Capilla de Filosofía, Seminario Conciliar Diocesano, Nuestra Señora de Guadalupe, Col. Hércules, Qro. 10 de Abril de 2017.
La tarde del día 10 de Abril de 2017, en la Capilla de Filosofía, ubicada en las instalaciones del Seminario Conciliar, se realizó la solemne celebración Eucarística, en la cual participaron un buen número de Ex seminaristas, la celebración fue presidida por el Pbro. Cesar de la Vega Zúñiga, actual Párroco de la parroquia de las bienaventuranzas, en la colonia Menchaca, concelebraron esta Santa Misa, los Padres Formadores y Ecónomos del seminario. Cabe destacar que algunos de los participantes, conformaron el coro que animó esta celebración. En la homilía el Pbro. Cesar, expresó:
“ A pesar de que cada uno de ustedes, viva en un lugar diferente, circunstancias tal vez muy diferentes a las que aquí vivimos, problemas y situaciones y todo lo que convivimos, hay algo todavía que en el interior, que no solamente los formadores del Seminario de su tiempo, infundieron en ustedes o que transmitieron a cada uno de ustedes, sino que algo que el Señor Jesús, logro hacer, es tocar ese interior del corazón y permanecer allí, a pasar del tiempo y a pesar las circunstancias, y a pesar de todo allí hay algo muy propio.
Muchos tal vez dirán yo no era un seminarista, de mucha oración o de mucha profundidad en la vocación, mas sin embargo tenemos que considerar que esto no le interesa al Señor, si no que al Señor le interesa tocar, ese corazón de cada uno de nosotros.
Muy particular en esa parte que se llama fe, en esta parte nuestra tan interior y tan nuestra de relación con Dios, que es el lugar propio que Dios, adopta en el corazón de cada uno de nosotros.
Y eso, que yo les decía que cada uno de nosotros, a un año del presbiterio de la procesión de este recinto, muchos nos conocimos, tal vez a lo mejor físicamente, o de otra manera, pero aquí pasamos buenos momentos, de convivencia con Dios y entre nosotros, porque si iniciamos con el canto.
Si este lugar hablara, indudablemente nos diría todo lo que en él se dice, lo que en él se escribe y si le diéramos tal vez, una persona a todo nuestro ambiente, tal vez saldría, con todo nuestro esfuerzo, lo que nosotros vemos aquí.
Incluso alguno de nosotros nos debemos de acordar cuando ya había comenzado la Misa, o había algún acto aquí, y veníamos por el comedor, encontrábamos alguno de los candiles y se oía el canto, y hoy con mucha nitidez se escuchaba ese canto, en la hermosa voz de todos ustedes, de esa, el Señor sepa de llenar ese lugar muy particular de todos nosotros. Bueno pues así son las cosas de Dios.
Voy a hablar también del Evangelio de hoy, ¿a qué iba Jesús la casa de sus amigos?, aquí nos habla de momentos muy propios de él, cuando se dirigía a Betania, y es que él cabría preguntarnos a que iba Jesús? No solamente pues ellos eran amigos muy particulares, de Jesús, a que iba Jesús, considero yo que Jesús iba en cierta forma a descansar, pero además para disfrutar de un buen amigo, del consejo de un amigo, de la plática de un amigo.
¿Porque? Porque son los grandes amigos, los que nos pueden entender en todas las cosas o situaciones que nosotros platicamos a los demás, pero hay cosas muy reservadas, muy propias de nosotros mismos, que no platicamos en otro ambiente, en otro lugar sino que decimos que bueno que puedo platicar contigo.
Ese encuentro tan personal, y de las cosas que platicamos, en particular es algo que nace de mí, y son cosas que solo a alguien que le tenemos confianza le platicamos. Hoy hemos venido a encontrarnos con esa gente en esta casa.
Jesús no es Lázaro, pero precisamente, también este lugar basta, porque hoy tenemos la oportunidad, porque cuando hay reuniones de presbiterio nos hemos encontrado, a quienes conocemos hace mucho tiempo. Y hemos venido precisamente a poder recodar sobre todo aquellos momentos tan alegres y tan vaciados que decimos a veces, de lo que sucedió, de lo que vivimos, de lo que platicamos etc.
Hemos pues estas cosas que hemos vivido, pero que ahora podemos platicar fuera de este ámbito y decir oye te acuerdas de aquello?
Entones es esa Betania, en la cual se ha convertido este templo hoy, una Betania que en algún momento o con algunos muchachos que, yo llegue a conocer, llegaron a confundir esta Betania, con ¿Adónde vas?- Voy a ver a mi Betania, pero no decían voy a Betania sino que decían voy ver a mi Betania, no era ese el sentido de la Betania.
Jesús va a ver a sus amigos, Martha, María y Lázaro, no era una Betania particular, no, yo creo que esa Betania es este lugar, de dialogo, aquí nos hemos encontrado muchos que hacía muchos años no nos veíamos muchos como dijeron han cambiado un poco, hemos cambiado muy probablemente a alguno ya se nos cayó el pelo a otros, más gorditos, otros más viejitos, en fin.
Pero todos hemos venido a visitar a ese lázaro, pero todos auxiliados por Jesús hemos venido a percibir, esa fragancia que un día , recuerdo cuando en el Bautizo les digo, mi explicación a veces la fragancia en la bondad, una persona bondadosa en bien recibida, a Jesús y ungirlo esta la bondad pura y absoluta que iba a compartir, presamente con ellos, toda esa bondad que tenía, no so iba a compartir, sino a vivir esa experiencia de bondad, que muchos al cual nosotros tenemos, como todos somos amigo y venimos de distintos lugares pero aquí en este lugar llegamos a establecer relaciones, de amistad muy bonita.
Y que descubrimos e en el ambiente, la verdad, descubrimos la bondad esa bondad que solo se transmitía de él, quedar un aroma agradable, y no un aroma de maldad, que es muy diferente, pero aquí os tiene, indudable te ese aroma que se percibía, y para ellos no solamente era ese recito sino también perfumas su vida con el aroma de Jesús, la fragancia del amigo.
Y para mañana, si Dios nos permite, muchos de nosotros no acordaremos hoy a quienes platicamos, y nos acordamos de algunas cosas que hemos vivo aquí, las fragancias que se percibia el ambiente de nuestras experiencia que a lo largo en la presencia de Jesús, también somos amigos íntimos, aquellos amigos que se entendían precisamente a través del dialogo de la palabra.
Esto es un momento histórico, e importante para muchos de nosotros venimos a llenarnos tal vez de lo que muchos hemos dejado de recibir por mucho tiempo o muchos años. Y bueno queremos volver a vivir de esa alegría de esa fragancia de Jesús, descansar un poquito de Jesús, para compartir esa alegría con los demás.
Que el Señor nos invada con su fragancia el día de hoy, y que aunque no seamos perfumes muy caros, para el Señor no tienen precio.
Al término de la celebración se tomaron la foto del recuerdo y compartieron una convivencia fraterna.