Eminentísimo Señor Cardenal Francisco Robles Ortega, Excelentísimos Señores Obispos, Mons. Giovanni Gaspari representante del Sr. Nuncio Apostólico, hermanos sacerdotes, queridos hermanos y hermanas del Pueblo de Dios; especialmente, muy estimado hermano Mons. Ruy Rendón Leal, ya quinto Obispo de Matamoros.
Esta bella ceremonia en la que se ha dado posesión de la Diócesis de Matamoros a su quinto Obispo, es manifestación de lo que esta porción del Pueblo de Dios es y vive. Comunidad viva, evangelizada y evangelizadora, ministerial, estructurada, que vive en torno a la Palabra de Dios y a la Eucaristía y que se esfuerza en el trabajo, en la justicia y en el auténtico progreso. Es una Diócesis en la que los sacerdotes tienen una clara conciencia de su vocación a la unidad y a la fraternidad, y en la que trabajan con dedicación y alegría, aún en medio de situaciones adversas; una Diócesis en la que los laicos de las parroquias y de los movimientos son conscientes de su vocación a ser discípulos y misioneros, agentes protagónicos de la vitalidad del Cuerpo de Cristo en el mundo.
Es también una Diócesis llamada por Dios a realizar su tarea en medio de una realidad difícil y compleja, marcada por grandes retos. A pesar de los esfuerzos, Tamaulipas y los municipios que componen esta Iglesia Particular sigue siendo lacerada por la violencia y la inseguridad; recordamos y encomendamos a Dios al P. Marco Antonio Durán Romero; todo ello hiere lo más íntimo del corazón de la sociedad y de la Iglesia y forma parte de la Cruz con la que queremos seguir a Cristo.
Estimado Mons. Ruy Rendón Leal, como antecesor tuyo en esta amada sede, pero sobre todo como tu hermano en el episcopado y como tu amigo, quiero expresarte mi fraterna y sincera felicitación; Dios te ha concedido una bella Iglesia con la que el día de hoy te has desposado; la conozco, he recorrido sus caminos y brechas, me he encontrado con sus campesinos, pescadores, obreros, comerciantes, amas de casa y servidores públicos; he trabajado hombro con hombro con laicos y sacerdotes, hemos evangelizado juntos. Sé lo que te digo; aunque ya lo hemos dialogado personalmente, ahora quiero decírtelo frente a toda la comunidad: la Diócesis de Matamoros es una Iglesia en la que el ministerio episcopal puede ser realizado en medio de grandes retos, pero también con grandes gozos y esperanzas; de antemano sé que te entregarás en cuerpo y alma, lo cual me llena de mucha confianza.
Amado Pueblo de Dios que peregrina en Matamoros, sacerdotes, consagrados y consagradas, laicos de las Parroquias y Movimientos: quiero ahora dirigirme a ustedes, doy testimonio de una certeza que me brinda la fe, estoy convencido que el Supremo Pastor, Jesucristo, ha provisto de un gran servidor a esta amada Diócesis. Conozco lo suficiente a Mons. Ruy Rendón para poder decir que será un Obispo cercano y diligente, con quien será posible establecer lazos de estrecha comunión; sé que su misión de enseñar, santificar y gobernar será ejercida con responsabilidad, sencillez e inteligencia; estoy cierto que su vocación misionera desarrollada tan solícitamente en la Prelatura de El Salto constituirá una bendición para los caminos que hemos emprendido desde tiempos inmemoriales en esta Diócesis. Dios ha bendecido grandemente a esta comunidad eclesial, por ello debemos todos rendir un tributo de gratitud a Jesucristo.
Abrazo a todos ustedes y me reitero como su amigo y hermano cercano. Querétaro y Matamoros son Iglesias hermanas, compartimos una misma fe, un mismo bautismo, un mismo Dios y Padre. Dios bendiga a Matamoros, Dios bendiga a Mons. Ruy Rendón Leal, su quinto Obispo.
† Faustino Armendáriz Jiménez IX Obispo de Querétaro