIPACSQRO) La bendición de la Casa del Migrante el 19 de junio, en la parroquia de San Pedro Apóstol, en la Ciudad Episcopal es motivo de satisfacción después de tres años de trabajo para la Dimension Diocesana de Movilidad Humana encabezada por el Pbro. Aristeo Olvera Maqueda.
Al iniciar la bendición de estas instalaciones el padre Aristeo, motivo a ofrecer juntos este espacio aunque no terminado para la atención humanitaria de los hermanos migrantes, especialmente de Centro América.
Explicó que la labor pastoral es de todos, de toda la Iglesia, y este espacio es diocesano, y el obispo encabeza y cada sacerdote es colaborador para responder a todas las necesidades de los más necesitados que dentro de la sociedad se manifiestan. Por eso destacó la presencia del señor obispo don Faustino Armendariz, del Vicario general, Monseñor Martín Lara, de presidentes y coordinadores de las diversas pastorales y dimensiones.
Con este esfuerzo se renueva la disposición a sumarse con obras, a la realidad migrante y a los retos para seguir buscando apoyo. La casa del migrante es parte de un proyecto social de la misión de la Iglesia que:
- Acompaña a los más de 20,000 queretanos que han dejado su tierra buscando una mejor condición de vida buscándola en los Estados Unidos.
- Asiste a los hermanos que pasan por nuestra tierra y van al norte buscando mejores oportunidades.
- Acoge y atiende a quienes viniendo de otros lugares ven en Queretaro su casa, son ya más de cien las nacionalidades de los que han llegado aquí.
- Y cuida a quienes retornan a su hogar o visitan a sus familiares, organizando caravanas fraternas que brinden seguridad y confianza.
El padre Aristeo Olvera ánimo a todos los presentes, a los bienhechores, amigos, representantes de los grupos y asociaciones de esta parroquia, al equipo que trabaja en la Dimension de Movilidad Humana de la Diócesis de Queretaro, y a la Iglesia en general para que los que han apoyado lo sigan haciendo, y los que quieran lo hagan como buenos administradores que sostienen esta obra de todos, obra de Dios.
Monseñor Faustino Armendariz, agradeció esta tan deseada obra, manifestó su apoyo a las iniciativas que buscan el bien de los más necesitados, en este caso de los migrantes, que viven realidades vulnerables y de riesgo, alentó para que existan otras iniciativas similares y reconoció el trabajo, de quienes unidos ven por los hermanos migrantes.
El señor obispo bendijo esta sencilla casa que muestra la gran generosidad de los que generosamente apoyan.
Jorge A. Rangel Sánchez