En el marco del Jubileo Extraordinario de la Misericordia convocado por el Santo Padre Francisco, nos ha invitado a vivir la Cuaresma de este Año Jubilar «con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (cfr.Misericordiae vultus, 17). La cuaresma es un camino que nos invita a la conversión del corazón, al encuentro con Dios y con nuestro prójimo; es un tiempo de gracia en el que la Iglesia está llamada a mostrar de manera más cercana el rostro misericordioso del Padre, especialmente en el Sacramento de la Reconciliación y la Penitencia.
Es por ello, que acogiendo la iniciativa del Santo Padre en su mensaje de “24 de horas para el Señor”, les invito a celebrar durante el viernes y sábado que anteceden al 4° domingo de Cuaresma, es decir, el viernes 4 y el sábado 5 de marzo, una jornada donde se lea y escuche la Palabra de Dios, se busque la confesión sacramental y se anuncie la misericordia de Dios en todas las comunidades cristianas especialmente en las parroquias y santuarios. (cfr. Ibíd, 17). Para una mejor vivencia de la misericordia de Dios en el confesionario, les recuerdo a los fieles que cuanto mejor examinen sus conciencias, mayor será su experiencia con el amor regenerativo del Señor; les animo a los presbíteros a mostrar el rostro misericordioso de Cristo en esta ardua jornada de confesiones.
Durante el periodo cuaresmal el Santo Padre, nos enviará Misioneros de la misericordia, sacerdotes con autoridad para perdonar los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, estaremos atentos a su llegada. Los sacerdotes de nuestra diócesis tendrán la facultad de absolver el pecado del aborto.
La escucha orante de la Palabra de Dios en este tiempo de cuaresma, nos moverá a la compasión y practica de las obras de misericordia espirituales y corporales por las cuales «tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar». (cfr. Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco, Cuaresma 2016, 3).
Finalmente deseo que en este tiempo cuaresmal nos coloquemos frente a Dios que conoce nuestros pecados, y nos dejemos curar con la medicina de la misericordia. Que este tiempo sea de gran provecho y contribuya en nuestro itinerario de discípulos misioneros misericordiosos como el padre (cfr. Lc 6,36).
En la Sede Episcopal de Santiago de Querétaro, a los 9 días del mes de febrero del 2016.
Fraternalmente en Cristo y María.