ORDENACIÓN SACERDOTAL DEL PBRO. JOSÉ OCTAVIO HERNÁNDEZ RAMÍREZ.

Parroquia San Francisco Galileo, Corregidora, Qro. 01 de julio de 2021.

Gran recibimiento de dieron los feligreses de la Parroquia San Francisco Galileo, Corregidora, Qro. a la venerable imagen de la Virgen de El Pueblito, el día 01 de julio de 2021.

Donde se celebró la Santa Eucaristía, presidida por Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, en la cual le fue conferido el sacramento del Orden Sacerdotal al Pbro. José Octavio Hernández Ramírez.

Mons. Fidencio, en el momento de la Homilía el comento diciendo: “Dice la Santa Palabra de Dios cogieron tal cantidad de peces que las redes se rompieron, al ver esto Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo apártate de mí soy un pecador, este es el secreto hermanas y hermanos, para descubrir lo que ocurre cuando se confía en la Palabra de Dios.

Pedro fue y es grande porque se descubrió pequeño, eso fue lo que miró Jesús y lo que le arrancó palabras luminosas, para que Pedro todavía descubriera su identidad más profunda, no temas Pedro desde ahora serás pescador de hombres, este fue el gran descubrimiento de Pedro y sus compañeros, el trabajo en esta vida tiene éxito si se hace confiado en la palabra de Dios, en la palabra que se hizo carne Jesús.

Hoy vivimos hermanos, hermanas en una profunda crisis de confianza, los grandes desafíos que se viven en un cambio de época tocan el modo de relacionarnos con nosotros mismos, están cambiando, tocan el modo de relacionarnos con los demás y también están cambiando, tocan también el modo de relacionarnos con la naturaleza, y el modo de relacionarnos con Dios, se trata de un cambio de estilo, de un estilo de vida.

La palabra desafiar, quiere decir entre otras cosas quitar la fe, o por lo menos ponerla en crisis, quiere decir entre otras cosas, poner en crisis la confianza y por eso cuando se acaba la fe se acaba el camino, llega la incertidumbre, aparece la crisis de sentido y surge una pregunta vital ¿dónde estoy, que hago para que vivo?

Cuando Jesús invita a sus discípulos a remar mar adentro, les invita a pasar de la superficie a la profundidad, remarcar mar adentro, significa dejar de vueltas en el mismo lugar, y correr el riesgo de ir a lo más profundo, porque sólo desde las profundidades podemos sacar lo mejor que hay en el ser humano, muchas veces nos gastamos la vida buscando a nuestro alrededor y encontramos poco o nada, nos aburrimos sin mirar a lo profundo de nosotros mismos, sin descubrir el potencial con el que Dios nos ha dotado.

La diferencia de trabajar confiados en sí mismos y trabajar en nombre de Jesús,  Pedro seguro de sí confío de sus propias fuerzas, da el salto a la inseguridad y se reconoce pecador, sólo confiando en la palabra que se hace carne, sólo confiando en la palabra  puede ser escuchada, puede ser asumida, puede ser encarnada, celebrada y transmitida a la manera de Jesús.

Por eso mi querido diácono José Octavio, hermanas, hermanos todos, hagamos de la palabra de Dios, el platillo de nuestra vida cristiana, ella es la carta amorosa que Dios nos ha enviado a todos y a cada uno para enseñarnos a echar la red confiados en Jesús, de otra manera no hay iglesia evangelizada y evangelizadora, de otra manera no hay pescadores de hombres, no hay verdaderos discípulos, ni verdaderos misioneros, a lo mejor caricaturas y eso lo que hacen y provocan en la risa de los demás, en una palabra sin confianza, en la Palabra de Dios no hay pueblo elegido para evangelizar.

Padre Octavio, hermanos todos, hoy más en estos tiempos, Jesús nos pide remar mar adentro, nos pide dejar de ser cristianos y sacerdotes superficiales y convertirnos en discípulos misioneros, capaces de ponerle valores del reino a la cultura y a la gente, de una crisis nunca se sale Igual, dice el Papa Francisco, de una crisis siempre salimos mejores o peores.

Por eso hoy el Buen Pastor nos pide remar mar adentro, y a ser cristianos. Que nuestro padre querido San José y nuestra querida madre en su advocación de el Pueblito y su hijo el Buen Pastor, nos custodien y nos enseñan a remar mar adentro». Concluyo.

Al terminar momentos antes de la bendición, el nuevo sacerdote dirigió un mensaje a los asientes y posteriormente Mons. Fidencio les dio la bendición, para después pasar a la convivencia fraterna que para esta ocasión se preparó.