Tierra Blanca, Gto., 21 de diciembre de 2018.
Mons. Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de la Diócesis de Querétaro, visito la Parroquia de Santo Tomas, Tierra Blanca, Gto., el día 21 de Diciembre de 2018, y presidió la Sagrada Eucaristía en torno a su Fiesta Patronal en Honor a Santo Tomas Apóstol, Patrono de esta comunidad, concelebró el Pbro. Leodegario Sergio Ramírez González, Párroco, Pbro. Francisco Javier Ávila Benítez, Pbro. José, Hernández Pérez, y algunos otros sacerdotes originarios de esta comunidad fruto de la fe de la comunidad.
En esta fiesta estamos presentes, porque queremos unir el gozo de nuestra fe, salud a los hermanos sacerdotes, algunos originarios de esta comunidad que surgieron como fruto de la fe de sus papás y de la fe de la comunidad, saludo al Señor cura el padre Leo, el padre Francisco el padre Vicario de esta comunidad y a los demás sacerdotes que nos acompañan, al padre Manuel que seguramente estuvo en esta comunidad. En su homilía Mons. les exhorto a: “prepararnos a vivir en compañía de la Santísima Virgen María y a la luz de los profetas y también del testimonio de San Juan Bautista, a recibir al Mesías, a recibir al Señor, sin duda la presencia de la Santísima Virgen María gozosamente mesiánica, nos da la seguridad de estar recorriendo un camino que nos lleva al encuentro con Jesucristo y la misión de María es precisamente esa llevarnos a Jesús, y ella llevar a Jesús a los demás”. Ya en su homilía completa les compartió diciendo:
“Hoy en primer lugar quisiera considerar el tiempo que estamos viviendo, es el tiempo de adviento muy cercano ya a la Navidad, un tiempo en el cual se nos invita a través de la Palabra de Dios, a prepararnos a vivir en compañía de la Santísima Virgen María y a la luz de los profetas y también del testimonio de San Juan Bautista, a recibir al Mesías, a recibir al Señor, sin duda la presencia de la Santísima Virgen María gozosamente mesiánica, nos da la seguridad de estar recorriendo un camino que nos lleva al encuentro con Jesucristo y la misión de María es precisamente esa llevarnos a Jesús, y ella llevar a Jesús a los demás.
María recibió en su seno y en hogar a Jesús, pero no se quedó a disfrutarlo ella sola, sino que María lo comparte con los demás y lo hace especialmente, en aquel recorrido cuando va a visitar a su prima Santa Isabel y provocar la alegría en el vientre de Isabel, en el niño que salta de gozo en su seno y también en aquella familia, por eso en este tiempo de preparación a la Navidad dejémonos acompañar por la Santísima Virgen María en la peregrinación de la vida cristiana, de todos los días que caracteriza a esta comunidad y que no tiene tregua para celebrar la presencia del Señor, a través de la fiesta, a través de las celebraciones, a través de las vivencias en las pequeñas comunidades de base, a través de la lectura de la Palabra de Dios y que lo testimonian trayéndola en sus manos y seguramente que les ayuda a clarificar cuál es el sentido de sus vidas, no solamente en lo personal sino también comunitariamente.
En segundo lugar la presencia de la cruz, a lo largo de esta peregrinación tan significativa que hemos hecho, me llama la atención la presencia de la cruz y la especial veneración que se le tiene en esta parroquia y en esta comunidad, el portar la cruz es motivo para venerarla, pero al mismo tiempo un motivo importante para recordar que por la Cruz Cristo el hijo de Dios redimió al mundo, por eso la cruz es una oportunidad para venerar este misterio redentor, pero al mismo tiempo es una oportunidad para recordar lo que somos, ante la presencia de Dios somos discípulos misioneros del Señor y el consejo de Jesús fue al discípulo, tome su cruz de cada día, así como con tanto cariño se abraza la cruz y se porta y se le adorna y se le coloca en un lugar especial y está colocada en un lugar de las montañas y seguramente en el paseo que hace la cruz por cada una de las comunidades, hay un cariño y un abrazo especial creo que así el evangelio nos invita a abrazar la cruz de cada día, la cruz de la responsabilidad, la cruz de la misión.
Porque también es una gran responsabilidad ser misionero, como ya nos lo decían en las palabra, que en este año van a abrazar la cruz redentora de Jesús, el Santo Patrono y la descripción que hacen los evangelios nosotros podemos encontrar de forma directa que Jesús se revela ante los apóstoles, especialmente ante Santo Tomás diciéndole: “Yo soy el camino la verdad y la vida”. Seguramente Santo tomas no entendió la palabra de un conocido, la convención es algo que nos va sucediendo y ese día de nuestra vida nuestro corazón es la presencia de Jesús decir “Señor mío y Dios mío”, es comprometerme en la meditación de todos los días, en la lectura comunitaria, sea quién nos conduzca a su santo patrono a Santo Tomás Apóstol, para que como él, un día también tengamos el gran compromiso de asumir lo que nos dice la Palabra de Dios y tomarla como norma de nuestra vida. Que el Señor siga bendiciendo todos los esfuerzos, toda esta vida comunitaria, para seguir alabando junto al Señor, especialmente en esta Navidad que el Señor nos encuentre unidos y reunidos en torno a él y a la Santísima Virgen María. Que así sea”.
Al terminar el Sr. Obispo dio la bendición y agradeció la invitación, a su vez la comunidad reunida le brindo un aplauso como signo de agradecimiento por la visita a esta comunidad parroquial.