EL MES DE JUNIO ES DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, ENTRONIZALO EN TU CASA Y EN TU CORAZÓN.

𝐂𝐨́𝐦𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨𝐧𝐢𝐳𝐚𝐫 𝐚𝐥 𝐒𝐚𝐠𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 𝐞𝐧 𝐭𝐮 𝐜𝐚𝐬𝐚 (𝐲 𝐭𝐮 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧)

 

 

 

Es tradición que el mes de junio se dedique al Sagrado Corazón de Jesús, debido principalmente al hecho de que la solemnidad del Sagrado Corazón (el viernes después del segundo domingo después de Pentecostés) se celebra en junio.

Según el Directorio sobre la Piedad Popular, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es “una de las expresiones más difundidas y amadas de la piedad eclesial”.

Es una práctica profundamente cristocéntrica que ha sido fomentada por numerosos santos a lo largo de los siglos.

Bajo “la luz de la sagrada Escritura, la expresión ‘Corazón de Cristo’ designa el misterio mismo de Cristo, la totalidad de su ser, su persona considerada en el núcleo más íntimo y esencial: Hijo de Dios, sabiduría increada, caridad infinita, principio de salvación y de santificación para toda la humanidad.

El ‘Corazón de Cristo’ es Cristo, Verbo encarnado y salvador, intrínsecamente ofrecido, en el Espíritu, con amor infinito divino-humano hacia el Padre y hacia los hombres sus hermanos”.

Entre las múltiples costumbres devotas relacionadas con el Sagrado Corazón está la tradicional ‘entronización’ o ‘consagración’ del hogar (y del corazón) a Jesús. En particular, Jesús prometió a santa Margarita María Alacoque:

“Bendeciré los hogares en los que se muestre y venere una imagen de Mi Corazón”.

A lo largo del tiempo, la Iglesia ha desarrollado varios tipos de entronizaciones que convierten la colocación de una imagen del Sagrado Corazón en un evento más formal y espiritual.

Por ejemplo, la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración) tiene su propio servicio de oración de consagración familiar y varios recursos para profundizar.

Santa Margarita María Alacoque escribió una oración personal de consagración que puede usarse cuando uno mismo o una familia se consagra al Sagrado Corazón:

𝑀𝑒 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑔𝑜 𝑦 𝑎𝑙 𝑆𝑎𝑔𝑟𝑎𝑑𝑜 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑜 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟 𝐽𝑒𝑠𝑢𝑐𝑟𝑖𝑠𝑡𝑜, 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑎𝑔𝑟𝑜 𝑠𝑖𝑛 𝑟𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎𝑠, 𝑚𝑖 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎, 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎, 𝑚𝑖𝑠 𝑜𝑏𝑟𝑎𝑠, 𝑚𝑖𝑠 𝑑𝑜𝑙𝑜𝑟𝑒𝑠 𝑦 𝑠𝑢𝑓𝑟𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠. 𝐸𝑠𝑡𝑒 𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑜́𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑖𝑛𝑚𝑢𝑡𝑎𝑏𝑙𝑒: 𝑠𝑒𝑟 𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑆𝑢𝑦𝑜 𝑦 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑆𝑢 𝑎𝑚𝑜𝑟. 𝐴𝑙 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑟𝑒𝑛𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝐿𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑔𝑟𝑎𝑑𝑒.
𝑆𝑎𝑔𝑟𝑎𝑑𝑜 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝐽𝑒𝑠𝑢́𝑠, 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑢́𝑛𝑖𝑐𝑜 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑚𝑜𝑟. 𝑆𝑒́ 𝑝𝑢𝑒𝑠, 𝑚𝑖 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟 𝑒𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑦 𝑔𝑎𝑟𝑎𝑛𝑡𝑖́𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎 𝑒𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎. 𝑆𝑒́ 𝑓𝑜𝑟𝑡𝑎𝑙𝑒𝑧𝑎 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑑𝑒𝑏𝑖𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑒 𝑖𝑛𝑐𝑜𝑛𝑠𝑡𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎. 𝑆𝑒́ 𝑝𝑟𝑜𝑝𝑖𝑐𝑖𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛 𝑦 𝑑𝑒𝑠𝑎𝑔𝑟𝑎𝑣𝑖𝑜 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑒𝑐𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑣𝑖𝑑𝑎. 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑙𝑙𝑒𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑏𝑜𝑛𝑑𝑎𝑑, 𝑠𝑒́ 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑚𝑖́ 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑓𝑢𝑔𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑙𝑎 ℎ𝑜𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑚𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑦 𝑚𝑖 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑠𝑜𝑟 𝑎𝑛𝑡𝑒 𝐷𝑖𝑜𝑠 𝑃𝑎𝑑𝑟𝑒. 𝐷𝑒𝑠𝑣𝑖́𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑖́ 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑠𝑡𝑖𝑔𝑜 𝑑𝑒 𝑆𝑢 𝑗𝑢𝑠𝑡𝑎 𝑖𝑟𝑎. 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟, 𝑒𝑛 𝑇𝑖 𝑝𝑜𝑛𝑔𝑜 𝑡𝑜𝑑𝑎 𝑚𝑖 𝑐𝑜𝑛𝑓𝑖𝑎𝑛𝑧𝑎. 𝐷𝑒 𝑚𝑖 𝑚𝑎𝑙𝑑𝑎𝑑 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑙𝑜 𝑡𝑒𝑚𝑜. 𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑇𝑢 𝐴𝑚𝑜𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑙𝑜 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜. 𝐸𝑟𝑟𝑎𝑑𝑖𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑚𝑖́, 𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟, 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑇𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑔𝑢𝑠𝑡𝑒 𝑜 𝑚𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑎 𝑎𝑝𝑎𝑟𝑡𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑇𝑖. 𝑄𝑢𝑒 𝑇𝑢 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑠𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑟𝑖𝑚𝑎 𝑡𝑎𝑛 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑢𝑛𝑑𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑒𝑛 𝑚𝑖 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑗𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝑇𝑒 𝑜𝑙𝑣𝑖𝑑𝑒 𝑦𝑜 𝑦 𝑞𝑢𝑒 𝑗𝑎𝑚𝑎́𝑠 𝑚𝑒 𝑠𝑒𝑝𝑎𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑇𝑖.
𝑆𝑒𝑛̃𝑜𝑟 𝑦 𝑆𝑎𝑙𝑣𝑎𝑑𝑜𝑟 𝑚𝑖́𝑜, 𝑡𝑒 𝑟𝑢𝑒𝑔𝑜, 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑛𝑒𝑠, 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑒́ 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑢𝑛𝑑𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑔𝑟𝑎𝑏𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑆𝑎𝑔𝑟𝑎𝑑𝑜 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛; 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑦 𝑚𝑖 𝑔𝑙𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑠𝑒𝑎𝑛 𝑣𝑖𝑣𝑖𝑟 𝑦 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟 𝑒𝑛 𝑇𝑢 𝑠𝑒𝑟𝑣𝑖𝑐𝑖𝑜. 𝐴𝑚𝑒́𝑛.

Sea cual sea el método que uses para consagrar tu hogar al Sagrado Corazón, el énfasis debe recaer en la preparación espiritual. No es simplemente una actividad en la que colocas una imagen de Jesús en un lugar notorio de tu hogar.

Similar a la consagración al Inmaculado Corazón de María, se centra en unir el corazón al de Jesús para que sea uno con Él en todas las cosas y está consagración debe recaer en la preparación espiritual, no es simplemente una actividad en la que colocas una imagen de Jesús en un lugar notorio de tu hogar.

Fuente: Aleteia Español