VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
15 de abril de 2022, Santa Iglesia Catedral
El viernes 15 de abril de 2022 a las 19:00 horas en la Santa Iglesia Catedral de Querétaro, Mons. Fidencio López Plaza presidió la celebración del Viernes Santo y concelebrarón el Mons. Sacramento Arias Montoya, Pbro. Damian Almaraz Almaraz y elPbro. José Guadalupe Martínez Osornio.
La celebración inició en silencio y con la postración de Mons. Fidencio, en este contexto el Obispo dijo: “la liturgia del viernes Santo la iglesia nos invita una y otra vez a inclinarnos a mirar la Tierra a postrarnos sobre ella y a no olvidar jamás nuestro origen somos de barro… orar postrados y en silencio es como mejor podemos comprender y como mejor podemos hacer la voluntad de Dios”
Además de estos signos Mons. Fidencio invita a mirar a dos personajes, el cirineo y el samaritano, y dijo: “al conmemorar la pasión de Jesucristo en esta situación tan lamentable que estamos viviendo en nuestro país Dios nos invita a guardar silencio y a postrarme sobre la Tierra nos invita a contemplar a Cristo que sigue crucificado hoy por la pandemia por los secuestros por los desaparecidos por los asesinatos por la corrupción por la violencia Hoy como ayer necesitamos nuevo cirineos que ayuden a cargar la cruz y también necesitamos nuevos samaritanos que se bajen del caballo y auxilien a su hermano que ha sido golpeado herido y dejado medio muerto”.
También dijo que “la cruz es la cátedra suprema donde Dios se identifica a sí mismo y es desde allí donde se genera el hombre nuevo y el mundo nuevo qué soñó Jesucristo y que él vino a iniciar… mirar en silencio al crucificado es contemplarlo abierto de brazos para no excluir a nadie ni señalar a nadie con el dedo.”
Finalizo la homilía invitando a ser buenos y fieles discípulos misioneros de Jesucristo muerto y resucitado.
Concluida la homilía se realizó el rito de la adoración de la cruz y posteriormente se distribuyó la Sagrada Comunión a los presentes que se encontraban en condición de recibirla.
La celebración termino en silencio y sin bendición conforme lo establece la liturgia de este día.