Fue el domingo 28 de octubre, cuando celebramos la festividad de Todos los Santos en el atrio parroquial, de nuestra parroquia de San Pedro y San Pablo. Y también con ello coronamos una semana de la familia.
La Sagrada Biblia llama «Santo» a aquello que está consagrado a Dios. La Iglesia Católica ha llamado «santos» a aquellos que se han dedicado a tratar de que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.
El tema para celebrar esta importante actividad ha sido plasmar la vida de los Santos Padres, quienes con su testimonio de vida de fe y sus profundos estudios nos dieron ejemplo para defender la doctrina que el mismo Jesucristo nos dejó. Algunos textos patrísticos que nos aseguran el camino de la fe.
El medio para proyectar la vida de los Santos Padres de la iglesia fue a través de 26 carros alegóricos, preparados por los centros de catequesis básica. Mismos que fueron desfilando por las calles de nuestra tierra cadereytense para culminar en el atrio parroquial dónde se explica de creatividad pedagógica la vida de tan insignes hombres y así tener conocimiento de su vida y escritos.
Coronamos esta celebración con la sagrada Eucaristía, dónde el escenario preparado enmarcaba al Cordero mostrando los rollos y alrededor aquellos que han sido blanqueados y merecedores de la gloria eterna (cfr. Ap. 6 y 7). La Iglesia nos manda echar en este día una mirada al cielo, que es nuestra futura patria, para ver allí con San Juan, a esa turba magna, a esa muchedumbre incontable de Santos, figurada en esas series de 12,000 inscritos en el Libro de la Vida, —con el cual se indica un número incalculable y perfecto—, y procedentes de Israel y de toda nación, pueblo y lengua, los cuales revestidos de blancas túnicas y con palmas en las manos, alaban sin cesar al Cordero sin mancilla. Cristo, la Virgen, los nueve coros de ángeles, los Apóstoles y Profetas, los Mártires con su propia sangre purpurados, los Confesores, radiantes con sus blancos vestidos, y los castos coros de Vírgenes forman ese majestuoso cortejo, integrado por todos cuantos acá en la tierra se desasieron de los bienes caducos y fueron mansos, mortificados, justicieros, misericordiosos, puros, pacíficos y perseguidos por Cristo. Entre esos millones de Justos a quienes hoy honramos y que fueron sencillos fieles de Jesús en la tierra, están muchos de los nuestros, parientes, amigos, miembros de nuestra familia parroquial, a los cuales van hoy dirigidos nuestros cultos. Ellos adoran ya al Rey de reyes y Corona de todos los Santos y seguramente nos alcanzarán abundantes misericordias de lo alto.
Queremos celebrar la Vida, queremos subir al cielo por el camino que nos dejó allanado Cristo Jesús y sus Santos.
Nos alegra que nuestra parroquia celebre a todos los santos y no se abandone en prácticas oscuras.
Sr. Cura: P. Raymundo Frausto Hurtado y VicariosCorresponsal: Susana G. Lazcano P.