(CODIPACSQRO) La Santa Iglesia Catedral acogió la asamblea que unidos al obispo Diocesano, Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, un nutrido grupo de sacerdotes, todos los seminaristas del Seminario Conciliar y fieles de la Diócesis queretana, celebraron la Eucaristía para honrar a la Santísima Virgen como inspiración y ejemplo de vida.
15 de Septiembre, día en que la liturgia destaca la festividad de la Virgen María en su advocación de Nuestra Señora de los Dolores. Y para todos en esta Iglesia particular de Querétaro celebramos a nuestra Patrona Diocesana de la cual imploramos su intercesión maternal, como lo hicieron quienes nos precedieron en la fe.
Desde el momento en que el proyecto de Dios se hizo realidad, “aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad”, fue el “sí” que acompañó a la Santísima Virgen por toda su vida, un sí que fue dado de manera continua, un sí que viene a ser una enseñanza para todos nosotros. El sí de María fue definitivo y expresó su fidelidad a Dios. Como Madre de Dios ella siempre dijo sí, en las buenas y en las malas.
Ella proclamó el gozo de la experiencia de Dios y de su amor. Se le llama “ma mártir del alma” por el intenso dolor de ver a su hijo amenazado y finalmente en la Cruz. María perseveró en el sufrimiento y obtuvo la victoria y el Reino de los cielos.
“Hoy hermanos contemplamos a María, sí, dolorosa, a María que sufre, que le da sentido al sufrimiento, ella en el Calvario dijo “sí” al Señor. En nuestra Diócesis tenemos mucho que aprender al contemplar a María, Nuestra Señora de los Dolores que es fiel a Jesús como testigo de Jesús, como testigo del amor de Dios que no claudica en ningún momento”, ha dicho monseñor Faustino en la homilía.
Jorge A. Rangel Sánchez Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» el 21 de septiembre de 2014