INDULGENCIAS CON MOTIVO DEL AÑO DE LA FE
El pasado 26 de octubre, el Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez firmó la circular N° 39 de este año, dirigida a los sacerdotes, religiosos, religiosas y a todos los fieles de la Diócesis de Querétaro. El tema a tratar: Indulgencias con motivo del Año de la Fe, que ha proclamado el Papa Benedicto XVI. El Año de la Fe inició el pasado 11 de octubre de 2012 y concluirá el 24 de noviembre de 2013.
El documento, expedido por Mons. Armendáriz dice:
“Durante todo el año los fieles podrán conseguir la indulgencia plenaria de la pena temporal por los propios pecados, impartida por la misericordia de Dios, aplicable en sufragio de las almas de los fieles difuntos, quienes verdaderamente arrepentidos, debidamente confesados hayan comulgado sacramentalmente y que recen según las intenciones del Pontífice:
a) Cada vez que participen al menos en tres momentos de predicación durante las Sagradas Misiones, o al menos, en tres lecciones sobre las Actas del Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia, en cualquier Iglesia o lugar idóneo, o las conferencias que sobre la fe que se tengan en los templos parroquiales de nuestra Diócesis.
b) Cada vez que los fieles visiten en peregrinación la Santa Iglesia Catedral; la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, Colón, Qro; y los Santuarios Diocesanos: el de Nuestra Señora de los Remedios, Victoria, Gto.; el de la Congregación de Nuestra Señora de Guadalupe, Centro histórico de la ciudad de Santiago de Querétaro; el de Nuestra Señora Tres Veces Admirable de Shöenstatt, Los Olvera, Qro.; el de Nuestra Señora de El Pueblito, Corregidora, Qro.; el de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, San Juan Dehedo, Amealco, Qro.; el de la Santísima Virgen de Guadalupe, San Juan del Río, Qro.; el Templo Parroquial del Apóstol Santiago, Jalpan, Qro.; y el Templo de la Rectoría de la Misión de San Miguel, Concá, Qro.
c) También cuando participen en una ceremonia sagrada o, al menos, se recojan durante un tiempo en meditación y concluyan con el rezo del Padre Nuestro, la profesión de fe en cualquiera de sus formas legítimas, las invocaciones a la Virgen María y, de manera especial cuando se celebren las fiestas patronales de la parroquia y de las capillas, incluyendo las de los patronos del Seminario y las misas de Sagrada Ordenación Presbiteral.
d) Un día, elegido libremente, durante el Año de la Fe, para visitar en familia o con los padrinos, el bautisterio o cualquier otro lugar donde se recibió el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales en cualquier forma legítima.
e) Cada vez que en los días determinados por el Ordinario del lugar para el Año de la Fe, participen en cualquier lugar sagrado en una solemne celebración eucarística o en la Liturgia de las Horas, añadiendo la profesión de fe en cualquier forma legítima. Se incluyen las actividades que se realizarán durante el ejercicio de la Misión Continental intensiva en las parroquias y decanatos; las semanas de Estudio en las que participan los sacerdotes y los laicos; así como los ejercicios cuaresmales y los oficios de Semana Santa.
f) Cuando, añadiendo la Profesión de fe en cualquiera de sus formas legítimas, participen en las Solemnidades de todos los Santos, Cristo Rey, Santa María de Guadalupe, la Natividad del Señor, Santa María Madre de Dios, El Triduo Pascual, la Ascensión del Señor, Pentecostés, la Santísima Trinidad, Corpus Christi, Sagrado Corazón de Jesús, San José Obrero, las fiestas de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, la Presentación del Señor, el Señor de la misericordia, y Jesús el Buen Pastor.
g) Finalmente recordemos que los fieles que por enfermedad o por justa causa, no puedan salir de casa o del lugar donde se encuentren, podrán obtener la indulgencia plenaria, si unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes, particularmente cuando las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmitan por radio o televisión, recen, allí donde se encuentren, el Padre Nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima y otras oraciones conformes a la finalidad del Año de la Fe ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida”.
Para concluir el documento Mons. Armendáriz, encomienda a todos, al amparo de la Santísima Virgen.
TODOS LOS SANTOS
Solemnidad que se celebra el primero de noviembre. Fue instituida en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos, y, según Urbano IV, para compensar cualquier deficiencia en la celebración de las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
La Iglesia Católica ha llamado «santos» a aquellos que se han dedicado a que su propia vida le sea lo más agradable posible a Nuestro Señor.
Hay unos que han sido «canonizados», o sea declarados oficialmente santos por el Sumo Pontífice, por lo que por su intercesión se han conseguido admirables milagros, y porque después de haber examinado minuciosamente sus escritos y de haber hecho una cuidadosa investigación e interrogatorio a los testigos que lo acompañaron en su vida, se ha llegado a la conclusión de que practicaron las virtudes en grado heroico.
Los santos son todos aquellos hombres y mujeres que por la misericordia de Dios han llegado al cielo, a ellos es a quienes celebraremos este 1° de noviembre.
FIELES DIFUNTOS
La solemnidad de los Fieles Difuntos, es el día dedicado a las almas del Purgatorio.
La base teológica de esta fiesta es la doctrina de que las almas que al salir del cuerpo no están perfectamente limpias de pecados veniales o no han reparado totalmente las transgresiones del pasado, son privadas de la visión beatífica, y que los creyentes en la tierra pueden ayudarles con las oraciones, la limosna y sobre todo por el Sacrificio de la Misa.
Uno de los mayores regalos que podemos hacer a quienes ya nos han precedido en el Cielo es aplicar por ellos, las indulgencias concedida por el Santo Padre Benedicto XVI en este Año de la Fe.
Este 2 de noviembre, en la Basílica, en los Santuarios y en todas las parroquias, templos y capillas de nuestra Diócesis se estarán celebrando Misas por los fieles difuntos, al igual que otros actos de piedad, como adoración al Santísimo y santo Rosario.