La Sagrada Escritura nos enseña que la paternidad de Dios es la fuente de la paternidad humana (cf. Ef 3,14) es el fundamento del honor y respeto debido a los padres. El respeto de los hijos, sean menores o mayores de edad, hacia su padre y hacia su madre, (cf Pr 1,8; Tb 4,3-4) se nutre entonces del afecto natural nacido del vínculo que los une.
Estas enseñanzas nos recuerdan que los padres tienen la tarea y la responsabilidad de guiar a los hijos para que hagan suyos los valores humanos y cristianos y desarrollen la capacidad de distinguir entre el bien y el mal en las diversas esferas de su vida. Por eso, la disciplina propuesta por el padre tiene que ser seguida siempre por el afecto y el amor de manera que el hijo no interprete la corrección como un rechazo hacia su persona sino más bien hacia el acto incorrecto.
Hoy en su día, los tenemos presentes en nuestras intenciones, a quienes somos hijos les pido que regalemos a todos nuestros papás la comunión eucarística de este domingo, y que Dios, quien les ha regalado este hermoso don de la paternidad los bendiga con toda clase de bendiciones. También a los tíos y a los abuelos, que al interno de las familias representan un pilar firme en las relaciones familiares por su palabra y su ejemplo.
Nos animan las palabras de S.S. Benedicto XVI, «La paternidad de Dios es amor infinito, ternura que se inclina hacia nosotros». Porque son nuestro orgullo y nuestro ejemplo a seguir. ¡Muchas Gracias!
Los encomendamos en la Eucaristía del domingo 16 de junio, día del padre, y a la intercesión de la Santísima Virgen María, para que les alcance su ayuda en esta labor de educar a sus hijos.
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 10 días del mes de junio del 2013.
Fraternalmente en Cristo y María.
† Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro Pbro. Dr. Jorge Hernández Nieto Canciller