SOBRE LA LEGALIZACIÓN DE LA MARIHUANA
Durante la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Brasil hace unos días, el Papa Francisco condenó el narcotráfico y rechazó la legalización del consumo de drogas: “Cuántos «mercaderes de muerte» que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad. No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química”.
En el hospital San Francisco, centro de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos, el Papa ha asegurado que la legalización de las drogas no es la solución: “Es preciso afrontar los problemas que están a la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro. Todos tenemos necesidad de mirar al otro con los ojos de amor de Cristo, aprender a abrazar a aquellos que están en necesidad, para expresar cercanía, afecto, amor”.
Hoy por hoy, como Iglesia no podemos permanecer indiferentes ante las situaciones que dañan a las familias y a la sociedad en general. Es necesario que se escuchen las voces de todos los niveles de la sociedad, principalmente de los padres de familia, de las instituciones dedicadas a rehabilitar a quienes buscan salir de una adicción, de manera particular, a los mismos rehabilitados.
Sabemos de los grandes esfuerzos que realiza el gobierno, para erradicar este mal, sin embargo, no se podrán encontrar caminos que impacten profundamente, sino hay una verdadera sinergia entre el gobierno y los padres de familia, las instituciones, los ex adictos y las Iglesias. Juntos podemos encontrar soluciones efectivas que ayuden a erradicar el mal que ocasiona el narcotráfico y el uso de drogas en nuestra sociedad.
La comercialización legal de las drogas no soluciona los problemas del consumo, es solo una salida superficial que enriquece a unos cuantos, mientras se denigra al ser humano consumidor.
El Sr. Arzobispo de Monterrey, Cardenal Rogelio Cabrera López ha dicho hace unos días: “Hago un llamado, desde la caridad, a todos los legisladores para que recuerden el compromiso de todo servidor público: buscar siempre el bien común de la sociedad, y que toda ley emanada de cualquier legislatura, sea seriamente pensada y consensada, para buscar que verdaderamente se proteja y preserve el bien de todos los individuos, y nunca para hacer, directamente o indirectamente, un mal a nadie”, a lo que la Diócesis de Querétaro une su voz en favor de la sociedad civil.
Mientras el Papa Francisco, nos invita a todos los católicos a tender la mano “a quien se encuentra en dificultad, al que ha caído en el abismo de la dependencia, tal vez sin saber cómo, diciéndole: «Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres»”.