𝗦𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗗𝗶́𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗡𝗼𝘃𝗲𝗻𝗮 𝗮 𝗦𝗮𝗻 𝗝𝘂𝗮𝗻 𝗕𝗼𝘀𝗰𝗼
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗶𝗻𝗶𝗰𝗶𝗮𝗹
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.
Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.
Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: «Me basta que seáis jóvenes para que os quiera». Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝘀𝗲𝗴𝘂𝗻𝗱𝗼 𝗱𝗶́𝗮
¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ternísimo que tuviste a María Auxiliadora, vuestra Madre y Maestra; alcánzanos una verdadera y constante devoción a tan dulcísima Madre, a fin de que, como hijos suyos devotísimos, podamos merecer su valioso patrocinio en esta vida y de un modo especial en la hora de nuestra muerte.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗼𝗯𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗴𝗿𝗮𝗰𝗶𝗮
Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡Cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).
También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.
Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.
𝑺𝒆 𝒓𝒆𝒛𝒂 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒅𝒓𝒆𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐, 𝑨𝒗𝒆𝒎𝒂𝒓𝒊́𝒂, 𝑫𝒊𝒐𝒔 𝒕𝒆 𝑺𝒂𝒍𝒗𝒆 𝒚 𝑮𝒍𝒐𝒓𝒊𝒂.
𝗢𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗮 𝗗𝗼𝗻 𝗕𝗼𝘀𝗰𝗼
Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.
Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,
en la edificación de la civilización del amor.
Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo.
Amén.