«Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él» (1 Jn 4,16).
Amados hermanos y hermanas de esta Diócesis de Querétaro:
1. En el marco del Jubileo de la Diócesis y de la Segunda Etapa de la Misión Diocesana Intensiva y con el firme propósito de intensificar la celebración del Año de la Fe y acentuar el Año de la Pastoral Social comenzamos con toda la Iglesia el sagrado tiempo de Cuaresma el próximo Miércoles de Ceniza, que nos ofrece la oportunidad de profundizar en la íntima relación que existe entre las virtudes de la fe y la caridad.
2. En su mensaje de cuaresma el Papa Benedicto XVI, retomando las enseñanzas de su primer encíclica afirma la unidad entre la fe y la caridad y nos propone un principio fundamental: «no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Deus Caritas est, 1).
3. La fe es un acto de adhesión personal al amor gratuito que Dios tiene por nosotros; y que implica nuestro entendimiento y también nuestro corazón. El Kerigma o anuncio de Jesucristo Muerto y Resucitado que se hará este año en todas las parroquias de la Diócesis en la segunda etapa de la Misión Intensiva depositará en nosotros el germen de la fe que nos debe llevar a adherirnos de corazón al Señor y a confesarlo como único Señor y Salvador. Así, conquistados y movidos por el amor de Dios, nosotros los cristianos y, de manera especial, los agentes de pastoral social al conocerlo a través de Jesucristo crucificado seamos instrumentos de ese mismo amor (cfr. Benedicto XVI, Mensaje de Cuaresma, 2013).
4. Con la predicación de esta Buena Noticia la Iglesia pone en acto, es decir, realiza a través de este anuncio la obra de salvación, a partir del cual, toda la vida cristiana se hace respuesta constante al amor de Dios mediante la fe, iniciando así un camino de amistad con el Señor que llena y da sentido a toda la vida, y que nos permite amar como él ama, así la fe puede obrar conforme a la caridad. Si la fe es conocer la verdad y adherirse a ella y la caridad es caminar en la verdad entonces mediante la fe se entra en la amistad con el Señor y con la caridad se vive y cultiva esa misma fe, porque él murió por todos, a fin de que los que viven no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos (2 Cor 5,15).
5. Es claro entonces que la fe es inseparable de la caridad, que la existencia cristiana parte del encuentro con Jesús, amor crucificado, encuentro de ojos abiertos y corazón palpitante para una vida nueva. La Misión Continental Permanente nos ayuda a ser cercanos y conocer las necesidades de la comunidad, tocando los rostros sufrientes que tanto nos lastiman. Debemos llevar, con creatividad y pasión, el amor de Jesucristo a los hermanos, ya que la primera obra de caridad que podemos hacer es la evangelización: comenzamos del amor para llegar al amor; porque una fe sin obras es como un árbol que no da frutos.
6. Este año queremos privilegiar en la Diócesis de Querétaro el primado de la fe y de la caridad porque si conocemos el amor que Dios nos tiene creeremos en él. La fe nos da a conocer a Cristo amor encarnado y crucificado, pero la virtud de la caridad nos empuja a vivirlo a través de nuestras obras.
7. Queridos hermanos y hermanas de esta Diócesis deseo que la celebración de esta cuaresma nos ayude a celebrar el Misterio de Jesucristo Muerto y Resucitado, amor con el que Dios nos ha redimido, y para reavivar la fe en Jesucristo, que nos conduce al amor por los todos hermanos, especialmente por los más necesitados.
† Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro