Querétaro, Qro. a 17 de octubre de 2021.
El día 17 de octubre de 2021, se llevó a cabo la Solemne Misa Estacional en el LXXV Aniversario de la Coronación Pontificia de la Venerable Imagen de la Santísima Virgen de El Pueblito, principal Celestial Patrona de la Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro y de la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo Michoacán, en el Templo de San Francisco, Querétaro, y fue presidida por el Excmo. Sr. Arzobispo Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México.
Esta Solemne Eucaristía fue concelebrada por Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de la Diócesis de Querétaro, Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, Mons. Benjamín Castillo Plascencia, obispo emérito dela Diócesis de Celaya, y varios obispos que acompañaron en esta celebración, además varios sacerdotes Religiosos y Diocesanos, así como una representatividad de las corporaciones y asociaciones laicales de la Virgen de el Pueblito.
Esta Misa, llamada estacional, manifiesta tanto la unidad de la Iglesia local, como la diversidad de ministerios alrededor del Obispo y de la Sagrada Eucaristía. La Misa estacional se celebrará con canto, según las normas que se encuentran en la Instrucción General del Misal Romano. Conviene que haya por lo menos tres diáconos, que sean verdaderamente tales, uno que sirva al Evangelio y al altar, y otros dos que asistan al Obispo.
En el momento de la Homilía el Arzobispo Franco Coppola, compartió diciendo: «Agradecer, pero también al mismo tiempo permítanme expresar la alegría de encontrarme en esta celebración con dos participaciones a las cuales le tengo mucho aprecio, por un lado, la fiesta de la provincia franciscana, tener aquí delante de mí tantos padres y frailes franciscanos es un gusto y una alegría especial; ustedes saben que soy de origen italiano y San Francisco significa mucho para todos nosotros.
Además, como representante del Papa, tengo el honor de representar al que ha tomado este nombre como patrono y es un gusto poder saludarlos y estar con ustedes en esta celebración, y apreciar su presencia en la iglesia en particular en esta iglesia de Querétaro que también me es querida de manera especial, pienso que no hay Diócesis donde yo he estado más veces que en Querétaro.
Aquí he tenido el gusto de encontrar una iglesia viva, una iglesia cómo tiene que ser la iglesia de pueblo, siempre se quedará conmigo a donde vaya en toda mi vida, mi experiencia de haber acompañado a la peregrinación que hace Querétaro hacia la Virgen de Guadalupe, El obispo me invitó y tuve la oportunidad de acompañar a los hombres y a las mujeres, en el primer día, una experiencia de fe profunda.
Es un gusto ver como el trabajo de los primeros misioneros los franciscanos, que estuvieron aquí y los frutos que han dado.
Debemos aprovechar esta celebración, por un lado agradeciendo al Señor por todos los grandes dones que nos ha dado, el don de la vocación franciscana, qué es una vocación el don de haber sido misioneros en estas tierras, de haber podido llevar el anuncio del Evangelio a esta tierra.
Los dones de haber recibido la fe, todos los que están aquí, los que nos siguen a través de los medios de comunicación, haber recibido la fe, el don de tener a una madre qué está presente, que nos acompaña, que nos defiende, que nos cuida, muchos dones.
Pero al mismo tiempo es muy importante entender porque en la primera lectura el pueblo que andaba a oscuras, es una palabra que nos dice algo a propósito de nosotros, no es solo algo que se refiere a siglos atrás, somos nosotros este pueblo que anda a oscuras, porque la misma Jerusalén que era la ciudad de Dios, el pueblo escogido por Dios, los israelitas bendecidos por muchas gracias por Dios, el Señor llegó y no se dieron cuenta qué pasaba.
Un gran Obispo, San Agustín decía: “Temo que el señor pase y yo, no me dé cuenta”, vivimos en un tiempo de oscuridad, creo que nunca como en estos años hemos vivido en medio de tantas luces, aunque hay muchísimas luces prendidas, somos un pueblo que anda oscura, o sea que no ve bien, no ve con claridad el camino por el cual el señor lo llama, hay muchas luces que nos atraen, pero son luces artificiales, no es la verdadera luz.
¿Cuál es la verdadera luz? ¿Cómo hacer para encontrar el camino por el cual el señor quiere que caminemos?, ante todo se trata de ponerse en camino, de salir.
En el Evangelio hemos escuchado el relato de la Anunciación, parece que Dios también andaba un poco a oscuras, a veces también el señor no tiene claridad, por muchos años y siglos había intentado con profetas y milagros, había intentado mostrar el camino a su pueblo pero nada, y finalmente tenía un pueblo que lo honraba solo con los labios, no con el corazón, respetaba el sábado, iba la sinagoga, iban al templo, respetaba todos los preceptos y normas que eran muchísimas, pero el corazón estaba lejos de Dios.
Entonces finalmente Dios emprende un camino nuevo, baja deja el cielo y baja a caminar con nosotros ya nomás con profetas viene el mismo.
Ese es el anuncio gozoso que hemos escuchado hoy, “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”, es el anuncio que el Señor nos da hoy a nosotros, pueblo que anda en las sombras, en las tinieblas.
El Papá lo ha dicho, que prefiere una “iglesia manchada y sucia de polvo por salir y no una iglesia encerrada”.
Como nosotros no queremos escuchar, nos ha enviado la pandemia que nos ha encerrado físicamente, la invitación del obispo y del Papá y de la palabra del señor es, que: “es tiempo de salir” de este encierro, hemos visto que no está bien encerrarnos porque hasta nos enferma, todavía no sabemos cuánta gente se quedará enferma después de este encierro, pero hay que salir, claro con todas las medidas, pero hay que salir y anunciar lo que el ángel anuncia hoy a la Virgen, “Alégrate, el Señor está contigo”.
Todos necesitamos este anuncio, porque tenemos la impresión de que el Señor no está con nosotros, tenemos la impresión de que quizá está ocupado en otros asuntos y nos sentimos abandonados, nos sentimos solos.
Somos la generación que quizá tiene más amigos en Facebook, en tic toc, en todas las redes sociales, podemos tener muchísimos amigos, pero estamos solos, más que nunca solos.
Iglesia de Querétaro, Orden de San Francisco, tenemos que llevar a toda la gente, que es mucha, a toda la gente que le falta la presencia del Señor, que se siente sola, tenemos que llevarle este anuncio “El Señor, está contigo” lo hemos encontrado.
Nosotros somos privilegiados, pero claro no somos privilegiados para tener una medalla o un boleto listo para entrar en el paraíso, no significa solo que Dios nos ha dado diez talentos y espera otros diez, mucho más que los demás.
El Señor nos ha permitido verlo, tocarlo, piensen hermanos sacerdotes, lo tocamos todos los días, lo tocamos cuando se hace alimento que se da y permite que lo toquemos, porque nos pide hacer lo mismo, hacer lo mismo en conmemoración mía, hacernos pan para darnos a comer.
Hay un pasaje del Evangelio que todos conocemos bien, la de el buen pastor, donde dice qué el buen pastor deja las noventa y nueve en el establo y va a buscar a la que se ha perdido, ¿lo hacemos?
Tengo la impresión de que no; hoy el Señor nos pregunta a cada uno de ustedes párrocos, ¿saben cuántas son las ovejas que le han sido confiadas? A veces yo les pregunto y la respuesta es siempre, más o menos diez mil, tres mil, o cinco mil, quién sabe, ¿Qué diríamos si a un papá o una mamá de familia le preguntáramos ¿Cuántos hijos tiene? Y contesta cuatro o cinco, diez o doce, no sé, ¿se puede llamar papá o mamá de familia? Para remediar a esta falta nuestra, el Papa, invita a toda la iglesia a unirnos.
Hoy es providencial, que sea hoy en la fiesta de la coronación pontificia de la Virgen del Pueblito, que se desplaza y que viene aquí para hacerse la encontradiza.
Y fue a todas las parroquias de la Diócesis y a la provincia franciscana, brindando su consuelo, la virgen perfecta, ¿de la virgen la primera cosa que hizo la virgen cuando escucho este anuncio? entre todas las palabras del Ángel, el Ángel le dijo que su prima Isabel en edad avanzada, estaba embarazada, la primera respuesta de María fue, ponerse al servicio de su prima, inició su peregrinación el primer peregrinaje que hizo fue enseguida para ayudar a su prima Isabel.
Pues bien ha llegado el tiempo de hacer lo mismo El Señor está pasando, nos llama a ir al encuentro de todos nuestros hermanos y hermanas, de nuestra familia, ha pasado demasiado tiempo que hemos que hemos permitido a nuestros hermanos y hermanas, alejarse silenciosamente, los hemos perdido de vista, no los encontramos en nuestras reuniones dominicales y no nos preguntamos ¿Qué ha pasado?
Por eso el papá llamado a toda la iglesia a iniciar un camino sinodal Qué significa, qué es el momento de reunirnos todos porque o caminamos todos juntos, o no avanzamos, ha pasado el tiempo cuando nosotros éramos niños solo era estar, callados, las cosas importantes solo las razonado papá y mamá, o a veces solo papá, ahora el tiempo es diferente si hay un problema en una familia de hoy, hay que convocar alrededor de la mesa a todo papá, mamá e hijos, porque del problema se sale solo, si todos nos unimos es lo mismo.
Para la iglesia qué es una familia, la familia de los hijos de Dios, no sé avanza y corremos el riesgo de ser la Jerusalén de hace 2000 años, que Jesús llegó y nadie se dio cuenta y quedó descartado, corremos el riesgo si no aprovechamos la oportunidad de aprovechar la llamada del papá de unir a toda la familia de seguir y caminar juntos.
La virgen nos ha dado el ejemplo y seguir amando, no lo porque sigue caminando y nos pide seguir su ejemplo, darnos cuenta y convocar a todos nuestros hermanos y hermanas, porque si hay un pueblo que andan las sombras, hay un pueblo que anda en las tinieblas, y no por su elección, no porque sea malo, solo porque se ha quedado atrás, ósea desviado, necesita que vayamos a buscarlo, que lo recojamos con cariño,, cómo hace el buen pastor que cuando encuentra la oveja no la maltrata, no la regaña, no se la pone al cuello.
Hay mucha gente que necesita esto también aquí en Querétaro, nosotros tenemos un anuncio alegre, “El Señor está contigo”. Que hoy sea una oportunidad para agradecer a Dios, a la Virgen de que nos ha dado este don y que esté don también sea para nosotros un compromiso, no hay fiesta si hay alguien que se aparta, que no celebra con nosotros, que sea un compromiso para llamar a esta fiesta y para darnos cuenta de que el señor está con nosotros, con todos nuestros hermanos y hermanas. Que Así sea.
Al terminar la celebración el padre provincial Fray Flavio, tomo la palabra para agradecer a todos los que pudieron acompañar y a los que hicieron posible esta magna celebración en honor a Santa María de El Pueblito.
Y Finalmente Mons. Franco Coppola, dio la bendición con indulgencia plenaria, para quienes estaban debidamente preparados y así lo desearon.