Esta costumbre nace el en año de 1413 en Alemania, en Europa donde tuvo mucho arraigo, posteriormente pasó como una tradición al continente Americano después de su conquista espiritual, y aún hoy muchas de las devociones de la Santísima Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día festivo este viernes, que conmemora los sufrimientos de María. Por ejemplo la Virgen de los Dolores de Soriano, patrona principal de la Diócesis de Querétaro.
En Querétaro esta fiesta se extendió por toda la ciudad; pusieron altares en casas particulares, comercios, mercados, plazas públicas, museos e Iglesias.
Las puertas de las casas se abrían al público, la gente salía a las calles para visitar los altares, después de hacer una breve oración se hacia la pregunta “¿aquí no lloró la virgen?”, a lo que los habitantes de la casa respondían obsequiando agua fresca de limón con chía. Entre los altares más tradicionales de la ciudad se encuentran el de la casa del Lic. José Guadalupe Ramírez Álvarez, en la calle de Escobedo y el del Lic. Daniel Estrada de la Vega, en el barrio de la Cruz.
Cada elemento clocado en dichos altares tiene su simbolismo:
- Las cortinas moradas representa el luto católico, así como el Dolor de la Virgen.
- La manzanilla la humildad y belleza de alma.
- El hinojo y el mastranto el abandono de Jesús por los que le juraron fidelidad.
- La naranja agria simboliza la amargura de la Santísima Virgen al ver a su hijo clavado en la cruz.
- Las banderitas doradas las monedas por las que fue vendido el salvador así como la esperanza de la resurrección.
- El trigo representa a Jesús, el pan de vida, trigo que tiene que ser sembrado en la oscuridad para que crezca amarillo, representando los días que estuvo encerrado en el sepulcro.
- Flores de azucena representa la pureza de María
- las velas y veladoras, la luz de cristo
- las aguas frescas, así como los “ojos de Boticario” esferas de vidrio transparente de diferentes tamaños recuerdan las lágrimas de la virgen.
- Tapetes con aserrín pintado de colores, representa el madero de la Cruz.
Esta práctica conjunta la devoción, el arte y la convivencia entre el pueblo, donde se observa a ricos y pobres venerando de igual a la Adolorida Madre del Creador, al día de hoy esta tradición nos invita a vivir nuestra fe.